Amazonia atacada: grandes retos para la cumbre
En la deforestaci¨®n amaz¨®nica y en los dramas vinculados, hay responsabilidades compartidas entre los ocho pa¨ªses con acceso a la cuenca amaz¨®nica
La Cumbre de Presidentes Amaz¨®nicos est¨¢ anunciada para dentro de un mes (8 y 9 de agosto) a llevarse a cabo en la ciudad brasile?a de Bel¨¦m do Par¨¢. Con jurisdicci¨®n sobre la regi¨®n amaz¨®nica hay ocho pa¨ªses. De manera que, en principio, deber¨ªan asistir los(as) jefes de Estado de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Per¨², Surinam y Venezuela.
Surgen en torno a esta convocatoria interrogantes varias: quienes asistir¨¢n, la precisi¨®n y claridad de la agenda y, lo m¨¢s importante, si se llegar¨¢ -o no- a decisiones sustantivas relevantes. Y no a un encuentro de frustrantes resultados como ocurri¨® hace pocos d¨ªas con el encuentro presidencial de Mercosur llevado a cabo en la localidad argentina de Puerto Iguaz¨².
Ya me he referido en este mismo peri¨®dico al crucial tema amaz¨®nico y en otros medios al reto enorme que significaba para la regi¨®n amaz¨®nica la asunci¨®n por Lula de la presidencia de Brasil. Hay que recordar que con motivo de la transmisi¨®n de mando presidencial en Brasil el 1 de enero, el presidente Petro llam¨® a ¡°Un gran pacto para salvar la selva amaz¨®nica en favor de la humanidad¡±. Punto a favor; pero hasta el momento solo una idea.
El solo hecho que se haya convocado a la cumbre en Belem do Par¨¢ y que, apuntando a ella, ya est¨¦n trabajando delegaciones de los pa¨ªses amaz¨®nicos es algo importante. La ¨²ltima -que fue esencialmente intrascendente- se llev¨® a cabo en setiembre del 2019 en Leticia, Colombia, dentro del complejo contexto de incendios forestales en la Amazonia. Participaron solo los presidentes de Bolivia, Evo Morales; Colombia, Iv¨¢n Duque; Ecuador, Len¨ªn Moreno; y de Per¨², Mart¨ªn Vizcarra. Reveladora inasistencia de Bolsonaro: dentro de su Gobierno se estaba produciendo la mayor deforestaci¨®n (+79%) en Brasil desde 2008
En la deforestaci¨®n amaz¨®nica y en los dramas vinculados, hay responsabilidades compartidas entre los ocho pa¨ªses con acceso a la cuenca amaz¨®nica. Sin embargo, el 70% de los siete millones de kil¨®metros cuadrados de la Amazonia -el doble de toda Europa sin considerar a Rusia- se encuentra en tres pa¨ªses. En ese orden, Brasil (3,6 millones de km2), Per¨² (782,000 km2) y Colombia (484,000 km2).
Nada promisorio de impacto se puede concertar sin que haya concordancia al menos entre estos tres pa¨ªses. No puede ignorarse que el momento es complicado. Porque, entre otras cosas, el presidente de uno de los tres pa¨ªses amaz¨®nicos claves (Colombia) no ¡°reconoce¡± a la presidenta de otro pa¨ªs crucial en ese tr¨ªo (Per¨²). Tenemos all¨ª una traba objetiva para concretar acuerdos que habr¨¢ que ver como se resuelve. Es de esperar que en el ¨ªnterin las aguas vayan bajando a su nivel y que se puede avanzar hacia un impere el realismo. Mensaje crucial. Pero a la vez sint¨¦tico pues, como es obvio, el tal ¡°gran pacto¡± que, para ser tal, tiene que ser al menos entre los tres pa¨ªses con soberan¨ªa sobre el 70%.
De cara a la cumbre presidencial por venir se plantean, en cuanto a lo sustantivo, varios retos de preguntas fundamentales dentro de las que destacan dos.
En primer lugar, tener a la mano los diagn¨®sticos apropiados -serios y comprehensivos- en un contexto en el que se suelen repetir generalidades. Y, a la vez, diagn¨®sticos que no soslayen las responsabilidades que -por acci¨®n o inacci¨®n- pueden tener las autoridades locales/nacionales.
El abanico de temas es muy amplio. Puede ir desde asuntos tan amplios, urgentes e inmediatos, como los procesos de deforestaci¨®n (por autorizaciones gubernamentales o, de facto, ante la lenidad estatal) para proyectos ganaderos o agr¨ªcolas (en lo que Bolsonaro fue irresponsablemente pr¨®digo). Hasta asuntos graves y urticantes como los asesinatos sistem¨¢ticos de dirigentes ind¨ªgenas amaz¨®nicos de un marco grave de desprotecci¨®n e impunidad.
Hay en ello una amplia lista de asuntos variados en los que es esencial e impostergable el intercambio de informaci¨®n seria, relevante y completa. Lamentablemente, la dimensi¨®n de la problem¨¢tica le ha quedado grande a la agenda y estrategias muy generales de intervenci¨®n emergidas de la Organizaci¨®n del Tratado de Cooperaci¨®n Amaz¨®nica (OTCA) fundada hace d¨¦cadas.
Segundo, frente al desastre anterior urge un abanico de respuestas estrat¨¦gicas y un plan de emergencia; nada de esto aparentemente existe hoy. Esto demanda mucha creatividad, decisi¨®n pol¨ªtica y capacidad de coordinaci¨®n. Por ejemplo, para que no se siga asesinando dirigentes ambientalistas amaz¨®nicos. Y, por supuesto, dise?ar mecanismos menos ilusorios ante la deforestaci¨®n o la extracci¨®n ilegal de oro (por ejemplo, prohibiendo, en serio, la venta y circulaci¨®n de mercurio, insumo esencial).
Hay un asunto, sin embargo, de implicancia regional, que es el del narcotr¨¢fico. Que va mucho m¨¢s all¨¢ de la lamentable depredaci¨®n de foresta amaz¨®nica para sembrar hoja de coca, fen¨®meno que se presenta, ante todo, en Per¨², Colombia y Bolivia. El ¨²ltimo informe publicado por El ¨²ltimo Informe Mundial de la ONU (UNODC) detalla que el cultivo de coca se dispar¨® un 35% de 2020 a 2021; el aumento interanual m¨¢s pronunciado desde 2016. El aumento se debe tanto a la expansi¨®n del cultivo de arbusto de coca - en territorios amaz¨®nicos cada vez m¨¢s sensibles - como a las mejoras en el proceso de transformaci¨®n de la hoja de coca en clorhidrato de coca¨ªna.
El tema, pues, es cada vez m¨¢s serio pero sin recibir atenci¨®n relevante. En algo excepcional, en su discurso de investidura el agosto del 2022 el presidente Petro anunci¨® que deb¨ªa adoptarse un nuevo enfoque en la lucha contra el narcotr¨¢fico. Hasta donde se sabe todo qued¨® en ese anuncio mientras en los otros dos pa¨ªses m¨¢s concernidos (Bolivia y Per¨²) no se ha producido ninguna innovaci¨®n. Es obvio y urgente que se requiere mayor atenci¨®n al tema y apostar por pol¨ªticas novedosas, realistas y que funcionen, a diferencia de las fracasadas vigentes.
Dos asuntos deber¨ªan merecer atenci¨®n especial ante este incremento notable.
De un lado, la diversificaci¨®n de las rutas de comercio y los lugares de consumo. Como ha revelado OjoP¨²blico, la coca¨ªna procedente de Bolivia y Per¨² se transporta cada vez m¨¢s por el Cono Sur a trav¨¦s de Paraguay y la hidro v¨ªa Paran¨¢-Paraguay. Los grupos delictivos, a menudo procedentes de Brasil, utilizan aviones para cruzar la frontera y luego barcos por el r¨ªo hasta el Atl¨¢ntico.
Por otro lado, el creciente consumo en la regi¨®n. La zona fronteriza entre Per¨² y Brasil, como ha advertido OjoP¨²blico, es crucial en ¡°la acci¨®n de las redes de producci¨®n, distribuci¨®n y consumo de drogas¡±, una de las principales rutas del narcotr¨¢fico internacional. Brasil es ya el segundo pa¨ªs con m¨¢s consumidores de coca¨ªna en el mundo despu¨¦s de Estados Unidos.
Mientras parece mantenerse inc¨®lume una pol¨ªtica de tratamiento al narcotr¨¢fico que ha fracasado -y sigue fracasando- crecientes sectores en el mundo vienen una pol¨ªtica alternativa. Que, por un lado, apunte con pol¨ªticas de desarrollo y seguridad efectivas -y no ilusorias- en las zonas abandonadas por la mano del Estado que se tornan en vulnerables para el sembr¨ªo de coca. Por otro lado, tratando el crecimiento sostenido del consumo en la regi¨®n con pol¨ªticas de salud, prevenci¨®n y descriminalizaci¨®n m¨¢s que con una criminalizaci¨®n que ha demostrado, hasta el hartazgo, su completo fracaso.
?Ser¨¢ posible que se salga de la Cumbre con ideas y planes de acci¨®n novedosos, realistas y concretos?
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