Caso Laporta
La comparecencia del presidente del Barcelona no disipa las dudas que pesan sobre los pagos al ¨¢rbitro Enr¨ªquez Negreira
Han tenido que pasar dos meses para que el presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, accediese a dar unas explicaciones sobre el caso Negreira que en realidad no llegaron. Las confusiones en que incurri¨® y el rechazo de responsabilidad alguna no lograron disipar ninguno de los interrogantes del caso. Entre 2001 y 2018, el club pag¨® en torno a 7,3 millones de euros a Jos¨¦ Mar¨ªa Enr¨ªquez Negreira cuando era vicepresidente del Comit¨¦ T¨¦cnico de ?rbitros. Laporta asumi¨® que esos pagos se hicieron, y lo hizo como actual presidente del club y uno de los mandatarios que participaron en lo que hoy los juzgados entienden como administraci¨®n desleal. Su discurso estuvo sembrado de confusiones para armar una defensa poco coherente, destinada a mezclar los pagos a Negreira padre, Jos¨¦ Mar¨ªa, con las facturas a su hijo Javier. De la argumentaci¨®n de Laporta se desprend¨ªa que 7,3 millones pagados durante 18 a?os tampoco eran tanto dinero y su destino eran, seg¨²n dijo, informes ¡°importantes y necesarios¡±.
Esos informes a los que repetidamente aludi¨® Laporta, relativos al arbitraje y realizados por Javier Negreira, en ning¨²n caso son constitutivos de delito. No es esa la materia que ha llevado a los juzgados al Barcelona y a presidentes como Josep Maria Bartomeu, el ¨²nico para quien el caso no ha prescrito. Los 7,3 millones se pagaron a Negreira padre a cambio de recibir un trato ¡°neutral¡± por parte del estamento arbitral, seg¨²n dijo el propio ex¨¢rbitro en la ¨²nica declaraci¨®n que se le ha podido tomar ante la Agencia Tributaria (ante la Fiscal¨ªa aleg¨® que sufre alzh¨¦imer). Seg¨²n Laporta, esas cantidades se pagaron a cuenta de ¡°629 informes t¨¦cnicos y arbitrales, adem¨¢s de 43 ced¨¦s con v¨ªdeos¡± relacionados con ellos para certificar los servicios profesionales prestados por Negreira, a pesar de que no hab¨ªa ninguno de los 14 a?os precedentes porque fueron destruidos, seg¨²n Laporta.
El problema es que Enr¨ªquez Negreira no era un ¨¢rbitro cualquiera ¡ªcomo quiere hacer creer el presidente del Bar?a¡ª, sino el vicepresidente del Comit¨¦ T¨¦cnico de ?rbitros en el periodo en el que cobr¨® esa considerable cantidad del Barcelona. El destinatario real de los 7,3 millones fue Enr¨ªquez Negreira, y no su hijo Javier. La Fiscal¨ªa tiene ahora la obligaci¨®n de demostrar la acusaci¨®n de corrupci¨®n continuada en el deporte contra el Barcelona y probar la sospecha de que ese dinero acabase yendo a los bolsillos de alg¨²n ¨¢rbitro con el fin de alterar los resultados de la competici¨®n. El precedente de Osasuna est¨¢ ah¨ª para certificar que basta con la intenci¨®n de manipular una competici¨®n para que haya delito, se tuviera o no capacidad para alterarla.
La insistencia de Laporta en que ¡°no hay nada, no tienen nada¡± pudo exponerlo todav¨ªa m¨¢s, dado que no apareci¨® argumento alguno del Barcelona para defenderse de las acusaciones y lograr que la UEFA no act¨²e por su cuenta antes de que el juez dicte sentencia. El riesgo m¨¢s alto ser¨ªa la exclusi¨®n del Barcelona de la Champions, castigo que las cuentas maltrechas del Barcelona no resistir¨ªan. Escudarse en presuntas campa?as de descr¨¦dito o exponerse como v¨ªctima de un entramado se concilia mal con la evidencia de unos pagos que tuvieron a Enr¨ªquez Negreira como destinatario hasta que en 2018 abandon¨® el Comit¨¦ T¨¦cnico de ?rbitros y perdi¨® el poder (mucho o poco) que pudiera tener. El refugio del victimismo ante los datos disponibles no parece la mejor de las reacciones posibles para un presidente en activo.
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