Acuerdo para Irlanda del Norte
La negociaci¨®n entre Londres y Bruselas para normalizar las relaciones entre ambos lados del canal de la Mancha asume la necesidad de gestionar mejor el Brexit
La presidenta de la Comisi¨®n Europea y el primer ministro del Reino Unido presentaron juntos el pasado lunes un intento de acuerdo para poner soluci¨®n al asunto que m¨¢s ha envenenado las relaciones entre ambos lados del canal de la Mancha en los ¨²ltimos dos a?os: el Protocolo de Irlanda del Norte.
Boris Johnson, en su af¨¢n por acelerar la firma de su anhelado Brexit, acept¨® que Irlanda del Norte continuara dentro del espacio aduanero y normativo de la Uni¨®n Europea. E intent¨® enga?ar a los partidos unionistas de ese territorio brit¨¢nico y convencerles de que no iban a tener que aplicar leyes distintas de las que se aplicar¨ªan en el resto del Reino Unido.
Los problemas que trajo consigo el protocolo fueron de ¨ªndole pol¨ªtica y pr¨¢ctica. Las empresas que transportaban mercanc¨ªa desde Gran Breta?a (Inglaterra, Escocia y Gales) a Irlanda del Norte, o viceversa, sin ¨¢nimo de salir de territorio brit¨¢nico, estaban obligadas a superar unos controles aduaneros o sanitarios que complicaban y encarec¨ªan su tarea. La comunidad unionista, escarmentada por anteriores episodios en la historia, consider¨® el protocolo una nueva traici¨®n de Londres y el Partido Dem¨®crata Unionista lleva m¨¢s de un a?o bloqueando el normal funcionamiento de las instituciones del Gobierno aut¨®nomo.
Rishi Sunak y Ursula von der Leyen decidieron sellar el nuevo acuerdo en la hist¨®rica ciudad inglesa de Windsor, y bautizarlo como el Windsor Framework (Acuerdo Marco de Windsor). Ambos lo presentaron como la oportunidad de dejar atr¨¢s a?os de enfrentamiento y rencor, y abrir un nuevo cap¨ªtulo en las relaciones entre el Reino Unido y la UE. Son cientos de p¨¢ginas de documentos legales con los que se pretende solucionar los problemas derivados del protocolo. ¡°L¨ªneas verdes¡± y ¡°l¨ªneas rojas¡± para distinguir las mercanc¨ªas que no salen del espacio brit¨¢nico y aquellas cuyo destino es un pa¨ªs de la UE, con el prop¨®sito de facilitar la vida a los empresarios y ciudadanos norirlandeses y preservar a la vez el preciado mercado interior comunitario.
Sunak ha sabido usar la diplomacia, el sentido com¨²n y la buena voluntad. Todo depende ahora de la actitud de los unionistas, que se han dado un plazo para estudiar el acuerdo. Si deciden rechazarlo y seguir adelante con su boicot, Sunak tendr¨¢ que sopesar si sigue adelante con el acuerdo, a costa de nuevas divisiones en su partido. Cuenta con el voto de apoyo de la oposici¨®n laborista, pero sobre todo con el consenso general de economistas, empresarios y gran parte de la opini¨®n p¨²blica de que el Brexit ya no puede ser un arma pol¨ªtica sino una realidad que, respaldada o no, debe comenzar a ser bien gestionada.
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