Un mito del nacionalismo perif¨¦rico: Blas Infante
La identidad moderna de Andaluc¨ªa se ha construido en torno a una manida simbolog¨ªa del llamado Padre de la Patria, en lugar de profundizar en su ideario, complejo para los pol¨ªticos y desconocido para la ciudadan¨ªa

El primer d¨ªa que tuve conciencia de mi padre fue en un paseo por El Escorial. Una fotograf¨ªa cogidos de la mano plasm¨® ese recuerdo. Mantengo en la memoria las voces de escolares que me llamaban el andaluz, antes de que mi familia regresara a Andaluc¨ªa y me convirtiera en el madrile?o, para comenzar una gira ante vecinos deleitados por el nuevo acento. En esas cambiaron el nombre de la calle Queipo de Llano por el de Blas Infante (1885-1936). Era el a?o 1983 y el reci¨¦n constituido Parlamento auton¨®mico hab¨ªa declarado a Infante Padre de la Patria Andaluza. De improviso, los andaluces presenciamos la apolog¨ªa de un s¨ªmbolo. Le dedicaron cientos de calles, barriadas, centros educativos, bibliotecas, complejos deportivos, y una avalancha de bustos de un se?or engominado y lentes redondas que nos estorbaron los juegos de pelota. A los escolares nos toc¨® colorear su rostro serigrafiado, participar en la coreograf¨ªa para cantar nuestro himno y hacer fila para recibir el pan tradicional (el mollete) empapado en aceite de oliva, la mejor forma conocida de celebrar cualquier idealismo.
M¨¢s all¨¢ de los actos l¨²dicos, poco m¨¢s nos ense?aron, y cada cual prosigui¨® con su formaci¨®n andalucista, si quiso. Estudi¨¦ la carrera universitaria en Sevilla, donde Infante fue asesinado por los sublevados de Queipo de Llano un 10 de agosto de 1936. En el lugar de su fusilamiento, erigieron un monumento ¡ªInfante despliega los brazos alados en un ¨²ltimo anhelo de vida, al grito de Viva Andaluc¨ªa Libre¡ª que dignific¨® su figura, ya que hasta entonces solo contaba con un busto en una urbanizaci¨®n en la periferia, a tres kil¨®metros de la Giralda. Los pol¨ªticos se sumaron a los homenajes, no sin recelos, porque el ideario de Infante sigui¨® resultando complejo e inc¨®modo. En agosto de 2008, el entonces presidente andaluz, el socialista Manuel Chaves, entendi¨® que el mito estaba maduro como para interrumpir unas vacaciones en Croacia y se ausent¨® del acto institucional. La oposici¨®n protest¨® y, de seguido, consensu¨® la alternativa de homenajear al l¨ªder en julio, el d¨ªa 5, sin apreturas por la temporada de ba?o y con la justificaci¨®n del aniversario de su nacimiento. El Partido Popular, sucesor en el Gobierno, mantuvo el acuerdo y lim¨® sus antiguas reticencias con el ¨ªdolo, en un viraje hacia la apropiaci¨®n del andalucismo que le ha llevado a proclamar un D¨ªa de la Bandera, el 4 de diciembre, en respuesta a los andaluces que consideran este d¨ªa de revueltas callejeras m¨¢s aut¨¦ntico de celebraci¨®n autonomista que el aniversario de la iniciativa que propici¨® el primer refer¨¦ndum, un 28 de febrero, ambas fechas ajenas a Infante.
Al no ser festivo este 5 de julio, los homenajes apenas tienen repercusi¨®n y Andaluc¨ªa celebra el nacimiento de la persona real, hoy mitificada, sin que transcienda la vanguardia de su ideario, ni la condena que su asesinato y el de otros intelectuales supuso para este pa¨ªs, nada menos que desvincularse del progreso social durante 40 a?os. Blas Infante fue un gran pol¨ªtico, pese a no quererlo, con una explicaci¨®n propia sobre la historia y los problemas de Andaluc¨ªa. Su programa abog¨® por el federalismo y la soberan¨ªa de los pueblos, lejos del independentismo, con acogida a los migrantes porque ¡°en Andaluc¨ªa no hay extranjeros¡±. Un hombre conocedor de 11 idiomas, respetuoso con la tradici¨®n cat¨®lica e investigador de la memoria isl¨¢mica. Su preocupaci¨®n por los jornaleros, a quienes compadeci¨® de ni?o cuando misereaban a la puerta de su colegio el guiso de la guiropa, le llev¨® a reclamar una reforma agraria y la creaci¨®n de cajas rurales. Feminista, como los republicanos, y defensor del derecho al divorcio, pese a que no se acogi¨® a la ley cuando se enamor¨® de otra mujer, una experiencia terrenal que la versi¨®n oficial ha borrado. Ecologista, cuidador de un zorro, liberador de p¨¢jaros en las jaulas de los mercados, opositor de la tauromaquia y de las peleas de gallos todav¨ªa consentidas. En definitiva, una persona real de quien la infancia se pueda enorgullecer m¨¢s all¨¢ del d¨ªa de su cumplea?os. Un padre respetado, si es conocido, para sentirnos todos menos hu¨¦rfanos de ideas. Porque ¨¦l lo intent¨® hasta el final, no tenemos derecho a dejar de intentarlo.
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