C¨®mo hacer a Vox inevitable
La ultraderecha se opone a la transici¨®n verde, a la ciencia, pero cataliza el miedo y la realidad de miles de ciudadanos atrapados en contradicciones sin respuesta
Como en las otras comunidades donde Vox ha entrado en el Gobierno, tambi¨¦n en Arag¨®n la Consejer¨ªa de Agricultura y Ganader¨ªa estar¨¢ en manos del partido nacionalpopulista. Al leer las 13 p¨¢ginas del acuerdo de gobernabilidad, al releer el bloque dedicado a agricultura, medio rural y territorio, record¨¦ a Jos¨¦ Yag¨¹e, un agricultor de Villastar, un pueblo a nueve kil¨®metros de Teruel. No lo conozco; solo escuch¨¦ su testimonio. Fue el pasado 13 de abril cuando ??igo Alfonso lo entrevist¨® en RNE. Es un caso local para interpretar las contradicciones del mundo de hoy, ahora incluso m¨¢s, cuando el ataque ruso a un puerto interior ucranio ha disparado el precio de los cereales. Y entonces se teme por una crisis alimentaria global. Y aqu¨ª apenas llueve. Y ¨¦l, como tantos, este a?o perdi¨® la cosecha. La conversaci¨®n era sobre la sequ¨ªa y la ruina del secano.
Jos¨¦ dijo que era uno de los cinco o seis agricultores en un pueblo donde la mayor¨ªa de los casi 600 vecinos trabajan en Teruel. ¡°Ha sido la siembra m¨¢s cara de la historia¡±, explic¨®. Hab¨ªa invertido entre 500 y 600 euros por hect¨¢rea. ¡°El tema del gasoil y el fertilizante¡±, es decir, las consecuencias de la guerra y la crisis energ¨¦tica sobre su peque?a finca. Adem¨¢s, no llov¨ªa. No recordaba cu¨¢ndo hab¨ªa llovido tan poco. A mediados de marzo, la cosecha ya estaba perdida y no la hab¨ªa asegurado porque, despu¨¦s de otras sequ¨ªas y el aumento de la p¨®liza, tampoco sal¨ªan las cuentas. Tal vez recuperar¨ªa 100 euros gracias a la subvenci¨®n de la Pol¨ªtica Agraria Com¨²n, la PAC, una pol¨ªtica cl¨¢sica de la Uni¨®n Europea cuyo prop¨®sito original era el apoyo a los agricultores y el mantenimiento de la econom¨ªa rural y, con el tiempo, tambi¨¦n incorpor¨® la condici¨®n de la contribuci¨®n a la lucha contra el cambio clim¨¢tico. Esa ma?ana de abril deb¨ªa llover, seg¨²n las previsiones. Jos¨¦ miraba el cielo. Tampoco llovi¨®. Lo ¨²nico que pod¨ªa compensar las p¨¦rdidas era la cosecha de regad¨ªo. Ma¨ªz y cebada. El pantano a¨²n estaba en buenas condiciones, pero, si no llov¨ªa, en pocos meses el otro problema ser¨ªan los caudales ecol¨®gicos, que ¨¦l consideraba que en su pueblo, sin peces, tampoco ten¨ªan mucho sentido.
Cuando Vox elige las consejer¨ªas de Agricultura, explota un campo abonado para consolidar su discurso: conecta con un pasado que idealiza y sabe que puede exacerbar los leg¨ªtimos temores ante el futuro de unos agricultores a los que la izquierda no sabe dar respuesta, a los que desampara el modelo de desarrollo progresista. ¡°Desde el punto de vista de la sostenibilidad, la Espa?a menos poblada percibe que su papel va a ser secundario¡±, escribi¨® aqu¨ª el l¨²cido pol¨ªtico socialista que es Ignacio Urquizu, alcalde de Alca?iz durante la ¨²ltima legislatura; ¡°lo ¨²nico que parece atribuirse a la Espa?a rural es la de generadores de energ¨ªa renovable, actividad que genera riqueza, pero pocos empleos¡±. Esa cosmovisi¨®n urbana, tan liberal y autosatisfecha por el compromiso con el medio ambiente sin ensuciarse, fue el origen del malestar donde se gestaron protestas como las de los chalecos amarillos. La Francia rural volc¨® su odio sin futuro en las principales ciudades del pa¨ªs. No es f¨¢cil mantener la esperanza con la conciencia de que tu mundo desaparece mientras llegan alimentos importados de territorios donde no hay normativas medioambientales, aumenta el precio del gas¨®leo... Y no llueve.
En el primer punto del acuerdo de gobierno sobre agricultura, despu¨¦s de referirse a ¡°tradiciones, fiestas, modelo de vida¡±, el PP y Vox se comprometen a prestar ¡°especial atenci¨®n¡± a ¡°las normativas que condicionan la viabilidad de sus explotaciones¡±. Esas normativas son las europeas y cada vez m¨¢s est¨¢n vinculadas al compromiso con la transici¨®n verde. Contra esa transici¨®n est¨¢ Vox, contra la ciencia, pero catalizando el miedo y la realidad de miles de ciudadanos atrapados en contradicciones sin respuesta. La pregunta que el mi¨¦rcoles formulaba el columnista David Brooks resuena tambi¨¦n aqu¨ª: ¡°?Cu¨¢ndo dejaremos de comportarnos de manera que el trumpismo sea inevitable?¡±.
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