Cumplir una promesa por decretazo
La cuesti¨®n es si Macron ha dilapidado todo su capital pol¨ªtico. Y tambi¨¦n si las mociones de censura que se esperan contra su gobierno saldr¨¢n adelante
Emmanuel Macron ocupa ya una p¨¢gina importante en la historia de Francia. Ha arrancado una de las tiritas que m¨¢s duelen en su pa¨ªs: reformar las pensiones. Lo que puede pasarle m¨¢s factura, sin embargo, es c¨®mo lo ha hecho. Porque el presidente franc¨¦s, que no contaba con mayor¨ªa suficiente en la Asamblea, decidi¨® este jueves lo que para sus cr¨ªticos fue inmolarse y avanzar a base de decretazo. Orden¨® a su primera ministra, ?lisabeth Borne, que activase el art¨ªculo 49.3 de la Constituci¨®n, que permite adoptar una ley sin voto parlamentario. Este procedimiento es perfectamente leg¨ªtimo y legal, pero era justo lo que nadie, ni los sindicatos ni la oposici¨®n ni el propio Macron, quer¨ªan.
Tras semanas de una actividad pol¨ªtica intens¨ªsima en el El¨ªseo, Macron pens¨® que conseguir¨ªa sacar la reforma adelante, pero al final no logr¨® reunir los votos de la oposici¨®n conservadora para retrasar la edad de jubilaci¨®n de 62 a 64 a?os. Estuvo horas sopesando qu¨¦ hacer y al final impuso la v¨ªa unilateral. Una derrota parlamentaria, seg¨²n ¨¦l, habr¨ªa supuesto ¡°riesgos financieros y econ¨®micos demasiado grandes¡± para Francia. As¨ª que evit¨® un fracaso en la Asamblea, pero dispar¨¢ndose en el pie. O m¨¢s bien sacrificando a su primera ministra, que en realidad estaba amortizada desde que asumi¨® su cargo el pasado junio. Ahora Borne tendr¨¢ que dimitir o arrastrar¨¢ a todo su Gobierno.
Lo que le espera al resto del mandato presidencial de Macron, el ¨²ltimo, es una calle a¨²n m¨¢s encendida. La gente est¨¢ cansada despu¨¦s de dos meses de movilizaciones, pero sigue furiosa: los sondeos oficiales dicen que dos de cada tres franceses rechazan la reforma. Adem¨¢s, el hecho de que se haya aprobado con el pol¨¦mico decreto para muchos simboliza el fracaso de la pol¨ªtica y una profunda crisis institucional. Macron, que vive su momento de popularidad m¨¢s bajo, el siempre cuestionado por ser altivo y estar desconectado de la calle, ha entrado en la misma fase que sus predecesores Alain Jupp¨¦, en 1995, y Nicolas Sarkozy, en 2010, cuando tambi¨¦n reformaron las pensiones.
Guste o no, Macron ha cumplido lo que prometi¨®. La cuesti¨®n es si ha dilapidado todo su capital pol¨ªtico. Y tambi¨¦n si las mociones de censura que se esperan contra su Gobierno saldr¨¢n adelante. Como dijo en 1991 el entonces primer ministro Michel Rocard, ¡°basta con una reforma de pensiones para hacer estallar varios gobiernos¡±. @anafuentesf
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