Bienvenida
El padre en el parto es como un guionista en un rodaje. Lo m¨¢s importante que puede hacer es mostrar que est¨¢ ah¨ª: quiz¨¢ sea eso lo mejor que puede hacer siempre
Es lunes a primera hora de la ma?ana y se oyen las voces de las enfermeras que llegan. Comentan con el personal del turno anterior c¨®mo ha ido el fin de semana en un hospital p¨²blico de Madrid. En la sala de espera hay mujeres con su pareja, con familiares, alguna sola. A veces con dolor, a menudo con incertidumbre e ilusi¨®n, algunas asustadas y tristes. Una mujer solloza, entra un hombre con un mono de trabajo, la abraza, se baja la mascarilla para darle un beso en la frente. Es una extra?a sensaci¨®n de espera y de repente todo cobra velocidad: en buena medida, por el dolor. Este rato es muy malo, dice una enfermera; yo ahora pienso que lo oyes todo. Salimos a pasear, apenas una vuelta a la manzana. No puedo imaginarlo, pero es como si fuera un terremoto.
Luego, al ingresar, llega una especie de t¨²nel: unos pierden la noci¨®n del tiempo y otros lo miden obsesivamente. Cambia mucho por la epidural, que invent¨® el m¨¦dico militar Fidel Pag¨¦s. (Un d¨ªa te lo contar¨¦ y preguntar¨¦: ?sabes de d¨®nde era? Y, como me conocer¨¢s, responder¨¢s: aragon¨¦s.) Despu¨¦s hay esa combinaci¨®n de lo m¨¢s animal y lo m¨¢s humano: la fuerza y el instinto, por un lado, y la ciencia y la t¨¦cnica, por otro; la dominaci¨®n humana de la brutalidad e injusticia de la naturaleza. Tambi¨¦n, la necesidad de los protocolos para ofrecer una atenci¨®n personal, paciente y tranquilizadora. El anestesista hace un chiste y tu madre contesta con otro: es heroico.
A¨²n no has nacido pero las matronas te animan: dicen que tienes que encontrar tu camino; ahora mandas t¨². Explican, dan instrucciones para los pujos. Lo han hecho mil veces y saben que las mil veces es ¨²nico. Este truco lo aprend¨ª en Fuenlabrada, dice Ana, la matrona. Cuando parece que puede haber un susto llegan los equipos r¨¢pidamente: ginec¨®logos, pediatras, matronas. Naces y te ponen desnuda sobre tu madre, un par de horas antes de subiros a la habitaci¨®n. La profesionalidad del personal es admirable; su alegr¨ªa, emocionante. Tu madre est¨¢ cansada y contenta; t¨² te acostumbras al mundo nuevo. El padre en el parto es como un guionista en un rodaje: siente responsabilidad por el l¨ªo que mont¨® hace tiempo y entiende que su principal tarea es no pisar un cable. Lo m¨¢s importante que puede hacer es mostrar que est¨¢ ah¨ª: quiz¨¢ sea eso lo mejor que puede hacer siempre. Salgo un momento y miro por la ventana: ha ca¨ªdo la noche. Al otro lado de la calle O¡¯Donnell, familia, amigos y protectores brindan por ti en una tasca iluminada. @gascondaniel
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