El efecto cascada del plan AMLO 2024
Lo que veremos desde hoy es la r¨¦plica del modelo del presidente: vayan y prediquen a ras de suelo, enfrenten las resistencias del establishment y forjen sus propias alianzas por todo M¨¦xico
Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador quiere ser clonado. Con el plan que ha echado a andar el domingo pretende que uno o m¨¢s de los cinco aspirantes* de su movimiento se convierta en el nuevo l¨ªder natural del mismo, al tiempo que el o la m¨¢s avezada se queda con la candidatura presidencial de 2024.
El m¨¦todo elegido por el presidente de la Rep¨²blica para su sucesi¨®n es una m¨¢quina que, de salir de acuerdo con lo planeado, producir¨¢ un arrasador efecto cascada, tanto en lo pol¨ªtico como en lo electoral.
Con el resolutivo del consejo de Morena del domingo, y que en los hechos ha comenzado ya mismo, lo que veremos desde hoy es la r¨¦plica del modelo AMLO: vayan y prediquen a ras de suelo, enfrenten las resistencias del establishment medi¨¢tico-empresarial y forjen sus propias alianzas por todo M¨¦xico.
A subirse al Tsuru
L¨®pez Obrador ten¨ªa que elegir a uno de tres. En vez de decantarse en un proceso cl¨¢sico de dedazo/destape entre Claudia Sheinbaum, Ad¨¢n Augusto L¨®pez y Marcelo Ebrard, y viendo que alguien tan merecedor de una oportunidad como Gerardo Fern¨¢ndez Noro?a hab¨ªa levantado la mano, decidi¨® probarlos envi¨¢ndolos al desierto, sac¨¢ndolos de sus oficinas.
Lo del Tsuru, por supuesto, es una met¨¢fora. Los veremos en camionetas. Pero ser¨¢ parte del truco en doble sentido: qu¨¦ tantos recursos/apoyos ser¨¢n capaces de convocar, y cu¨¢n creativos son a la hora de usar los mismos para proyectar la idea de que ellos merecen la herencia, pues son como su jefe: realmente populares en el sentido de lograr una identificaci¨®n con el pueblo.
Que comiencen los juegos del hambre
En lo que ser¨¢ el verano m¨¢s caliente del lopezobradorismo, claro que hay un juez m¨¢s all¨¢ de la encuesta. La cargada que sin decoro inici¨® Claudia Sheinbaum hace una semana para ponerse en hombros de gobernadoras y gobernadores fue mal vista y los respectivos tuits cancelados.
El ojo que todo lo ve en este movimiento seguir¨¢ m¨¢s que atento a los modos, no solo el fondo, de las ambiciones; a las maneras mediante las cuales sus pupilos intenten y amarren apoyos de cuadros del partido, de poderes f¨¢cticos y de la militancia en general.
Aqu¨ª es donde se ver¨¢ qui¨¦n hizo un guardadito, qui¨¦n cosecha trabajo de a?os, qui¨¦n hace de tripas coraz¨®n, y qui¨¦n trae m¨¢s recursos ¡ª¡±qui¨¦n pomp¨®¡±¡ª de los que podr¨ªa explicar o reconocer en el escrutinio tanto interno como externo al lopezobradorismo.
Yo tuve 30 millones de votos, t¨² cu¨¢ntos traer¨¢s
Andr¨¦s Manuel tiene contra qu¨¦ medir la ebullici¨®n que ha provocado con su plan sucesorio. Este dise?o para depurar ambiciones ha de generar, de saque, un ruido pol¨ªtico sin precedente en tiempos sin campa?as.
Otra vez las similitudes, si por ah¨ª se dec¨ªa que AMLO necesitaba un AMLO que le hiciera contrapeso, aqu¨ª ¨¦l busca un replicador natural, no contestatario sino complementario. De Tijuana a Yucat¨¢n, como la publicidad, tendremos semanas de lopezobradorismo enardecido.
Adem¨¢s del copamiento del discurso p¨²blico que silenciar¨¢ a la oposici¨®n en su ratonera, AMLO busca mucho m¨¢s que titulares. Medir¨¢ el arrastre, las emociones que susciten genuinamente uno o varios de sus cinco fant¨¢sticos. ?Qui¨¦n despierta la ilusi¨®n casi como ¨¦l? Qui¨¦n da m¨¢s, literalmente.
El fantasma del 2012
Todo cuanto han hecho hasta hoy las corcholatas servir¨¢ de bien poco si no se consolida en un proyecto que borre uno de los espectros m¨¢s inc¨®modos del lopezobradorismo.
En la mitolog¨ªa de su movimiento, a L¨®pez Obrador le robaron la presidencia no solo en 2006, sino en la cita de seis a?os despu¨¦s. La diferencia entre ambos traumas es que el segundo fue sin gloria, careci¨® de espectacularidad, los n¨²meros de la derrota fueron tan humillantes que impidieron la protesta.
El presidente est¨¢ listo para cuidar a quien se gane el t¨ªtulo de heredero. Pero este, a su vez, debe mostrar, antes de septiembre, que crecer¨¢ de tal forma en las encuestas que sin importar lo que haga la oposici¨®n, o lo que aguarde el destino en su pecho traicionero, ¨¦l o ella ser¨¢ arrasadora en las urnas.
El cancerbero que amarrar¨¢ al INE y al Tribunal para evitar un 2006 trabaja de madrugada en Palacio. Pero sin candidatura con fuelle propio podr¨ªan sobrevenir desagradables sustos. La humillaci¨®n de la derrota est¨¢ proscrita del guion, pero depende del candidato, no de su padrino.
Baraja nueva
A pesar de su fama de ingrato, el presidente tiene afectos. La filosof¨ªa de estos en el ejercicio del poder, sin embargo, es irreductible y se puede ejemplificar con la famos¨¦rrima frase de Ruiz Cortines de ¡°Perdimos pollo¡±.
No vale la pena repetir que el presidente se inclina por ¨¦sta o por aquel, que preferir¨ªa a varios antes que a uno, que quiere una cosa cuasifilial o de paisanaje y no a alguien de carrera propia, etc¨¦tera. No vale la pena porque a pesar de tener todo el margen, el mandatario opt¨® por cambiar el juego.
Pudo imponer una o una de dos de sus cartas, con riesgo, es cierto, de que la mano se le complicara, pero este apostador es todo menos medroso o timorato a la hora de lanzarse. Sin embargo, resolvi¨® que paga por ver y pidi¨® que en el tapete est¨¦n cuantas figuras crean que pueden ganar.
Ahora quiere constatar de qu¨¦ son capaces sus reyes y su reina de corazones. La tribuna de apostadores se ha quedado estupefacta. Los m¨¢s estaban c¨®modos con momios que sin desaparecer ahora son m¨¢s vol¨¢tiles. Reparte baraja y cambia la partida: hay nuevo juego, toca hacer nuevas apuestas.
Turista Nacional
Las cinco corcholatas ¡ªque en realidad son cuatro, pues Ricardo Monreal no tiene incentivos para jugarse lo que ya tiene (la alcald¨ªa Cuauht¨¦moc y Zacatecas) y pronto se sumar¨¢ a alguna de las corcholatas, en los hechos o subrepticiamente¡ª, impactar¨¢n a su vez el mapa nacional de candidaturas.
No solo las y los gobernadores tendr¨¢n que ir ajustando sus alianzas y compromisos al ver c¨®mo acumulan patrimonio pol¨ªtico las diversas fichas de esta sucesi¨®n. Se han jugado los dados y la pieza ha ca¨ªdo en la casilla de todos a hacer campa?a.
Miles de cuadros ir¨¢n al territorio con m¨¢s apremio. Har¨¢n proselitismo a nombre propio, del movimiento y sobre todo para poder ofrecer a la o el suspirante una cuota de eventuales apoyos, un boleto de doble uso: mis gentes son tus gentes, tu candidatura es, de alg¨²n modo, la m¨ªa.
No es un quid pro quo estrictamente. No es un amarre imp¨²dico. Es un valor entendido.
Quiero ser parte de esta campa?a, no por el pasado, no porque me lo deben. Quiero ser parte de lo que se va a construir y aqu¨ª mi contribuci¨®n. Y aun as¨ª, much¨ªsimos de ellos pasar¨¢n por la encuesta, o har¨¢n una interna como la de los adultos que esta semana pierden la chamba.
La pir¨¢mide se sostiene en todos esos liderazgos territoriales, y para que este juego de la sucesi¨®n no termine en espejismo que logra clics y memes sin garantizar la victoria, es que ha de basarse el trabajo de todas y todos los morenistas en el territorio, que con estas nuevas reglas se activan m¨¢s a¨²n.
L¨®pez Obrador ha aplicado un revulsivo a los de casa. Cultivar¨¢ de manera org¨¢nica a la nueva generaci¨®n de cuadros de su movimiento, incluida la persona que ha de sucederlo. Gana legitimidad para quien resulte designado, pero obtiene mucho m¨¢s que eso: arrasa del mapa otra vez a la oposici¨®n.
Retiene por m¨¢s meses el control porque crea nueva incertidumbre: incluso quienes dentro de su propio entorno ya se cre¨ªan empoderados han de probar que valen lo que cre¨ªan, que tienen lo que se requiere, que son autosuficientes, incluso, desde fuera del poder que ten¨ªan gracias a ¨¦l.
La cascada de beneficios pol¨ªticos que esta jugada traer¨¢ al lopezobradorismo si ocurre dentro de la m¨ªnima civilidad y si desde la sociedad se le aprecia como genuina, y no una burda simulaci¨®n para ungir de un barniz de legitimidad a un predestinado, ser¨¢ ensordecedora.
AMLO quiere ver si le crecieron sus colaboradores. Recorran el pa¨ªs de plaza en plaza, como yo. Sin las entrevistas pactadas en estudios de caros aires acondicionados, como yo. Con discurso propio, como yo. Transiten por carreteras infestadas de criminales, como yo. Duerman en catres y coman lo que haya, sea en el Papaloapan o en Altar, Sonora. S¨ª, como yo.
D¨ªganle a propios y extra?os que pueden, como yo. Pero no desde la Canciller¨ªa ni desde el z¨®calo, menos desde tribunas con fueros y debates est¨¦riles. ?Quieren candidatura? ?sta no se gana en la capital, menos en Palacio Nacional, sino allende, muy allende de Cuautitl¨¢n.
*Me parece imposible ¡ªla cl¨¢sica excepci¨®n que confirma la regla¡ª que el ¡°verde¡± Manuel Velasco pueda encajar venturosamente en los azares y las frugalidades de este ¡°camino de Andr¨¦s¡± que ha lanzado el presidente. Por eso lo descarto completamente. A los otros cinco, veremos.
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