Las mil y una cicatrices de Ava
Mujeres con discapacidad intelectual est¨¢n siendo captadas y explotadas en la prostituci¨®n, un colectivo que resulta m¨¢s f¨¢cil de cara a la explotaci¨®n, porque estas j¨®venes carecen de recursos para salir
Ava viv¨ªa en un prost¨ªbulo. Su mam¨¢ fue arrojada a la prostituci¨®n y a la coca¨ªna desde muy joven. Tambi¨¦n su abuela. El hombre que viv¨ªa con ellas abusaba y pegaba a las dos mayores, y tambi¨¦n a la ni?a. Ava recib¨ªa correazos por todo el cuerpo y el proxeneta apagaba cigarrillos y f¨®sforos en el rostro de la menor. Su abuela fue la ¨²nica que se enterneci¨® de la ni?a y la llev¨® a un centro cuando Ava acababa de cumplir seis a?os. En ese lugar fue donde la conoci¨® Mar¨ªa. Se enamor¨® de esta peque?a resiliente, la adopt¨® y le abri¨® su coraz¨®n y su casa en Madrid, con total generosidad y entrega.
Ava lleg¨® a nuestro pa¨ªs desde su Colombia natal con una mochila llena de horrores, da?o en el cerebro por un parto violento y un trastorno emocional derivado de un estado traum¨¢tico de desarrollo.
A los 17 a?os fue captada a trav¨¦s de internet por uno de los proxenetas espa?oles m¨¢s buscados. Un QR enviado a su m¨®vil y Ava mont¨® en un bus con direcci¨®n a Palencia. All¨ª, nada m¨¢s llegar a un d¨²plex frente a la catedral palentina, los miembros de su ¡°nueva familia¡± le quitaron el m¨®vil, la documentaci¨®n, la obligaron a vestirse con lencer¨ªa sexy y la explotaron sexualmente desde entonces.
M¨¢s de 20 hombres compraban cada d¨ªa no solo a Ava, sino al resto de las chicas que viv¨ªan secuestradas en este lugar con ella. Todas de nacionalidad espa?ola, salvo una dominicana. En el burdel hab¨ªa otra menor, como Ava.
Cada mediod¨ªa, tras despertar en las mismas camas donde por la noche hab¨ªan sido pose¨ªdas, sobadas e insultadas, apenas ten¨ªan tiempo para comer algo antes de comenzar de nuevo la jornada. Esta comida consist¨ªa en una sopa, y a continuaci¨®n, repart¨ªan coca¨ªna.
Las drogas est¨¢n muy presentes y vinculadas a la explotaci¨®n sexual. Porque los hombres las piden para aguantar m¨¢s en el sexo, y porque drogas y sexo es un paquete de ocio completo. En el caso de las mujeres, los proxenetas incentivan su consumo porque es m¨¢s f¨¢cil explotarlas, son m¨¢s d¨®ciles y, adem¨¢s, una vez que se enganchan, est¨¢n m¨¢s pendientes de su propio consumo que de escapar.
Ni Ava ni ninguna de sus compa?eras de encierro y explotaci¨®n ten¨ªan fuerzas para salir del lugar de prostituci¨®n escondida, donde eran alquiladas. Muchas de estas chicas tan j¨®venes son captadas como Ava, por su extrema vulnerabilidad. Somos lo que hemos vivido en nuestra infancia. Ava, sin pretenderlo, buscaba la oscuridad que hab¨ªa conocido desde peque?a. Adem¨¢s, las telas de ara?a que tienden los proxenetas son de hierro, y ellos saben muy bien a qui¨¦n captar. Mujeres y menores que, como Ava, vienen de entornos de gran violencia. Nacen en lugares con tan poco afecto y tan da?inos para el ser humano, que sus cuerpos y corazones est¨¢n poblados de mil y una cicatrices y algunas se convierten en enfermedades mentales no diagnosticadas.
Mujeres con discapacidad intelectual que est¨¢n siendo captadas y explotadas en la prostituci¨®n. La discapacidad intelectual no tiene signos externos y, sin embargo, resulta m¨¢s f¨¢cil de cara a la explotaci¨®n, porque las mujeres y menores con estas enfermedades no van a tener recursos para salir. Tambi¨¦n, en muchos casos, porque una mujer con discapacidad no va a ser consciente de su explotaci¨®n.
A trav¨¦s de las redes sociales hoy en d¨ªa los proxenetas est¨¢n captando a las j¨®venes, en muchos casos, con discapacidad intelectual. Estas socializan a trav¨¦s de estas mismas redes, porque las iguala al resto, y de esto se aprovechan los proxenetas para captarlas con enga?os. Mujeres con las que en muy pocos casos se va a necesitar la violencia. Al contrario, si los proxenetas las miman m¨ªnimamente, no se van a ir nunca.
No hay datos en nuestro pa¨ªs de mujeres y menores explotadas sexualmente con discapacidad intelectual, pero tanto la Polic¨ªa Nacional como la Guardia Civil ya disponen de equipos especializados, y en las asociaciones de v¨ªctimas de trata, cada vez atienden con m¨¢s frecuencia a estas mujeres, todav¨ªa con poca formaci¨®n, porque los recursos son de trata o de discapacidad, pero no para ambas cosas, que es lo que permitir¨ªa ayudarlas de verdad.
A estos mismos recursos llegan tambi¨¦n mujeres rescatadas de esas c¨¢rceles de ne¨®n o de esa prostituci¨®n cada d¨ªa m¨¢s escondida, con enfermedades mentales tambi¨¦n producto de la violencia, la explotaci¨®n, la falta de humanidad, las drogas... Vemos mujeres con esquizofrenia, con trastornos de doble personalidad, etc.
Ava sali¨® de ese lugar de explotaci¨®n gracias al tes¨®n de Mar¨ªa, una madre coraje que no cej¨® en el empe?o de encontrar a su hija. Gracias a ellas y a su valiente denuncia detuvieron al proxeneta que hoy en d¨ªa sigue en la c¨¢rcel, aunque Mar¨ªa y Ava tambi¨¦n viven prisioneras del miedo y del estigma.
Es esta una historia real que cuento en mi nuevo cortometraje documental, Ava, que ha comenzado a caminar recientemente, y se podr¨¢ ver tanto en festivales nacionales como fuera de nuestras fronteras.
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