Reglas fiscales para todos
La presi¨®n de Berl¨ªn en la negociaci¨®n da?a la institucionalidad y el equilibrio comunitario
La reforma de las reglas fiscales es una prioridad para la Uni¨®n Europea y puede convertirse en uno de los dosieres complicados para la presidencia espa?ola de la UE, que arranca el 1 de julio. Suspendidas por la pandemia, volver¨¢n a estar en vigor en 2024, pero las reticencias de Alemania dificultan la negociaci¨®n de unas normas que en el pasado han demostrado su ineficacia y perjuicio para la estabilidad de la Uni¨®n.
El ministro de Finanzas alem¨¢n, Christian Lindner, est¨¢ jugando un destacado papel en las discusiones. Tras cada avance en los debates de los 27, plantea nuevas objeciones, y a cada una de ellas obtiene alguna concesi¨®n. Es una din¨¢mica democr¨¢ticamente cuestionable y denota una deriva contraria a la necesaria lealtad federal. En la reuni¨®n del viernes del Eurogrupo ¡ªes decir, los ministros de Econom¨ªa de la eurozona¡ª lleg¨® a amenazar, de forma poco velada, con socavar el potencial acuerdo sobre las propuestas de la Comisi¨®n apelando a que ¡°ya tenemos normas; mientras no tengamos nuevas reglas, operan las existentes¡±, seg¨²n dijo.
El problema es que las existentes contribuyeron a la nefasta pol¨ªtica de austeridad excesiva, al aumento de la desigualdad social y a la expansi¨®n del populismo extremista tras la Gran Recesi¨®n de 2008. Y nadie quiere reintroducirlas, pues la reducci¨®n de las deudas en un veinteavo anual abocar¨ªa a la par¨¢lisis de muchas econom¨ªas y a la crisis de la eurozona. Ese ventajismo contrasta con el sentido institucional favorable a los acuerdos de los socios menos pr¨®speros, encabezados por Espa?a. Las ¡°salvaguardas¡± que la Comisi¨®n ha concedido a Berl¨ªn en sus propuestas de reglamentos endurecen el trato a los m¨¢s vulnerables, con distintas alertas de sanciones a quienes no puedan cumplir.
Estos privilegios a la principal potencia econ¨®mica van en sentido contrario al equilibrio comunitario. Deber¨ªa ser suficiente para el ministro alem¨¢n que no se reabra la reforma del Pacto de Estabilidad que Alemania forz¨® en su beneficio en 2005, cuando era su primera incumplidora, y que le sigue beneficiando como gran contribuyente al presupuesto. Y es lamentable que los anuncios de hacer m¨¢s ejecutivo el Procedimiento de Desequilibrios Macroecon¨®micos hayan quedado en nada. Mientras se discute sobre las multas a los deficitarios, salen beneficiados quienes se aprovechan de sus d¨¦ficits.
De momento se ha salvado lo esencial, es decir, las propuestas de la Comisi¨®n de periodificar entre cuatro y siete a?os la reducci¨®n de las deudas, procurar la determinaci¨®n por parte de los gobiernos de sus ritmos de consolidaci¨®n, suprimir la disparatada idea de reducciones de deuda uniformes y a ritmo proclive a la recesi¨®n (un 0,5% anual), y acompasar el saneamiento de las finanzas p¨²blicas con el necesario crecimiento de la econom¨ªa. Pero ya no hay mucho margen m¨¢s para encajar liderazgos particularistas.
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