La debilidad rusa

Las im¨¢genes de decapitaciones de soldados ucranios difundidas recientemente por las redes sociales sit¨²an a las tropas rusas y los mercenarios del grupo paramilitar Wagner, reclutados entre delincuentes encarcelados, al mismo nivel que los terroristas del autodenominado Estado Isl¨¢mico. Estos hechos se suman a la intensificaci¨®n de la represi¨®n sobre los disidentes rusos que osan alzar la voz, como Alex¨¦i Navalni, encarcelado desde hace m¨¢s de dos a?os, o Vlad¨ªmir Kara-Murza, que ha desafiado valientemente al tribunal que le amenaza con 25 a?os de c¨¢rcel por difundir informaciones acerca de la guerra. A esto hay que a?adir la detenci¨®n del corresponsal de The Wall Street Journal, Evan Gershkovich, acusado de espionaje.

Coinciden estas sombr¨ªas noticias con la mayor filtraci¨®n de documentos secretos del espionaje estadounidense de la ¨²ltima d¨¦cada, en la que se revelan los planes de la OTAN y de EE UU respecto a la guerra, las debilidades de las defensas a¨¦reas ucranias e incluso c¨¢lculos de futuro que incluyen un ataque ucranio al Kremlin o una respuesta nuclear t¨¢ctica rusa. Aunque todav¨ªa se desconoce casi todo sobre la autor¨ªa de la filtraci¨®n, esas informaciones hacen temer consecuencias negativas para los planes militares de Kiev y afectan tambi¨¦n a numerosos pa¨ªses aliados. A¨²n as¨ª, siguen acumul¨¢ndose los motivos de inquietud para Putin. El balance de su campa?a de invierno ¡ªtanto la estrictamente militar como el estrangulamiento energ¨¦tico de Ucrania¡ª es desastroso. Las tropas rusas no han conseguido ni hacerse con Bajmut ni avanzar en el frente, de forma que ahora todo se conf¨ªa a un reforzamiento de las defensas que permita aguantar la anunciada contraofensiva ucrania. Las fisuras en el frente interior ruso son notables, como muestra un ataque con bomba en San Petersburgo en el que muri¨® un destacado bloguero militar ruso.

Tambi¨¦n la incorporaci¨®n de Finlandia a la OTAN es un doble rev¨¦s; por un lado, obliga a Rusia a dedicar nuevos esfuerzos militares a los 1.300 kil¨®metros a?adidos de la frontera con la Alianza, y, por otra parte, constituye una derrota para quien lanz¨® a su pa¨ªs a la guerra con el argumento de que se trataba de alejar a los aliados de EE UU de su territorio. Ante cada contratiempo, el Kremlin desenfunda sus habituales amenazas, tal como ha sucedido con el anuncio del despliegue de armas nucleares t¨¢cticas en Bielorrusia, con el efecto adicional de demostrar el sometimiento creciente de Minsk a la voluntad de Mosc¨².