Bruselas reforma las reglas fiscales para digerir la alta deuda generada en la UE en las ¨²ltimas crisis
Alemania exige ajustes m¨¢s duros ante la propuesta de la Comisi¨®n Europea, mientras que el resto de grandes capitales dan la bienvenida a la propuesta
Europa ha encadenado tres crisis sist¨¦micas en 15 a?os. La respuesta de los gobiernos ha requerido, de una forma o de otra, de cantidades ingentes de dinero p¨²blico que han provocado una monta?a de deuda que en la zona euro lleg¨® al 91,5% de su PIB a finales de 2022 y al 84% en el conjunto de la UE. Reducir ese pasivo se ha convertido en una prioridad en Bruselas y, al mismo tiempo, en un reto, ya que las transiciones digital y verde, las exigencias que impone la pol¨ªtica de Defensa y el envejecimiento demogr¨¢fico meten presi¨®n a las cuentas p¨²blicas. Para combinar ese dif¨ªcil equilibrio, la Comisi¨®n Europea lanz¨® el mi¨¦rcoles su propuesta legal de reforma que, en pocas palabras, pretende promover ajustes fiscales teniendo en cuenta la situaci¨®n de las cuentas p¨²blicas de cada Estado miembro. No va a ser f¨¢cil: nada m¨¢s conocerse el planteamiento de Bruselas, Alemania, el socio m¨¢s poderoso e inspirador de la austeridad y los recortes de la pasada d¨¦cada, exige m¨¢s dureza.
El Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la UE tiene una doble clave de b¨®veda inmovible desde 1992: el d¨¦ficit p¨²blico anual no debe superar de forma continuada el 3% del PIB, y el volumen de deuda p¨²blica tiene que situarse en el 60% o menos. Las reglas para llegar a esos objetivos s¨ª han cambiado. La ¨²ltima reforma aprob¨®, entre otras cosas, un ritmo de reducci¨®n de deuda imposible de cumplir para los pa¨ªses m¨¢s endeudados (Grecia, Italia, Portugal, Espa?a, Francia, B¨¦lgica): un veinteavo al a?o sobre todo lo que supere ese 60%.
Dicta el manual que en las uniones monetarias imperfectas, como lo es la zona euro, las reglas fiscales son precisas. As¨ª que Bruselas quiere ahora cambiarlas para dise?ar un camino ¡°realista¡± y para eso plantea planes cuatrienales de ajustes para esos pa¨ªses de los Veintisiete que no cumplen con el pacto de estabilidad. Definir¨¢ una ¡°trayectoria t¨¦cnica¡± adaptada al punto de partida de cada Estado. Y los gobiernos, partiendo de esa base, propondr¨¢n el dise?o detallado de esa senda de cuatro a?os, ampliable a siete cuando el Gobierno se comprometa a hacer reformas y hacer inversiones para esa doble transici¨®n. Este dar¨¢ pie a una negociaci¨®n entre Bruselas y la capital de turno y el pacto deber¨¢ ratificarse en el Consejo de la UE, es decir, por los pa¨ªses.
Se pretende que los Estados miembros participen y compartan los compromisos fiscales. Dicho en un lenguaje coloquial: que los hagan suyos. ¡°Nuestra propuesta buscar dar m¨¢s protagonismo a los pa¨ªses a trav¨¦s de estos planes estructurales a medio plazo¡±, ha resumido el comisario de Econom¨ªa, Paolo Gentiloni. Durante la crisis financiera de la pasada d¨¦cada, estas reglas sufrieron un ¡°deterioro de legitimidad¡±, como apunta en su introducci¨®n la revista Papeles de Econom¨ªa Espa?ola en un muy reciente n¨²mero monogr¨¢fico dedicado a este asunto. Buena parte de la propuesta comunitaria busca revertir esta situaci¨®n, combin¨¢ndolo con la reducci¨®n de la deuda p¨²blica y dejando en mal lugar las previsiones que hay para la pr¨®xima d¨¦cada. En un an¨¢lisis de sostenibilidad de deuda divulgado por la propia Comisi¨®n este mismo mes, se pronostica que dentro de 10 a?os el pasivo total de la zona euro ser¨¢ de 95,9% y del 87,6% en toda la zona euro, en sendos casos m¨¢s alta que ahora.
La individualizaci¨®n de los ajustes, no obstante, tendr¨ªa unos elementos comunes. Para los pa¨ªses que superen el 3% del d¨¦ficit, se exigir¨¢ un ajuste anual equivalente al 0,5% del PIB. Adem¨¢s, los Estados que se vean obligados a presentar estos planes (18 de 27 con los n¨²meros de 2022, incluyendo a los cuatro grandes: Alemania, Francia, Italia y Espa?a) tendr¨¢n otras tres salvaguardas: el gasto neto (concepto en el que no entran partidas c¨ªclicas como el seguro de desempleo) no puede crecer m¨¢s que el crecimiento del PIB previsto a medio plazo; la ratio de deuda sobre PIB debe ser m¨¢s baja en el cuarto a?o del plan que la comienzo; y los ajustes no pueden dejarse para el final de la senda pactada con Bruselas, sobre todo si esta va a durar siete a?os, entonces cuatro s¨¦ptimas partes del ajuste pactado deben aplicarse en los primeros cuatro a?os.
Salirse de estas obligaciones tendr¨¢ consecuencias. Se multar¨¢ con hasta un 0,05% del PIB cada semestre los incumplimientos y, llegado el caso, podr¨¢n incluso aplicarse sanciones reputacionales: enviar misiones del Ejecutivo a los Estados incumplidores. La cuant¨ªa prevista en las normas actuales nunca llegaron a aplicarse, entre otras cosas, por excesivas. De hecho, el Ejecutivo europeo propuso multa a Portugal y Espa?a, y el Consejo de la UE, el Ecofin en este caso, aprob¨® una sanci¨®n por cero euros, es decir, no hubo castigo.
Con estas ¡±salvaguardas comunes¡±, el Ejecutivo comunitario buscaba atraerse a Alemania, el socio m¨¢s reticente a tocar nada de las reglas fiscales actuales, pese a que son de imposible aplicaci¨®n en el caso de los pa¨ªses m¨¢s endeudados y a que est¨¢n suspendidas desde que estall¨® la pandemia. Pero ni as¨ª se ha conformado el ministro federal de Finanzas. El liberal Christian Lindner, l¨ªder del partido m¨¢s peque?o de la coalici¨®n que detenta el poder en Berl¨ªn y con problemas en las encuestas, ha declarado nada m¨¢s divulgarse la propuesta de dos reglamentos y una directiva que este ¡°no cumple las exigencias de Alemania¡± y que ¨¦l quiere ¡°asegurarse de que se quedan atr¨¢s los altos d¨¦ficits y deudas¡±. ¡°Trabajamos de forma constructiva, pero nadie debe malinterpretar que Alemania dar¨¢ el visto bueno autom¨¢ticamente a esta propuesta¡±, ha advertido, un d¨ªa despu¨¦s de publicar un art¨ªculo en Financial Times en el que pon¨ªa presi¨®n sobre la Comisi¨®n reclamando, como ya hizo en un documento enviado a Bruselas a mitad de abril, ¡°objetivos num¨¦ricos¡± comunes.
De las grandes capitales, la reacci¨®n alemana ha sido, sin duda, la m¨¢s hostil. Desde Espa?a, Italia, Francia y Pa¨ªses Bajos, sus comunicados o comentarios utilizan calificativos como ¡°positiva¡±, ¡°bienvenida¡±, ¡°buena noticia¡± o ¡°satisfactoria por su orientaci¨®n general¡±.
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