?Tienen que dimitir los vocales del CGPJ?
Se ha esperado demasiado tiempo a poner freno a una conducta de filibusterismo sin precedentes. Es imprescindible reformar el sistema de designaci¨®n de vocales con urgencia
Emociona ver que en un pa¨ªs, Israel, sus gentes son capaces de salir a la calle a defender un bien muy preciado en una democracia: la independencia judicial. Lo hacen aun sabiendo que podr¨ªan ser minor¨ªa, dado que su primer ministro hace poco que gan¨® las elecciones.
Nada de eso se espera en Espa?a. Hace tiempo que a casi nadie escandaliza saber que los partidos pol¨ªticos mayoritarios llegan a pactos para repartirse los 20 vocales del Consejo General del Poder Judicial. Y ahora que uno de los partidos se niega a llegar a acuerdos hasta que haya nuevas elecciones ¡ªse supone que con la expectativa de ganarlas¡ª, tampoco despierta el tema un inter¨¦s entre la ciudadan¨ªa suficiente como para salir a manifestarse.
Hace ya d¨¦cadas, en 1994, el Consejo de Europa recomend¨® que en los pa¨ªses hubiera una ¡°autoridad independiente¡± ¡ªindependiente del Gobierno y del Parlamento¡ª para ocuparse de los temas que m¨¢s inquietan a la independencia de los jueces, en particular sus designaciones, ascensos y r¨¦gimen disciplinario. Teniendo en cuenta el a?o de aprobaci¨®n de la recomendaci¨®n, se hizo pensando sobre todo en los Estados que ven¨ªan de largos per¨ªodos autoritarios, como los del este de Europa en aquel momento. Se trataba de democracias recientes que deb¨ªan asentar una tradici¨®n de libertades.
En Espa?a, esa ¡°autoridad independiente¡± es desde 1980 el Consejo General del Poder Judicial. Tambi¨¦n se ven¨ªa entonces de una extensa ¨¦poca autoritaria. Como Adolfo Su¨¢rez dijo en aquel recordado discurso de su dimisi¨®n de 1981, a¨²n no se sab¨ªa si la nueva democracia iba a ser otro par¨¦ntesis en la historia de Espa?a. Ahora han pasado m¨¢s de 40 a?os de aquello, que tal vez no son nada ¡ªcomo dec¨ªa el tango con la mitad de esa cifra¡ª, y parece que muchos ¡ªno solo algunos pol¨ªticos¡ª siguen sin asumir que la Justicia sea de verdad independiente. En algunos Estados con m¨¢s tradici¨®n democr¨¢tica que Espa?a no tienen nada parecido a esa ¡°autoridad independiente¡±, porque no la necesitan habida cuenta, sobre todo, del h¨¢bito de sus jueces de comportarse de forma independiente. No se sorprendan; esa conducta de autorresponsabilidad es la base de todo, y muchos juristas pueden observarla aunque nadie les vigile o vele por ellos. Aqu¨ª les cuesta creerlo a much¨ªsimos m¨¢s de los que lo dicen abiertamente, particularmente a quienes hacen todo lo posible para romper esa independencia...
La cuesti¨®n es c¨®mo salir del actual callej¨®n sin salida. Hace mucho tiempo que se debi¨® haber operado una reforma para alejar a los partidos de las designaciones de vocales del Consejo. El problema es que cuando alguien tiene la ¡°imprudencia¡± de plantear algo as¨ª, pr¨¢cticamente les da la risa a esos partidos. Es por ello por lo que ante la desesperante falta manifiesta de voluntad pol¨ªtica de cambiar ciertas cosas en Espa?a, s¨®lo restan dos opciones: o quedarse solo protestando, o ser m¨¢s imaginativo y adaptarse a esta situaci¨®n grosera que ofende a la inteligencia de cualquiera que crea realmente en la democracia.
El problema real, del que poco se habla, es que si el bloqueo cumple su objetivo, el Consejo General del Poder Judicial tendr¨¢ mayor¨ªa conservadora por cinco a?os m¨¢s, lo que sumados a los nueve que lleva ahora sumar¨ªa casi quince. Y si para entonces se produce otro bloqueo iremos camino de los 20 a?os. Esa situaci¨®n pol¨ªtica monocolor prolongada en el tiempo no es nunca positiva ni en el Gobierno ni en el Parlamento. Imag¨ªnense en el poder judicial¡
En este pat¨¦tico contexto se ha llegado a plantear la posible dimisi¨®n en bloque de ocho vocales cuyo nombramiento en su d¨ªa no vino auspiciado por el Partido Popular. Ello dejar¨ªa al Consejo con s¨®lo diez vocales, suficientes para continuar su andadura incluso a medio gas como hasta ahora, salvo que una nueva reforma urgente de la Ley Org¨¢nica del Poder Judicial aumente el quorum para formar pleno, lo que dejar¨ªa al ¨®rgano ya definitivamente casi inservible. Todo es muy complicado que suceda, pero puede ocurrir.
Igual que tambi¨¦n podr¨ªa propiciarse una reforma del sistema de designaci¨®n de vocales que dejara en peor lugar que el actual al Partido Popular. Hasta se podr¨ªa hacer sin sufrir ninguna llamada de atenci¨®n del Consejo de Europa ni de la Comisi¨®n Europea, a poco que se obre con una m¨ªnima inteligencia y conocimiento de sus exigencias.
En todo caso, debe ponerse fin a esta situaci¨®n de inmediato. El Congreso de los Diputados y el Senado est¨¢n en per¨ªodo de sesiones, queda a¨²n legislatura y el Tribunal Constitucional ya trabaja con sus magistrados sin cargo prorrogado. Se ha esperado demasiado tiempo a poner freno a una conducta de filibusterismo sin precedentes. Las costuras de la democracia que se program¨® en 1978 con la aprobaci¨®n de la Constituci¨®n hace tiempo que est¨¢n sufriendo un estr¨¦s insoportable, y no aguantar¨¢n indefinidamente. Pero mientras una ben¨¦vola voluntad de reforma constitucional, con esp¨ªritu de concordia y generosidad, no ilumina de una vez por todas las mentes de nuestros pol¨ªticos, no puede tolerarse la agresi¨®n brutal a una de las m¨¢s importantes instituciones del pa¨ªs.
Por eso, de no llegar antes el tradicional pacto, es imprescindible reformar el sistema de designaci¨®n de vocales con urgencia. No se puede esperar m¨¢s tiempo, porque no lo hay.
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