Ultras: de 1923 a 2023
La palanca ideol¨®gica de los ultras europeos, hoy como ayer, es el racismo. Primero, con vitola antisemita. Hoy, en tono anti¨¢rabe y antiinmigraci¨®n
La palanca ideol¨®gica de los ultras europeos, hoy como ayer, es el racismo. Primero, con vitola antisemita. ¡°Los nazis situaron al tema jud¨ªo en el centro de su propaganda¡± de forma que ¡°el antisemitismo ya no era cuesti¨®n de opiniones acerca de personas diferentes de la mayor¨ªa¡±, sino ¡°la preocupaci¨®n ¨ªntima de cada individuo en su existencia personal¡±, escribi¨® Hannah Arendt (Los or¨ªgenes del totalitarismo, Alianza, 2006). Hoy, en tono anti¨¢rabe y antiinmigraci¨®n.
La palanca pol¨ªtica fue primero el golpe de Estado: el fracasado putsch de Hitler en la cervecer¨ªa de M¨²nich en 1923, a recuelo de la Marcha sobre Roma de Mussolini (1922). Desde ah¨ª, combin¨® la violencia (intensa, selectiva), contra jud¨ªos y rojos ¡ªenemigos que van variando¡ª con la lucha electoral. Aupada en la Gran Depresi¨®n de 1929, la revoluci¨®n nazi ¡°fue avanzando con arreglo a lo que quer¨ªa o estaba dispuesta a tolerar la gran mayor¨ªa¡± (Richard Evans en El tercer Reich, Pasado & Presente, 2014).
Pero es falso que Hitler se encaramara al poder mediante un triunfo democr¨¢tico en solitario. En 1928 obtuvo el 2,6% de los votos para el Reichstag. En 1930, ya el 18,3%. En julio de 1932, con la crisis y el paro, 37,4%. Baj¨® a un 33% en noviembre.
Gobernaba el Partido de Centro Cat¨®lico heredero de Heinrich Br¨¹ning (el canciller de la pol¨ªtica fiscal austeritaria del llamado error Br¨¹ning), con apoyo de los conservadores. El clima violento y guerracivilista de los escuadristas y la astucia de Hitler minaron la confianza del presidente Hindenburg y de las derechas en s¨ª mismas. Las lideraba Von Papen, que traicion¨® al infortunado Br¨¹ning (y luego se pasar¨ªa al r¨¦gimen del terror).
De momento, Papen convenci¨® al anciano jefe de Estado de que nombrara canciller (primer ministro) al excabo austriaco, lo que hizo el 30 de enero de 1933: pero rodeado de solo dos ministros pardos, entre una mayor¨ªa de los partidos cat¨®lico y reaccionario, cada vez m¨¢s fundidos. Todav¨ªa el jefe nazi gobern¨® con las leyes de Weimar, recortadas, hasta que el Parlamento dirigido por G?ring le dio plenos poderes en marzo mediante un golpe de Estado de apariencia legal. Y a la muerte de Hindenburg, en 1934, se proclam¨® F¨¹hrer.
¡°Hitler no se hizo con la canciller¨ªa del Reich, sino que se la pusieron en bandeja los representantes de las minor¨ªas selectas conservadoras¡±, escribe Evans. En la estela de Alan Bullock: ¡°La derecha alemana renunci¨® al verdadero conservadurismo y form¨® coalici¨®n de Gobierno con los nazis¡±, (Stalin y Hitler, vidas paralelas, 1984, versi¨®n espa?ola en Kailas, 2016). ?Acaso hoy todo es del todo distinto en Europa? ?O arriesga a parecerse?
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