Dep¨®sitos ¡®premium¡¯ en la banca
Los bancos ofrecen rentabilidades ventajosas a las grandes empresas frente a los rendimientos nimios del peque?o ahorrador
Las turbulencias en el mercado bancario, generadas por la subida de tipos y la huida de depositarios e inversores hacia activos con m¨¢s rentabilidad, como los t¨ªtulos p¨²blicos, han alertado a las entidades bancarias, que comienzan a ofrecer mayores rentabilidades a los dep¨®sitos, si bien no a todos: han priorizado incrementos de la remuneraci¨®n por dep¨®sitos a las grandes empresas, sabedoras de que un movimiento de dep¨®sitos de una entidad a otra, cuando se trata de grandes vol¨²menes, puede afectar a sus cuotas de mercado y a su capacidad de generar beneficios con los diferenciales de tipo de inter¨¦s.
Los bancos llevaban casi una d¨¦cada viviendo pocas alegr¨ªas en t¨¦rminos de rentabilidad, pero est¨¢n registrando en la actualidad, en gran parte gracias a la normalizaci¨®n de la pol¨ªtica monetaria, beneficios r¨¦cord. Tanto la subida de tipos del Banco Central Europeo como del eur¨ªbor se traslada al tipo de inter¨¦s que cargan en sus pr¨¦stamos. No ha sido as¨ª, hasta el momento, en la remuneraci¨®n de los dep¨®sitos, que ha mantenido unos rendimientos nimios. El bajo grado de competencia en el mercado bancario espa?ol, que fue sometido a una fuerte reestructuraci¨®n y concentraci¨®n desde el rescate de 2012, no es precisamente un incentivo para plantear pol¨ªticas agresivas de captaci¨®n de clientes, de manera que pr¨¢cticamente todas las entidades han preferido mantener la remuneraci¨®n de dep¨®sitos en los m¨ªnimos existentes antes de la subida de tipos. El movimiento de comenzar a aumentar la remuneraci¨®n de los grandes depositarios no se debe tanto a una b¨²squeda de nuevos clientes corporativos como a evitar que estos se decanten por instrumentos con mayores rentabilidades, como el Tesoro p¨²blico.
Mientras este movimiento toma forma para las grandes compa?¨ªas, los peque?os ahorradores deben seguir content¨¢ndose con rentabilidades pr¨¢cticamente inexistentes, en el sobrentendido de que es muy improbable un movimiento masivo de sus cuentas de una entidad a otra, y donde la alternativa que puede ejercer la deuda p¨²blica como instrumento de ahorro solo seduce a los mejor informados asumiendo un cierto grado de riesgo. De esta manera, los m¨¢rgenes de intermediaci¨®n de las entidades bancarias mejoran ostensiblemente y con ellos su rentabilidad.
Esta diferenciaci¨®n en la remuneraci¨®n de dep¨®sitos entre clientes premium y ordinarios tiene una dif¨ªcil correcci¨®n m¨¢s all¨¢ de promover un mejor marco de competencia bancaria, algo ya complejo de conseguir en un pa¨ªs donde se ha pasado de tener m¨¢s de 60 instituciones financieras a tener poco m¨¢s de 10, y donde las grandes entidades concentran el 90% de los activos financieros, solo por detr¨¢s de la concentraci¨®n bancaria de B¨¦lgica, Grecia y Francia. Es este otro de los efectos no deseados de la gesti¨®n del rescate bancario de 2012: adem¨¢s de la p¨¦rdida de miles de sucursales y puestos de trabajo, hoy el usuario bancario se encuentra con menos opciones para elegir y, por lo tanto, con un poder mermado sobre sus propios dep¨®sitos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.