Los matones, la inquilina y el marco
Las conclusiones a las que llegamos a menudo dependen del uso de determinadas etiquetas y adjetivos
Hay tuits que en apenas un par de frases resumen decenas de libros de teor¨ªa pol¨ªtica. Hace unos meses, @InternetHippo tuite¨® que la nueva moda de la derecha consiste en describir cr¨ªmenes de la forma m¨¢s gen¨¦rica posible para que no parezcan delitos: ¡°Acusan a alguien de conspiraci¨®n y gritan: ¡®?As¨ª que ahora es ilegal hacer planes con amigos!¡±. Esta cuenta ha recuperado su propia publicaci¨®n despu¨¦s de que un senador tuiteara que la justicia estadounidense ha procesado a Trump ¡°por decir cosas ¡®malas¡± y no por intentar torpedear los resultados de las elecciones de 2020. De hecho, esta es la l¨ªnea de defensa de los abogados de Trump: afirmar que el entonces presidente era sincero cuando dec¨ªa que hab¨ªa ganado y, por tanto, estaba ejerciendo su derecho a expresarse en libertad.
El tuit del senador me ha recordado lo que explica el ling¨¹ista George Lakoff en su libro No pienses en un elefante. En pol¨ªtica, y no solo en pol¨ªtica, se escogen unas palabras y met¨¢foras, y no otras, con el objetivo de aprovechar el sesgo de marco o de encuadre, que nos lleva a extraer conclusiones diferentes seg¨²n c¨®mo se presenten los datos. No todo consiste en maquillar acciones horribles para que parezcan de lo m¨¢s normales. Tambi¨¦n se puede hacer lo contrario: llevar a los debates p¨²blicos la peor versi¨®n de los hechos, como cuando se califica al impuesto de sucesiones de ¡°impuesto a la muerte¡±, o, siguiendo con impuestos (se ha hablado bastante de la cuesti¨®n en Twitter), como cuando alguien dice que el Estado ¡°nos quita¡± o ¡°nos roba¡± ese dinero, sin tener en cuenta que sirve para financiar servicios p¨²blicos imprescindibles.
Lakoff explica que ser conscientes de marcos y valores tambi¨¦n puede ayudarnos a dialogar y a entendernos con personas que piensan diferente. Por ejemplo, si hablamos de este mismo asunto con alguien m¨¢s conservador, ¨¦l recomienda apuntar que el pago de impuestos ¡°es patri¨®tico¡±, ya que supone apreciar y valorar lo que hacemos todos en com¨²n.
Qu¨¦ man¨ªa con que "te quitan".
— Gonzalo Bonet (@GBCLopi) August 6, 2023
- Vas un d¨ªa a urgencias por un dolor abdominal, te operan de apendicitis y te hospitalizan durante cuatro d¨ªas: 2.500€ y 2.800€,
+330%. Ale, ya has amortizado lo que te han "quitado" durante medio a?o. https://t.co/dAkCzShKlY
Hemos visto otro ejemplo, m¨¢s doloroso y reciente, a ra¨ªz de los reportajes de Elena Reina en este peri¨®dico sobre el intento de desalojo ilegal de una se?ora de 67 a?os en Madrid. Esta inquilina no ha podido hacer frente a la subida del alquiler despu¨¦s de una baja, un c¨¢ncer y una depresi¨®n que han terminado en una invalidez permanente. En Twitter, muchos insist¨ªan en que la vecina es una okupa y, por tanto, la propietaria ten¨ªa derecho a contratar los servicios de unos matones para amenazarla y atemorizarla. Algunos comentaban el v¨ªdeo y, al estilo del senador estadounidense, aseguraban que no hab¨ªa para tanto, que estos matones solo hablaron un rato y luego se fueron.
En este caso, la palabra m¨¢gica, el marco que algunos intentan colocar, es ¡°okupa¡±: con la etiqueta se pretende meter a esta se?ora en el grupo de esos delincuentes que esperan escondidos en el portal a que bajemos a comprar el pan para instalarse en nuestra casa. Sin embargo, esta vecina ni siquiera lo es: no se instal¨® en su piso sin permiso de nadie, lo que ser¨ªa un delito de usurpaci¨®n, sino que tiene un contrato y unas obligaciones a las que no puede hacer frente.
Quiz¨¢s deber¨ªamos hacer caso a Lakoff y buscar un espacio com¨²n entre los marcos que todos intentamos imponer. Ese espacio podr¨ªa estar en el respeto a la ley: es probable que la legislaci¨®n sea mejorable, es seguro que en Espa?a hay un problema grave con la vivienda y est¨¢ claro que faltan soluciones p¨²blicas y sociales. Pero lo que no puede hacer ning¨²n propietario es enviar a matones a acosar y a soltar amenazas, y menos con el consentimiento de la polic¨ªa. Si la inquilina tiene que dejar la que a¨²n es su residencia, lo har¨¢ por orden de un juez y no de cuatro energ¨²menos. Los matones, mejor que se desokupen a s¨ª mismos y se busquen otro pasatiempo.
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