Chile, m¨¢s democracia y justicia social
¡°Miro con optimismo el futuro del pa¨ªs. Somos una izquierda nueva, pero con ra¨ªces en la historia¡±, dice el presidente chileno, que repasa los objetivos de su Gobierno a un a?o de su elecci¨®n
El pasado 11 de marzo, se cumpli¨® el primer a?o de nuestro Gobierno. Un Ejecutivo de una coalici¨®n plural, que re¨²ne distintas trayectorias pol¨ªticas, y que fue apoyado por un 55,8% del electorado en segunda vuelta, en los comicios presidenciales con mayor n¨²mero de votantes en nuestra historia. Hoy, a un a?o de gobierno, reafirmamos nuestro compromiso: el de cumplir el mandato popular de construir un Chile justo, seguro, y solidario.
Asumimos el Gobierno con un pa¨ªs fracturado socialmente y desconfiado de las instituciones representativas, cuyo m¨¢ximo s¨ªntoma reciente fue el estallido social de 2019. Y heredamos una sociedad convaleciente por dos a?os de pandemia, con todas sus secuelas: vulnerabilidad econ¨®mica, precarizaci¨®n de la vida y efectos negativos sobre la salud mental de la poblaci¨®n.
Asimismo, vivimos hoy en una sociedad m¨¢s impaciente, que exige cambios con rapidez, que no est¨¢ dispuesta a ajustarse siempre a los tiempos y parsimonias de la pol¨ªtica, y es a esta nueva sociedad a la cual tenemos que responder. Los ciudadanos y las ciudadanas demandan transformaciones, pero tambi¨¦n, que estas se hagan dando certezas y reduciendo incertidumbres.
El norte hacia el cual camina nuestro Gobierno es aquel que respald¨® el pueblo chileno mediante voto popular, sentar las bases de un Estado del bienestar, haci¨¦ndonos cargo de las inseguridades econ¨®micas, sociales e individuales que enfrentan las personas en su vida cotidiana, aqu¨ª y ahora.
En nuestro pa¨ªs, el proceso constitucional para cambiar la Constituci¨®n de Augusto Pinochet sigue en pie. El pr¨®ximo 7 de mayo se elegir¨¢n ¨ªntegramente y de manera democr¨¢tica los 50 convencionales constitucionales responsables, en ¨²ltimo t¨¦rmino, de redactar el nuevo texto constitucional. Y hoy un grupo de expertos nombrado por el Congreso trabaja en un anteproyecto constitucional, pero ser¨¢n, en definitiva, las y los chilenos los que tendr¨¢n la ¨²ltima palabra mediante un plebiscito de salida.
Varios temas cruzan el debate constitucional, pero uno que tiene especial centralidad dice relaci¨®n con establecer un Estado democr¨¢tico y social de derecho, que deje atr¨¢s el Estado m¨ªnimo y subsidiario que nos ha regido hasta ahora, y que ha significado precariedad y abandono de importantes sectores de nuestra sociedad.
En esa misma direcci¨®n, nuestro programa de gobierno se ha propuesto avanzar construyendo un sistema de Seguridad Social que supere el fracasado modelo de capitalizaci¨®n individual (AFP) y aumente las pensiones significativamente; reconozca la salud como un derecho social garantizado por el Estado; y avance en la creaci¨®n de un sistema de cuidados que reconozca y contribuya con recursos p¨²blicos a esta tarea invisibilizada, generalmente realizada por mujeres de manera no remunerada. Chile, adem¨¢s, necesita avanzar hacia un nuevo pacto social y tributario, que otorgue esa base de justicia y de solidaridad rec¨ªproca que permita a todos y todas sentirse partes de una misma comunidad.
Estos cambios de fondo, estructurales, deben ser acompa?ados de una gesti¨®n r¨¢pida y eficiente de las urgencias cotidianas de las personas. Por eso mi Gobierno ha puesto un especial esfuerzo en combatir la inflaci¨®n, y hemos comenzado a doblegarla. Se ha aprobado recientemente una ley contra el crimen organizado para hacernos cargo de una acci¨®n delictiva m¨¢s compleja y violenta. Impulsamos un plan especial de recuperaci¨®n de espacios p¨²blicos, devolviendo los barrios y las ciudades a sus habitantes. Que las personas vivan y se sientan seguras nos parece un derecho habilitante para el ejercicio de otras libertades.
Miro con optimismo el futuro de Chile. Pronto daremos a conocer una pol¨ªtica nacional del litio que significa que el Estado asumir¨¢ un rol preponderante en la exploraci¨®n y explotaci¨®n de este recurso minero no met¨¢lico, en colaboraci¨®n con el sector privado Esta pol¨ªtica es la continuaci¨®n de una larga tradici¨®n minera en el pa¨ªs, la que parti¨® con el salitre, migr¨® al cobre y que hoy ser¨¢ acompa?ada por el litio. Tenemos la segunda reserva de litio m¨¢s grande del mundo y nuestra tarea es convertirnos en el mediano plazo en el m¨¢s grande productor de litio a escala planetaria.
Para el mundo, nuestro Gobierno representa la irrupci¨®n de una nueva generaci¨®n. Muchos venimos de las luchas sociales. De nuevas fuerzas pol¨ªticas que hoy se articulan con otras hist¨®ricas. Lo nuestro no es una querella generacional, pues nos reconocemos en una larga historia que dieron generaciones anteriores por hacer de Chile una sociedad mejor, m¨¢s justa y democr¨¢tica. Somos una izquierda nueva, pero con ra¨ªces en la historia de Chile.
Este a?o en Chile se conmemoran 50 a?os del golpe militar de 1973. Hemos definido tres conceptos que guiar¨¢n este a?o de conmemoraci¨®n: Memoria, Democracia y Futuro. Quiero mirar al futuro, pero hacerlo con memoria, aprendiendo del pasado. Quiero que Chile se reencuentre en una condena un¨¢nime y transversal a las violaciones a los derechos humanos. Ninguna diferencia pol¨ªtica explica ni justifica pasar sobre los derechos y la dignidad de los dem¨¢s. Este a?o, tenemos el deber de ratificar un compromiso: el l¨ªmite de la acci¨®n pol¨ªtica radica en el respeto a los derechos humanos.
Am¨¦rica Latina se mueve hoy en la direcci¨®n de Gobiernos transformadores. Las condiciones para construir integraci¨®n econ¨®mica y pol¨ªtica nuevamente nos dan una oportunidad que no podemos desaprovechar. Podemos dotar de una voz propia a Latinoam¨¦rica en el mundo en favor de la paz y de una globalizaci¨®n justa que respete nuestra soberan¨ªa.
Pero hoy en Am¨¦rica Latina y en el mundo tambi¨¦n acechan fuerzas de la intolerancia y del odio. En tiempos de crisis, hist¨®ricamente ha surgido el populismo y el fascismo como alternativa. Fuerzas que relativizan la democracia, los derechos sociales, los derechos de las mujeres y de la diversidad sexual, al acervo cultural de nuestros pueblos originarios. Suelen vestirse con falaces ropajes de nacionalismo y patriotismo. La unidad en torno a m¨ªnimos democr¨¢ticos y civilizatorios que permita frenar el avance de estas fuerzas es una tarea de primera importancia en el mundo y en nuestro continente, y deber¨ªa convocar y unir a todos los dem¨®cratas m¨¢s all¨¢ de derechas e izquierdas.
Chile no era ni es un oasis, como dec¨ªan algunos en mi pa¨ªs unos d¨ªas antes del estallido social de 2019. Nos cruzan nuevas y viejas injusticias que vamos a mirar de frente como Gobierno. Pero Chile tambi¨¦n es un pa¨ªs s¨®lido, que aborda los problemas y diferencias institucionalmente, con di¨¢logo, con respeto al Estado de derecho, con m¨¢s democracia y no con menos.
Hemos recorrido una parte peque?a de nuestro viaje. Nos quedan tres a?os por delante. Derrotar las inseguridades cotidianas, sentar los pilares de un Estado del bienestar, recuperar un crecimiento econ¨®mico inclusivo, fortalecer nuestra democracia y una cultura de los derechos humanos son los grandes desaf¨ªos que tenemos por delante. Tras la conquista de ese horizonte, de ese mejor futuro para Chile, depositar¨¦ toda la energ¨ªa y esfuerzo sin descanso.
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