Ahora Bolsonaro tiene que ir a la c¨¢rcel
Para que Brasil pueda curarse de a?os de odio, la inhabilitaci¨®n de ocho a?os tiene que ser solo el primer castigo para el expresidente
Solo un pa¨ªs tan falto de justicia como Brasil puede celebrar que Jair Bolsonaro haya sido inhabilitado hasta 2030. El expresidente fue condenado el pasado viernes por haber atacado el sistema electoral brasile?o en una reuni¨®n con embajadores extranjeros en julio de 2022, cuando buscaba perpetuarse en el poder. Es poco para un extremista de derecha que, en los cuatro a?os que gobern¨® Brasil, ejecut¨® un plan para propagar el virus de la covid-19 y obtener la ¡°inmunidad de reba?o¡± que, seg¨²n los epidemi¨®logos, fue responsable de la mayor¨ªa de las m¨¢s de 700.000 muertes. Entre 2019 y 2022, Bolsonaro atac¨® las vacunas, estimul¨® la invasi¨®n criminal de tierras ind¨ªgenas, aceler¨® la destrucci¨®n de la Amazonia, la emprendi¨® contra las instituciones, intent¨® destruir la credibilidad de las urnas electr¨®nicas y alent¨® golpes de Estado. Quedarse fuera de la contienda electoral durante ocho a?os es poco, muy poco, para tantos delitos. Pero Bolsonaro es un humano monstruo resultado de la impunidad y que las instituciones de la democracia que tanto ha socavado le castiguen por primera vez por sus acciones es un hito hist¨®rico.
Bolsonaro comenz¨® su carrera criminal planeando hacer explotar bombas en cuarteles en 1987, como medida de presi¨®n para conseguir mejores salarios para el cuerpo. La Justicia Militar lo absolvi¨® en un juicio vergonzoso, pero tuvo que abandonar las Fuerzas Armadas e inici¨® su carrera como pol¨ªtico profesional: se pas¨® casi tres d¨¦cadas defendiendo como parlamentario los asesinatos cometidos por la dictadura empresarial-militar (1964-1985) y atacando a negros, ind¨ªgenas, mujeres y LGTB, hasta llegar a la presidencia. El capit¨¢n retirado se convirti¨® en la s¨ªntesis de un pa¨ªs en que agentes del Estado secuestraron, torturaron y asesinaron a cientos de civiles y a m¨¢s de 8.000 ind¨ªgenas y nunca fueron castigados, a diferencia de lo que ocurri¨® en pa¨ªses vecinos como Argentina, que fue capaz de meter en la c¨¢rcel a los generales y devolver la dignidad a la naci¨®n. Bolsonaro siempre crey¨® que pod¨ªa decir y hacer cualquier cosa y que no le pasar¨ªa nada. Lo crey¨® porque era verdad. Hasta el hist¨®rico d¨ªa 30 de junio de 2023, en que fue castigado por primera vez.
Ahora Brasil lo gobierna por tercera vez Luiz In¨¢cio Lula da Silva, pero la marca de los cr¨ªmenes de Bolsonaro la llevan todos los brasile?os. Hoy somos un pa¨ªs de gente m¨¢s triste, de gente de luto, de gente con m¨¢s ganas de matar. Cualquier pretexto es bueno para que se produzcan estallidos de violencia en las calles, en el tr¨¢fico, en los espacios p¨²blicos. Los brasile?os no vivieron una pandemia como el resto del mundo, sino una pandemia en la que el presidente utiliz¨® la m¨¢quina del Estado para que el virus matara m¨¢s r¨¢pidamente. Nadie pasa cuatro a?os siendo reh¨¦n de un perverso sin que la experiencia de la sumisi¨®n lo transforme. Hoy los brasile?os odian a los brasile?os, el odio es el aire que se respira en Brasil. Bolsonaro puede haber perdido las elecciones y ahora ¡ªtemporalmente¡ª el derecho a presentarse de nuevo. Pero su proyecto de odio sigue activo, por eso, aunque perdiera las elecciones, gan¨®.
Lo que determinar¨¢ la derrota de lo que representa y que va mucho m¨¢s all¨¢ del individuo Bolsonaro es cu¨¢nta justicia conseguir¨¢ hacer la democracia brasile?a. Si este es el ¨²nico castigo para un criminal de Estado, el Brasil asesino, racista, xen¨®fobo, mis¨®gino, hom¨®fobo, antiind¨ªgena y negacionista del clima se fortalecer¨¢ a¨²n m¨¢s. Si esta es solo la primera sanci¨®n y la m¨¢s indulgente, a la que seguir¨¢n muchas otras, Brasil tendr¨¢ una oportunidad de rehacerse. Meter a Bolsonaro en la c¨¢rcel por genocida tiene que convertirse en el objetivo de todo brasile?o que a¨²n pueda mantener algo de cordura en un pa¨ªs profundamente enfermo por el ejercicio del odio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.