?Puede Colombia promover una hoja de ruta para una soluci¨®n democr¨¢tica en Venezuela?

En las pr¨®ximas semanas el Gobierno del presidente colombiano Gustavo Petro ser¨¢ anfitri¨®n de una conferencia internacional sobre Venezuela. Es una propuesta arriesgada pero con el enfoque adecuado puede ser una excelente oportunidad para repensar la respuesta internacional a la profunda crisis venezolana

En todo el continente americano, la crisis en Venezuela ha desaparecido de los titulares. En los seis a?os posteriores a la creaci¨®n del Grupo de Lima, parece que esa coalici¨®n de Gobiernos latinoamericanos que se unieron para promover una soluci¨®n democr¨¢tica en Venezuela sufri¨® una muerte lenta y paulatina. Con los cambios de gobierno en todo el hemisferio en los ¨²ltimos a?os, ahora ni siquiera Lima es parte del Grupo de Lima, y el futuro del grupo no est¨¢ claro.

En este contexto la propuesta del presidente Gustavo Petro de organizar una conferencia internacional en Colombia para identificar una ¡°hoja de ruta¡± en Venezuela es una iniciativa muy bienvenida. Colombia, como pa¨ªs vecino y receptor de m¨¢s de dos millones de migrantes y refugiados que han huido del autoritarismo, las violaciones de derechos humanos y una emergencia humanitaria, est¨¢ bien posicionado para convocar una iniciativa diplom¨¢tica internacional que busca garantizar que la crisis de Venezuela no quede en el olvido.

A¨²n hay preguntas sobre la estrategia del Gobierno de Petro en Venezuela. Pero tambi¨¦n hay oportunidades en la coyuntura actual. Al mismo tiempo que la administraci¨®n colombiana ha buscado reabrir las relaciones diplom¨¢ticas y comerciales con Venezuela, ha intentado explorar c¨®mo Venezuela podr¨ªa reincorporarse al Sistema Interamericano de Derechos Humanos.

Este doble enfoque de Petro ¡ªun inter¨¦s en hablar sobre los derechos humanos en Venezuela pero con el reconocimiento de que es necesario comunicarse con el Gobierno de facto en Caracas¨C puede ser la base para una estrategia innovadora que la comunidad internacional puede seguir para avanzar hacia una apertura democr¨¢tica gradual en Venezuela. De hecho, esta es incluso m¨¢s o menos la posici¨®n de facto de Estados Unidos, que ha enviado funcionarios diplom¨¢ticos a Caracas para reunirse con Maduro aun cuando reconoce que no posee un mandato democr¨¢tico. Este parece ser el futuro de la respuesta internacional a Venezuela. Pero para que haya una hoja de ruta clara es importante que la Administraci¨®n de Petro tenga en cuenta algunos aspectos de la situaci¨®n dentro de Venezuela, as¨ª como de la comunidad internacional.

La realidad pol¨ªtica en Venezuela ha cambiado desde 2019. La oposici¨®n venezolana, consciente de que el ¡°gobierno interino¡± de Juan Guaid¨® ya no cuenta con el apoyo de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n, ha abandonado ese experimento y ahora est¨¢ trabajando activamente para volver a una estrategia de participaci¨®n electoral. Hoy la mejor esperanza de la oposici¨®n se basa en un proceso de negociaci¨®n con el Gobierno de Maduro, que ha resultado en una serie de acuerdos anunciados en M¨¦xico. Saben que no ser¨¢ f¨¢cil, pero est¨¢n convencidos que la posibilidad de flexibilizar ciertas sanciones podr¨ªan llevar al gobierno a impulsar reformas para permitir elecciones m¨¢s cre¨ªbles en 2024.

Por eso es tan importante que los planes de Petro para una conferencia sobre Venezuela encuentren la manera de reforzar el proceso de negociaci¨®n actual, as¨ª como los acuerdos y compromisos existentes de las partes. En 2021, el gobierno y la oposici¨®n de Maduro firmaron en M¨¦xico un ambicioso plan para discutir siete puntos, que son:

• Derechos pol¨ªticos para todos.
• Garant¨ªas electorales para todos. Cronograma electoral para elecciones observables.
• Levantamiento de las sanciones. Restauraci¨®n de derecho a activos.
• Respeto al Estado Constitucional de Derecho.
• Convivencia pol¨ªtica y social. Renuncia a la violencia. Reparaci¨®n de las v¨ªctimas de la violencia.
• Protecci¨®n de la econom¨ªa nacional y medidas de protecci¨®n social al pueblo venezolano.
• Garant¨ªas de implementaci¨®n, seguimiento y verificaci¨®n de lo acordado.

Este fue el comienzo de un proceso que, por lo menos en el papel, abarca desde la restauraci¨®n del estado constitucional de derecho hasta la reparaci¨®n de las v¨ªctimas. En el marco de este proceso, en noviembre de 2022 las partes anunciaron un acuerdo humanitario masivo en M¨¦xico para, con apoyo de la ONU, atender la emergencia humanitaria en Venezuela utilizando miles de millones de d¨®lares en fondos que actualmente est¨¢n congelados por las sanciones.

Si bien las partes no han regresado a M¨¦xico para anunciar nuevos acuerdos desde noviembre, esto no significa que el proceso est¨¦ muerto. Parece que M¨¦xico se ha convertido en un notario p¨²blico de acuerdos ya finalizados, no en un anfitri¨®n de las conversaciones t¨¦cnicas. La implementaci¨®n del acuerdo humanitario as¨ª como los otros puntos de la agenda de negociaci¨®n se encuentran actualmente bajo discusi¨®n por las partes, que reconocen p¨²blicamente que est¨¢n hablando en Caracas.

Dada la naturaleza avanzada de este proceso, no es necesario anunciar un nuevo mecanismo de di¨¢logo paralelo. La administraci¨®n Petro parece entender esto dados los recientes comentarios del Canciller Alvaro Leyva aclarando que el objetivo de la conferencia es ¡°convocar a una reuni¨®n con pa¨ªses de Am¨¦rica Latina y Europa para propiciar el di¨¢logo que debe continuar en M¨¦xico¡±.

Si bien no es necesario anunciar un nuevo proceso de di¨¢logo, esto no significa que no haya un papel claro para la comunidad internacional. De hecho, la agenda consensuada del proceso actual hace menci¨®n a un ¡°Grupo de Pa¨ªses Amigos del Proceso¡± que a¨²n no ha sido creado. La realidad es que una expresi¨®n de apoyo internacional de este tipo, que est¨¦ en l¨ªnea con el marco de negociaci¨®n existente, puede ser ¨²til no solo en Venezuela sino tambi¨¦n en Estados Unidos. Esta podr¨ªa ser una de las razones por las que el primer pa¨ªs en aplaudir la idea de Petro, incluso antes de la publicaci¨®n de la fecha de la conferencia, fue Estados Unidos. La conferencia podr¨ªa ayudar a garantizar que en Washington, donde Venezuela no siempre es una prioridad, tambi¨¦n haya incentivos para continuar apoyando las negociaciones en curso. Raz¨®n de m¨¢s para asegurar que esta conferencia termine con un claro enfoque en el fortalecimiento de las negociaciones actuales, y no en reiniciar desde cero.