Can¨ªbales
Prometer el regreso al para¨ªso mediante el Brexit fue un deporte que no tuvo en cuenta que este no existe si se basa en la exclusi¨®n. Aprendamos la lecci¨®n
Lo importante de ir puede ser la capacidad de volver. Cierto que hay destinos de los que es mejor no regresar. Como hay or¨ªgenes que no conviene revisitar. Pero, en general, todos los que tienen que ver con la convivencia y la capacidad de coexistir en sociedad suelen necesitar la puerta abierta, la llave en el bolsillo o la posibilidad de llamar y que una mano amiga te abra. No somos autosuficientes. Nos har¨¢n falta los dem¨¢s. El camino de ida y vuelta.
Viene esto a cuento de las elecciones, l¨®gicos escenarios de enfrentamiento en los que, sin embargo, el tama?o de la distancia es directamente proporcional al fracaso. La polarizaci¨®n se ha hecho tan grande en nuestros d¨ªas que nos vuelve can¨ªbales y contamina a los del propio bando. Parece que nadie est¨¢ pensando en el d¨ªa siguiente. En la hora en que, despu¨¦s de ir, habr¨¢ que volver. Despu¨¦s de insultar, habr¨¢ que verse las caras. Despu¨¦s de romper, habr¨¢ que pegar los pedazos.
En estos d¨ªas de campa?a hay cosas importantes que han pasado m¨¢s inadvertidas y una de ellas ha ocurrido en el Reino Unido, espejo de los errores que no hay que cometer. El Gobierno encabezado por Rishi Sunak ha conocido una cifra que estremece a sus huestes m¨¢s xen¨®fobas: la inmigraci¨®n se ha disparado en contra de lo prometido ¡ªque era reducirla¡ª y el ala dura de los tories ha puesto el grito en el cielo. Se da la incre¨ªble paradoja que nadie hab¨ªa imaginado: se han ido miles de trabajadores de la UE, pero la llegada desde Afganist¨¢n, Hong Kong, Ucrania y otros pa¨ªses extracomunitarios ha superado con creces las salidas. El saldo es de 600.000 habitantes m¨¢s, una cifra r¨¦cord en un a?o. El Brexit ha fracasado, ha llegado a decir Nigel Farage, uno de sus mayores promotores.
Y es que el Brexit es, precisamente, uno de esos caminos de ruptura de los que nadie sabe c¨®mo regresar. Calentar la boca contra Europa fue f¨¢cil. Rechazar la inmigraci¨®n tambi¨¦n. Prometer el regreso al para¨ªso fue un deporte que no tuvo en cuenta que este no existe si se basa en la exclusi¨®n.
Hoy, los empresarios brit¨¢nicos piden m¨¢s cupos para trabajadores extranjeros, pues falta mano de obra. Y los tories que quisieron expulsar a polacos o espa?oles pedir¨¢n el caf¨¦ a los afganos. Mientras Sunak se esfuerza por deportar inmigrantes a Ruanda, la realidad pide paso. La canibalizaci¨®n del otro deja heridas y mina el camino de regreso. Aprendamos la lecci¨®n.
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