Enga?ada por Facebook y esclavizada por dos hermanos en el pol¨ªgono Marconi
Una mujer que lleg¨® a Espa?a engatusada por un hombre al que conoci¨® en redes sociales escapa de sus explotadores al parar una patrulla de polic¨ªa por la calle
Los ojos de su explotadora estaban 24 horas encima de ella. Desde que se despertaba, era sometida a vigilancia para que no pasara demasiado tiempo con ninguno de los hombres que pagaban por tener sexo con ella, para que entregara todo el dinero al acabar el d¨ªa, para que no se le pasara por la cabeza escapar. Hasta que un d¨ªa de principios de enero su captora tuvo un despiste y la chica pudo echar a correr hasta que encontr¨® una patrulla de la Polic¨ªa Nacional. El 10 de enero se sent¨® frente a dos agentes para relatar su historia: ¡°Todo empez¨® cuando conoc¨ª a un chico en Facebook...¡±.
Desde el inicio de esa conversaci¨®n por redes sociales hasta que par¨® a ese coche de polic¨ªa pasaron tres a?os y siete meses. La v¨ªctima, ahora testigo protegido, viv¨ªa entonces en su Ruman¨ªa natal, recibi¨® un d¨ªa un mensaje de un desconocido y comenzaron a hablar. En ese momento ella ten¨ªa 20 a?os y ¨¦l le llen¨® la cabeza de ilusiones durante tres meses. Tantas, que ella acab¨® montando en un avi¨®n con la promesa de un trabajo en Espa?a en la empresa familiar del que cre¨ªa su novio. Al llegar aqu¨ª, se encontr¨® con el enga?o, aunque de forma gradual. Le explicaron que hab¨ªa un problema con el puesto de trabajo que iba a ocupar y que iba a tener que trabajar en la calle temporalmente. ¡°Mi hermana estar¨¢ contigo, ella tambi¨¦n lo hace¡±, le asegur¨®.
As¨ª es como acab¨® en la avenida Principal del pol¨ªgono Marconi de Madrid, conocido desde hace a?os como uno de los epicentros de la prostituci¨®n y las drogas, algo que ha cambiado en los ¨²ltimos tiempos. ¡°Nos sorprendi¨® la forma de explotaci¨®n porque ahora el foco est¨¢ en los pisos, el escenario del pol¨ªgono ya no es el mismo que hace unos a?os¡±, apunta Tom¨¢s Santamar¨ªa, jefe de grupo en la Brigada Provincial de Extranjer¨ªa y Fronteras de Madrid. ¡°Es imposible hacer el c¨¢lculo de cu¨¢ntos pisos se usan para la prostituci¨®n, es muy variable, cierran uno, abren tres...¡±, reconoce, al tiempo que se lamenta de la dificultad de perseguir estos delitos en propiedades privadas.
La t¨¦cnica para atraer engatusadas a las mujeres s¨ª es de sobra conocida por los agentes especializados: se llama el lover boy. ¡°El chico la enamora, le promete una vida en Espa?a que luego no es real. Antes ten¨ªan que ir a los pa¨ªses de origen y captar a las chicas en las discotecas, por ejemplo. Ahora ya no es necesario desplazarse, hacen lo mismo por redes¡±, detalla. Al llegar al destino, llegan las amenazas y palizas si se niega a cumplir sus ¨®rdenes, sin importar el estado en el que se encuentre la mujer. ¡°A ella la amenazaban con enviar a su familia fotos y capturas de pantalla a su familia y revelarles a lo que se dedicaba realmente en Espa?a y esto para ella era aterrador¡±, comenta Santamar¨ªa.
Peque?os grupos
Lo que tambi¨¦n ha quedado atr¨¢s son las macroorganizaciones de trata de seres humanos. ¡°Sigue habiendo, pero lo que m¨¢s nos encontramos con grup¨²sculos en los que cada integrante tiene un rol determinado y controla a un grupo de mujeres¡±, apunta el polic¨ªa. En este caso, el negocio familiar se limitaba a estos dos hermanos, de 30 a?os ¨¦l y 32 ella. Mientras que el hombre la capt¨® y controlaba las cuentas, la hermana vigilaba y tambi¨¦n ejerc¨ªa la prostituci¨®n en alg¨²n caso. Los hermanos la manten¨ªan cautiva en un piso a escasos metros de la v¨ªa en la que la explotaban durante 10 o 12 horas diarias. Iban y ven¨ªan andando cada d¨ªa. La polic¨ªa no ha detectado que esclavizaran a m¨¢s mujeres en el tiempo que los han investigado.
La detenci¨®n de ambos lleg¨® a finales de este a?o. En octubre, engrillaron a la mujer y un mes despu¨¦s, le toc¨® el turno a ¨¦l, cuando puso un pie en el aeropuerto al salir del avi¨®n del que volv¨ªa de Ruman¨ªa. ¡°Regres¨® cuando crey¨® que todo estaba tranquilo aqu¨ª, pero lo ten¨ªamos bajo control y sab¨ªamos que ese d¨ªa volv¨ªa a Madrid¡±, detalla Santamar¨ªa. Gracias a los datos que hab¨ªa facilitado la v¨ªctima, las investigaciones acorralaron a los delincuentes. ¡°Es raro que alguien denuncie, en este caso la v¨ªctima pudo aprovecharse de un despiste. Alguna vez nos ha llegado la denuncia de los propios usuarios de prostituci¨®n de forma an¨®nima por el tel¨¦fono de denuncia (900 10 50 90), no es normal que quieran verse implicados¡±, reconoce el inspector. Esta v¨ªctima encontr¨® su liberaci¨®n corriendo por las calles de un pol¨ªgono hasta escapar de sus captores.
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