China y el ajedrez geopol¨ªtico de Am¨¦rica Latina
El sistema internacional est¨¢ marcado por la fragmentaci¨®n y polarizaci¨®n. El escenario bipolar y la hegemon¨ªa que ostentaba una sola potencia quedaron en el pasado

La agenda internacional de Am¨¦rica Latina ha demostrado una inusitada intensidad en las ¨²ltimas semanas. Lula visit¨® China; Petro se reuni¨® con Biden; Rusia se congreg¨® con sus contrapartes en Brasil, Venezuela, Nicaragua y Cuba; Ir¨¢n realiz¨® una gira por la regi¨®n, con una parada especial en Caracas; y el canciller de la India viaj¨® a Georgetown, Ciudad de Panam¨¢, Bogot¨¢ y Santo Domingo. A este listado le debemos sumar el reciente cambio de posici¨®n de Honduras frente a Taiw¨¢n, que pierde progresivamente aliados en la regi¨®n, y la visita en el 2022 de Turqu¨ªa a seis pa¨ªses de la regi¨®n.
?Existe un hilo conductor y un factor sist¨¦mico que explique estos hechos aparentemente aislados en su l¨ªnea de tiempo? En pol¨ªtica internacional dif¨ªcilmente hay hechos fortuitos. Las actividades de China, India, Rusia, Ir¨¢n o Turqu¨ªa hacen parte de un proyecto integral y m¨¢s profundo de fortalecimiento de su presencia, renovaci¨®n de alianzas y proyecci¨®n internacionales.
En el plano global, estamos observando movimientos tel¨²ricos que redefinen el concepto de poder, el cual genera intensos debates para su definici¨®n, pero concita consensos en cuanto a su intangibilidad y dificultad de medici¨®n. Analistas como Mois¨¦s Na¨ªm consideran que este t¨¦rmino est¨¢ bajo ataque, tomando en consideraci¨®n el surgimiento de nuevos actores que lo desaf¨ªan y lo hacen cada vez m¨¢s d¨¦bil, transitorio y restrictivo. Los cambios en la econom¨ªa global, la pol¨ªtica, la poblaci¨®n, los patrones de migraciones y el surgimiento de nuevas tecnolog¨ªas son factores que tambi¨¦n han contribuido a su resquebrajamiento. Por su parte, Richard Hass, presidente del Council on Foreign Relations en Nueva York, considera que el poder se ha esparcido a un mayor n¨²mero y variedad de actores, lo cual conlleva a cambios en la gobernanza global. Por ello, asevera que ¡°la pregunta no es si el mundo seguir¨¢ desmoron¨¢ndose, sino que tan de prisa y hasta d¨®nde¡±.
El sistema internacional est¨¢ marcado por la fragmentaci¨®n, conflictividad y polarizaci¨®n. El escenario bipolar y la hegemon¨ªa que ostentaba una sola potencia quedaron en el pasado. Estamos ante la emergencia de nuevos actores, ideas e intereses globales, en medio de nuevas competencias y tensiones. Es decir, pasamos de la Guerra Fr¨ªa a la Paz Fr¨ªa y la correlaci¨®n de fuerzas en el tablero global ha cambiado de manera notable, de acuerdo con el ex canciller de Colombia, Guillermo Fern¨¢ndez de Soto.
El nuevo eje de poder se est¨¢ inclinando de Occidente a Asia. Esta ¨²ltima en el 2060 albergar¨¢ m¨¢s del 55% del PIB mundial, una poblaci¨®n superior a las 5.280 millones de personas, amplias clases medias (m¨¢s del 80% de su poblaci¨®n) y un inigualable proceso de urbanizaci¨®n y construcci¨®n de megaciudades (seis de las 10 m¨¢s grandes del mundo).
Lo anterior conducir¨¢ al movimiento de las fichas de la geopol¨ªtica con efectos profundos en Am¨¦rica Latina, que fue -por cierto- un terreno en el cual Estados Unidos ostent¨® hist¨®ricamente una hegemon¨ªa. Basta recordar la doctrina Truman. No obstante, esta fase ha llegado a su fin y se est¨¢ reconfigurando una nueva era en la que Washington mantendr¨¢ una fuerza considerable (en t¨¦rminos pol¨ªticos, econ¨®micos y militares), pero su capacidad de influencia se ver¨¢ mermada.
El escenario de ¡°competencia estrat¨¦gica¡±
Nos enfrentamos, entonces, a la competencia estrat¨¦gica entre Estados Unidos y China, que est¨¢ acompa?ada por actores revisionistas como Rusia e Ir¨¢n y ha demostrado un dinamismo y competitividad que est¨¢n transformando la econom¨ªa pol¨ªtica internacional. Adicionalmente, est¨¢ presente la rivalidad entre dos modelos: democracia liberal y econom¨ªa de mercado contra democracia iliberal y capitalismo de Estado. Es un escenario con visiones encontradas en torno a c¨®mo organizar la sociedad y la construcci¨®n de un orden de las relaciones internacionales.
Para algunos pa¨ªses de Am¨¦rica Latina esta es una oportunidad para ejercer su propio rol de ¡°agencia¡±, marcado por la b¨²squeda de mayor autonom¨ªa e independencia en las relaciones Norte ¨C Sur, en ¨¢reas clave como diplomacia y comercio, y con la participaci¨®n de nuevos actores dentro de los Estados. Para otros, el denominado ¡°modelo chino de desarrollo¡± se ha constituido en el camino a seguir, sin tomar en consideraci¨®n su predilecci¨®n por reg¨ªmenes autocr¨¢ticos y los efectos colaterales sobre democracia, instituciones, Estado de derecho y libertades individuales.
En este nuevo ciclo, el ¡°Drag¨®n¡± -como nueva potencia mundial y una de las locomotoras del crecimiento- ha iniciado una ofensiva hacia Am¨¦rica Latina de forma cada vez m¨¢s abierta, activa y contestataria. El sigilo y discreci¨®n que lo caracterizaron son cosa del pasado. China ha invitado abiertamente a unirse a proyectos estrat¨¦gicos para su proyecci¨®n global como la ¡°Iniciativa de la Franja y Ruta¡±, la ¡°Iniciativa de Desarrollo Global¡± y la ¡°Iniciativa de Seguridad Global¡±. El foro China ¨C CELAC ha adquirido una preponderancia especial en su relacionamiento con la regi¨®n.
La aproximaci¨®n inicial de Pek¨ªn ha tenido un particular ¨¦nfasis en lo econ¨®mico, a trav¨¦s de la obtenci¨®n de recursos naturales y bienes primarios, as¨ª como la apertura de nuevos mercados en la regi¨®n que son cruciales para el crecimiento y la estabilidad de la econom¨ªa china.
En ese sentido, las relaciones birregionales se han profundizado, pero tienen un alto nivel de disparidad en sus t¨¦rminos de intercambio. China se ha convertido en el primer socio comercial de Am¨¦rica del Sur y la mayor fuente de financiamiento en energ¨ªa, infraestructura e industrias espaciales, con m¨¢s de 2.700 empresas de capital chino operando en la regi¨®n. Ello ha contribuido al desplazamiento de Estados Unidos y marginaci¨®n de otros como Jap¨®n y Europa.
El ofrecimiento de China de grandes pr¨¦stamos para las inversiones en infraestructura ha sido una constante. Sus condiciones, beneficios e impacto a largo plazo son motivo de discusi¨®n. Actualmente existe un ¨¦nfasis especial en las inversiones en los campos de innovaci¨®n, tecnolog¨ªas, telecomunicaciones, ciudades inteligentes, as¨ª como un inter¨¦s en la internacionalizaci¨®n del RMB, transferencia de ideas y pr¨¢cticas de desarrollo.
Expertos han se?alado que los gobiernos latinoamericanos estar¨ªan entrando en nuevas relaciones de dependencia (Centro ¨C Periferia), lo cual replicar¨ªa patrones pol¨ªticos, comerciales y financieros del pasado y generar¨ªan trampas de desarrollo vinculadas principalmente a la creciente deuda externa. La experiencia de los pa¨ªses africanos son m¨¢s que ilustrativas, en cuanto a los resultados obtenidos, los procesos de des-industrializaci¨®n afrontados y los efectos en materia de empleo y estabilidad social, de acuerdo con el reciente libro ¡°China y Am¨¦rica Latina: desarrollo, agencia y geopol¨ªtica¡± de la London School of Economics (LSE).
Pek¨ªn tambi¨¦n ha expandido con gran pragmatismo su presencia diplom¨¢tica, cultural, cient¨ªfica y militar en la regi¨®n, en el marco de la denominada cooperaci¨®n Sur-Sur y con ¨¦nfasis en el uso del ¡°poder blando¡±. En efecto, se han realizado de 13 visitas del presidente Xi Jinping a los pa¨ªses de la regi¨®n; el Instituto Confucio tiene presencia en 23 pa¨ªses latinoamericanos con el objeto de acercar el idioma y la cultura; se puso en marcha la ¡°diplomacia de las vacunas¡± contra la covid-19; se ha avanzado en el aislamiento de Taiw¨¢n, luego del rompimiento de relaciones con Honduras, Nicaragua, El Salvador, Rep¨²blica Dominicana y Panam¨¢; y se ha sostenido una pol¨ªtica activa de venta de armas, intercambios militares y programas de entrenamiento.
Comentarios finales. Hacia una opci¨®n internacional latinoamericana
En la nueva disputa geoestrat¨¦gica entre las grandes potencias a nivel global, Am¨¦rica Latina debe apostar por la b¨²squeda de equilibrios, un mayor pragmatismo y una visi¨®n multilateral del mundo, para privilegiar la opci¨®n de la cooperaci¨®n sobre la confrontaci¨®n.
Como bloque, debe evitar los entrampamientos que pongan en riesgo su autonom¨ªa, principios e intereses, ante un mundo en definici¨®n con diversos actores y superpuestos. Pero tambi¨¦n debe fijar posiciones cuando sea requerido y no caer en el perverso ¡°no alineamiento¡±.
Su pol¨ªtica internacional debe velar por la defensa de la paz y el respeto irrestricto de la democracia, las libertades fundamentales y el derecho internacional. Esta ha sido una tradici¨®n de la regi¨®n, que la ha distinguido durante d¨¦cadas y exige preservarse en todo momento. Nuestra comunidad de democracias tiene no solo vida propia e identidad, sino tambi¨¦n retos que enfrentar y superar.
Am¨¦rica Latina est¨¢ llamada a aplicar el principio de ¡°Mirar al conjunto, Mirar al universo¡± (Respice Omnia) para jugar de manera multidimensional y realista en todas las plataformas a nivel global que le aseguren una inserci¨®n internacional inteligente, un desarrollo sostenible e incluyente, y la participaci¨®n creciente en los flujos de comercio, inversi¨®n y conocimiento.
Debemos ser capaces de armonizar nuestras diferentes posiciones nacionales y lograr propuestas comunes frente a los principales retos globales -como pobreza, desigualdad, cambio clim¨¢tico, seguridad energ¨¦tica y alimentaria, y desarme- para tener una sola voz y mayor capacidad negociadora en los foros y espacios m¨¢s relevantes.
En definitiva, la regi¨®n tiene la tarea a¨²n pendiente de trazar su propia ruta, ofrecer una alternativa audaz de liderazgo para el Sur Global y contribuir activamente a la construcci¨®n de la nueva arquitectura y agenda internacionales de este siglo.
Am¨¦rica Latina -en palabras del escritor y premio nobel Octavio Paz- ¡°merece su sue?o¡±: una tierra fecunda que inspire los ideales de democracia, paz y desarrollo sostenible.
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