Optimizar el tiempo de trabajo
Los espa?oles figuran entre los europeos que m¨¢s horas dedican a trabajar sin que haya mejorado la productividad
Espa?a arrastra una inercia en la forma de organizar el trabajo que repercute negativamente sobre toda la organizaci¨®n social y tambi¨¦n sobre la vida de los empleados, especialmente aquellos que ejercen tareas de cuidado, que son mayoritariamente las mujeres. Con una media de 36,4 horas a la semana de trabajo, los espa?oles figuran entre los que m¨¢s tiempo le dedican, pero son al mismo tiempo los que tienen una productividad m¨¢s baja. Eso significa que el tejido productivo no ha sido capaz de aprovechar las innovaciones tecnol¨®gicas para mejorar el rendimiento y ganar tiempo para la vida privada.
Entre las causas de este desajuste figuran inercias organizativas y culturales que se remontan al franquismo, como las dos horas de descanso al mediod¨ªa. En alg¨²n tiempo pudo justificarse por razones clim¨¢ticas, pero en realidad serv¨ªa para facilitar la alta tasa de pluriempleo, o la cultura del presencialismo, que valora m¨¢s la permanencia en el lugar del trabajo que la productividad, lo que tambi¨¦n perjudica en mayor proporci¨®n a las mujeres. Este patr¨®n ha consolidado una jornada laboral muy expandida con interrupciones que dificultan el rendimiento, lo que tiene consecuencias en cascada: comidas excesivamente copiosas que parten la jornada, trabajadores que prolongan la jornada m¨¢s all¨¢ de las seis de la tarde (obligando a otros a hacerlo tambi¨¦n), y una falta cr¨®nica de tiempo para la vida familiar y para el ocio, adem¨¢s de retrasar y acortar el descanso. No es casualidad que los espa?oles figuren entre los europeos que menos duermen.
El hecho de que la econom¨ªa espa?ola dependa tanto del turismo condiciona no solo la organizaci¨®n del trabajo, sino los tiempos de ocio de buena parte del pa¨ªs. La combinaci¨®n de salarios bajos y largas jornadas laborales es la causa de que las empresas tur¨ªsticas tengan cada vez m¨¢s dificultades para encontrar personal. Muchos trabajadores, y no solo del sector tur¨ªstico, se ven abocados a trabajar m¨¢s horas de las que figuran en sus contratos sin recibir compensaci¨®n, hasta el punto de que el 49% de las horas extra que se realizan no se abonan.
A todo ello hay que a?adir nuevos factores de distorsi¨®n como la econom¨ªa de las plataformas, que instaura la cultura de que cualquier bien que se precise ha de ser asequible y servido a cualquier hora, lo que implica servicios abiertos las 24 horas del d¨ªa. Por otra parte, la externalizaci¨®n de una parte de los procesos de producci¨®n ha hecho crecer tambi¨¦n el porcentaje de trabajadores que trabajan por cuenta propia, en un r¨¦gimen de competitividad extrema en el que no solo han de afrontar los costes de su protecci¨®n social, sino tambi¨¦n ritmos de trabajo cada vez m¨¢s extenuantes. Este sistema, antes limitado a las profesiones liberales, se ha ampliado ahora a muchas tareas que hasta hace poco se hac¨ªan por cuenta ajena. En estos casos ni siquiera puede hablarse de jornada laboral, sino de un r¨¦gimen de autoexigencia que solo tiene como l¨ªmite la capacidad de resistencia del trabajador.
El resultado de todo ello es que los espa?oles tambi¨¦n figuran entre los europeos m¨¢s insatisfechos con su vida laboral, y el pa¨ªs en su conjunto paga un alto precio en t¨¦rminos de salud mental, absentismo laboral y malestar general. Regular mejor los tiempos de trabajo deber¨ªa ser parte de la agenda pol¨ªtica de la pr¨®xima legislatura para romper del todo con inercias heredadas de otros tiempos.
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