Vox frena el auge ultra en la UE
Su frustrada incorporaci¨®n a un Gobierno del PP detiene las expectativas de poder de la ultraderecha en Bruselas
La ca¨ªda electoral de Vox y, sobre todo, la imposibilidad de formar parte de un Gobierno de coalici¨®n con el PP, ha roto el ascenso de las fuerzas ultraconservadoras y euroesc¨¦pticas en Europa, que parec¨ªa imparable tras la victoria en Italia de la actual primera ministra, Georgia Meloni. La alianza de esas formaciones en torno al grupo ECR (European Conservatives and Reformists), presidido por Meloni y con Libertad y Justicia de Polonia y Vox entre sus compa?eros de viaje, aspira a convertirse en un nuevo eje fundamental de la pol¨ªtica europea, capaz de plantar cara a la democracia cristiana, concentrada en el Partido Popular Europeo, e incluso de romper el hist¨®rico entendimiento entre populares y socialdem¨®cratas que ha mantenido en pie la Uni¨®n durante casi 70 a?os.
La llegada de Vox al Gobierno en la cuarta econom¨ªa de la UE, y en el cuarto pa¨ªs m¨¢s poblado, hubiera dado mucha fuerza a la ofensiva ultra, en particular de cara a las elecciones al Parlamento Europeo de 2024, en las que ECR aspira a situarse como la tercera fuerza m¨¢s votada (por detr¨¢s de PPE y Socialistas) y ser imprescindible en el reparto de poder en Bruselas y en la gesti¨®n de la agenda comunitaria. El 23-J ha desbaratado la estrategia de ECR, que probablemente deber¨¢ revisar a la baja sus ensue?os de poder ejecutivo. Las elecciones en Espa?a pueden marcar un punto de inflexi¨®n similar al que supuso la victoria de Emmanuel Macron en Francia en 2017, cuando la UE parec¨ªa condenada a sucumbir ante la ola transatl¨¢ntica de nacionalpopulismo que hab¨ªa dado la victoria al Brexit en el refer¨¦ndum en el Reino Unido y a Donald Trump en las presidenciales estadounidenses.
Pero el alivio de Bruselas no debe hacer olvidar la temeridad con la que el l¨ªder de los populares, Alberto N¨²?ez Feij¨®o, se ha acercado a un partido cuyos tintes euroesc¨¦pticos son evidentes, aunque a menudo queden tapados por sus exabruptos xen¨®fobos, mis¨®ginos y hom¨®fobos. Un Ejecutivo de Feij¨®o con Vox hubiera permitido a los pa¨ªses donde los partidos ultras lideran o participan en el Gobierno llegar a sumar hasta un 35% de voto en el Consejo de la UE. Ese es el umbral que les permitir¨ªa, llegado el caso, bloquear cualquier iniciativa de la Comisi¨®n Europea. Sin Espa?a, esa amenaza aparece de momento disipada.
El fracaso de la estrategia de Feij¨®o, que en lugar de tender puentes hacia otras formaciones apost¨® por esperar el apoyo de Vox, deber¨ªa servir tambi¨¦n de aviso para sus correligionarios europeos. El l¨ªder de los populares, el eurodiputado alem¨¢n Manfred Weber, alienta desde hace meses un acercamiento hacia Meloni y compa?¨ªa como v¨ªa para lograr el poder donde los conservadores no tengan votos suficientes (como en Suecia) y, sobre todo, para intentar mantener la amenazada cuota de poder del PPE en la UE (donde presiden la Comisi¨®n Europea, el Parlamento Europeo, el BCE y el Eurogrupo). El error del PP espa?ol se ha evitado por la movilizaci¨®n del electorado progresista y por la propia concentraci¨®n de voto conservador en las candidaturas de Feij¨®o. El error de Weber podr¨ªa ser m¨¢s dif¨ªcil de evitar por la heterogeneidad de las elecciones europeas y podr¨ªa salir mucho m¨¢s caro: pondr¨ªa en peligro el t¨¢ndem democristiano y socialdem¨®crata que ha permitido avanzar en la integraci¨®n europea, objetivo prioritario de la UE. Pensar que fuerzas ultranacionalistas, pendientes solo de su propio inter¨¦s y con vocaci¨®n renacionalizadora, pueden sumarse a ese motor europeo es desconocer la historia del continente antes del nacimiento de la UE y olvidar las tr¨¢gicas lecciones de ese pasado.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.