Cobrarle impuestos a lo intangible
El SAT permitir¨¢ facturar las actividades (y as¨ª, gravar las ganancias) de brujos, curanderos, sanadores y yerberos
Es conocida la escasa confianza que el Gobierno federal en turno le concede al conocimiento y la pr¨¢ctica de la ciencia. Las pruebas est¨¢n a la vista: ha arremetido sin pausas contra lo que ha dado en llamar ¡°ciencia neoliberal¡±, ha desatado una serie de campa?as p¨²blicas (y hasta legales, en algunos casos) contra quienes la practican, ha reformado el ente antes llamado Conacyt (y hoy Conahcyt) para inclinarlo hacia una ¡°ciencia al servicio del pueblo¡± y ha equiparado las ciencias con los ¡°saberes ancestrales¡± en los nuevos y controversiales libros de texto gratuito para la educaci¨®n primaria.
Es decir, que para la administraci¨®n p¨²blica, por ejemplo, da m¨¢s o menos lo mismo que una persona estudie por a?os y sea sometida a decenas y decenas de ex¨¢menes y revisiones profesionales antes de recetar un tratamiento, digamos, g¨¢strico, a que otra asegure ser capaz de remediar esos mismos males con cocacola y oraciones, o con dosis de agua en frasquitos, o sobando la parte afectada y transmitiendo ¡°energ¨ªa¡± al paciente de alg¨²n modo misterioso que no puede ser verificado ni medido.
La nueva medida en esta reivindicaci¨®n oficial a las ciencias ocultas y espirituales es, parad¨®jicamente, muy realista. Consiste en que el Servicio de Administraci¨®n Tributaria (SAT), el brazo m¨¢s activo de la Secretar¨ªa de Hacienda y Cr¨¦dito P¨²blico, permitir¨¢ facturar las actividades (y as¨ª, gravar las ganancias, vamos) de brujos, curanderos, sanadores y yerberos, es decir, de aquellos que practican la ¡°medicina tradicional¡±, que forma parte central de esos ¡°saberes ancestrales¡± que tanto entusiasman al gobierno en turno. Tambi¨¦n se considera a los home¨®patas en estas adiciones al cat¨¢logo de actividades reconocido por el SAT, aunque se trate de un sistema alternativo de origen alem¨¢n y con pretendidas ra¨ªces en la antig¨¹edad cl¨¢sica europea. Hemos de suponer que ya se le adopt¨® como si se tratara de un saber precolombino.
Aquellos participantes en los rituales de sanaci¨®n (o ¡°consultas¡± y ¡°tratamientos¡±) podr¨¢n registrarse ante las autoridades fiscales y emitir y timbrar recibos como cualquier persona en el mundo de lo terrenal. Y, consecuentemente, deber¨¢n pagar IVA o ISR seg¨²n el caso de lo facturado. Las nuevas categor¨ªas son bastante notables. Incluyen ¡°servicios de hechiceros o vud¨²s¡±, ¡°Servicios de curanderos¡±, ¡°Chamanes¡±, ¡°Trabajos con energ¨ªa¡±, ¡°Servicios de medicina herbolaria o herbolarios¡±, ¡°Curas m¨¦dicas con algas o algas marinas¡±, ¡°Servicios de curas con fuentes termales¡±, ¡°Valoraci¨®n del diagn¨®stico inicial¡± (homeop¨¢tico) y ¡°Consultas de remedios¡± (homeop¨¢ticos tambi¨¦n).
Esta mezcla de tradiciones, magia y creencias pol¨¦micas resulta cuando menos peculiar. Porque no es lo mismo la herbolaria (una de las bases de la medicina cient¨ªfica, dependiendo de c¨®mo y en qu¨¦ contexto se hable de ella), que la hechicer¨ªa o el vud¨², ni tampoco que la balneoterapia (curas con aguas termales) o la homeopat¨ªa, discutidas o de plano tachadas de pseudociencia por la inmensa mayor¨ªa de la comunidad cient¨ªfica. Ajenas a estos matices, las autoridades ofrecen la posibilidad de regularizar la innegable actividad econ¨®mica que se da en torno a estas pr¨¢cticas.
?Dar¨¢ esto pie, tambi¨¦n, a que se demande ante la Procuradur¨ªa Federal del Consumidor a un brujo cuyo ¡°amarre¡± no funcione? ?Qu¨¦ diferencia a estas categor¨ªas de otras posibles como la lectura de cartas, la astrolog¨ªa en sus diversas ramas, la lectura de runas, la aromaterapia? ?Con qu¨¦ criterios se permitir¨¢ administrar ciertas sustancias y productos sin pruebas cient¨ªficas de eficacia y se prohibir¨¢n otras, como los llamados ¡°productos milagro¡±, tan perseguidos por la Comisi¨®n Federal para la protecci¨®n contra riesgos sanitarios (Cofepris)? ?Se tomar¨¢n medidas para auditar y acotar las actividades irregulares de brujos, curanderos y hasta home¨®patas no registrados? ?Tendremos algo as¨ª como una ¡°caza de brujas fiscal¡±?
Estos, y otros que sin duda surgir¨¢n, son los problemas que causa administrar lo intangible.
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