?Qu¨¦ viene despu¨¦s del paradigma neoliberal?
En el 140 aniversario del nacimiento de Keynes y Schumpeter, sus enfoques complementarios pueden ser los referentes para construir una nueva hegemon¨ªa econ¨®mica que sustituya a las recetas fracasadas en estos tiempos de grandes cambios
La invariable receta que el paradigma neoliberal ha venido imponiendo como soluci¨®n a las crisis econ¨®micas desde la d¨¦cada de los noventa se ha saldado con un completo fracaso. Desde la devaluaci¨®n del peso mexicano en la crisis del tequila de 1994, las implacables pol¨ªticas de austeridad fiscal, basadas en draconianos recortes al gasto p¨²blico y el desmantelamiento de las pol¨ªticas sociales, junto con las reformas orientadas a desregular y privatizar sectores estrat¨¦gicos, no funcionaron ni en t¨¦rminos macroecon¨®micos ni de bienestar y cohesi¨®n social. Esas pol¨ªticas enmarcadas dentro del Consenso de Washington, que exigieron los grandes organismos internacionales como condici¨®n para asistir a los pa¨ªses en dificultades, provocaron profundas recesiones, mayor desempleo, incremento de la pobreza y desigualdad, desprecio por las pol¨ªticas medioambientales y un creciente descontento y polarizaci¨®n que deriv¨® en largas crisis econ¨®micas y destrucci¨®n del tejido social.
Tambi¨¦n la crisis financiera de 2008 puso de manifiesto el fracaso del marco neoliberal o la llamada austeridad expansiva. A¨²n hoy vivimos las consecuencias de aquella crisis. Afortunadamente, la respuesta a la crisis de la covid-19 y la provocada por la invasi¨®n de Ucrania ha sido diametralmente opuesta, y ha puesto de manifiesto la importancia del sector p¨²blico para sostener las rentas de los m¨¢s vulnerables y apuntalar a una parte importante del sector privado con los objetivos de estabilizar la econom¨ªa y procurar una mayor justicia social.
Con ¨¢nimo de aportar al debate del futuro de la pol¨ªtica econ¨®mica, me gustar¨ªa se?alar algunos elementos sobre los que se debe asentar el nuevo marco de actuaci¨®n. La macroeconom¨ªa debe reflexionar sobre las condiciones para que el progreso tecnol¨®gico se convierta en progreso social porque, en caso contrario, no ser¨¢ digno de llamarse progreso. Y en esas condiciones, el libre mercado es un elemento necesario como base, pero requiere de elementos de pol¨ªtica p¨²blica que deben huir del dogmatismo.
Hasta el m¨¢s famoso defensor del papel del empresario innovador como motor del crecimiento econ¨®mico, Joseph Schumpeter, era esc¨¦ptico sobre las posibilidades de sostener el crecimiento sobre el proceso de creaci¨®n destructiva generado por unas innovaciones que, en su prof¨¦tica visi¨®n, terminar¨ªa con empresas cada vez m¨¢s grandes, bloqueando la innovaci¨®n en mercados muy concentrados.
Ahora, 140 a?os despu¨¦s del nacimiento del insigne economista austriaco, sorprende la vigencia de su pensamiento, y creo que deber¨ªamos celebrar un aniversario compartido con el gran economista ingl¨¦s John Maynard Keynes, quien tambi¨¦n naci¨® ese mismo a?o. La coincidencia deber¨ªa servirnos de excusa para reflexionar sobre la complementariedad de las visiones de dos personalidades defensoras de las sociedades abiertas, que miraban a la econom¨ªa tambi¨¦n con un enfoque abierto, tan necesario en este mundo actual hiperespecializado.
Ellos conectaban intereses empresariales y financieros con bagaje hist¨®rico y filos¨®fico. La econom¨ªa actual interpreta a Keynes centrado en el an¨¢lisis del corto plazo desde el papel de la demanda agregada; y a Schumpeter como m¨¢s preocupado por el largo plazo y el papel de los cambios en la oferta. Pero creo que los retos del mundo moderno y la necesidad de derivar del progreso tecnol¨®gico una sociedad estable con buenos y abundantes empleos requiere repensar, combinar y proyectar el pensamiento de estas dos grandes figuras. Porque la desigualdad que bloquea el crecimiento en Schumpeter es la misma que debilita la demanda agregada (y a la sociedad) en Keynes. Por tanto, la receta actual, en ambos casos, debe ser un Estado que promueva la competencia, que cohesione la sociedad y que abandone los cors¨¦s ideol¨®gicos en aras del practicismo de cada momento.
Sin embargo, en el actual contexto de grandes cambios geopol¨ªticos, y con el fin de ser competitivo y lograr una senda sostenida de crecimiento de largo plazo, no basta con reconciliar las pol¨ªticas de estabilidad macroecon¨®mica y bienestar social de Keynes con las iniciativas empresariales en innovaci¨®n de Schumpeter. Tambi¨¦n hay que propulsar la interacci¨®n din¨¢mica del sector p¨²blico y privado para hacerlo una realidad. En consecuencia, los gobiernos deben tomar papel activo en la inversi¨®n en tecnolog¨ªa (I+D) con una orientaci¨®n estrat¨¦gica, en campos como la tecnolog¨ªa ¡°verde¡± para acelerar la transici¨®n energ¨¦tica, o en otros sectores como la inteligencia artificial, las tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y la biotecnolog¨ªa.
Dani Rodrik y otros autores han escrito con relaci¨®n a una pol¨ªtica por el lado de la oferta que da un mayor protagonismo a la sociedad civil y a los gobiernos locales, con el fin de dar oportunidades a todos los territorios y a todos los segmentos de la fuerza laboral, en definitiva, caminos que tienen como objetivo gestionar una mejor globalizaci¨®n sometida a los intereses nacionales. Est¨¢ por ver c¨®mo este momento convulso para el an¨¢lisis econ¨®mico construye una hegemon¨ªa que sustituya al fracasado neoliberalismo. Pero la mirada a estos tres referentes, frontales contra la ortodoxia heredada, deber¨ªan ser una buena base de ese nuevo paradigma.
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