Tres generaciones en la Academia General Militar
A pesar de las diferencias con la situaci¨®n actual, la formaci¨®n militar del rey Juan Carlos inaugur¨® un modelo singular que se sigue reproduciendo en Felipe VI y la princesa Leonor
El ingreso de la princesa de Asturias en la Academia General Militar de Zaragoza, cursando posteriores estudios en la Escuela Naval Militar de Mar¨ªn y en la Academia General del Aire de San Javier, es buena ocasi¨®n para recordar c¨®mo ha evolucionado la ense?anza militar desde que el abuelo de la Princesa, el rey Juan Carlos, ingres¨® en la misma Academia General como caballero cadete conforme a un Decreto de 21 de julio de 1955. Y tambi¨¦n para comparar la ense?anza militar que conoci¨® el actual rey Felipe hasta su nombramiento como teniente y como alf¨¦rez de nav¨ªo en 1989.
La ense?anza militar que conoci¨® el rey Juan Carlos a partir de 1955 nos lleva a un mundo muy diferente del actual. La Academia General Militar hab¨ªa sido restablecida en 1940, en tanto que la Academia General del Aire se cre¨® en 1943 y la Escuela Naval Militar hab¨ªa sido trasladada desde San Fernando a Mar¨ªn. Eran tres centros docentes que depend¨ªan de tres ministerios militares, pues a¨²n no exist¨ªa el Ministerio de Defensa, pero ten¨ªan las mismas caracter¨ªsticas: todav¨ªa no hab¨ªa mujeres alumnas, se ingresaba por oposici¨®n y la ense?anza se centraba en la formaci¨®n militar y en la tecnolog¨ªa propia de cada ej¨¦rcito. Era tambi¨¦n, como mostr¨® Julio Busquets (El militar de carrera en Espa?a, Barcelona, 1967), una ense?anza impregnada de los valores de la dictadura para hacer del militar de carrera un servidor acr¨ªtico de un r¨¦gimen donde las Fuerzas Armadas eran las vencedoras de una guerra civil y estaban orientadas a la defensa de ese r¨¦gimen de enemigos exteriores e interiores. La carrera miliar era una profesi¨®n vocacional, pues el hecho de que los ej¨¦rcitos fueran, junto a la Polic¨ªa y a la Guardia Civil, el instrumento represor del r¨¦gimen no significaba que sus profesionales vivieran en la abundancia y era habitual entre los jefes y oficiales el pluriempleo que, junto a los economatos y la vivienda en pabellones militares, les ayudaba a completar unas retribuciones siempre escasas. Ese era el ambiente docente e ideol¨®gico que conoci¨® el rey Juan Carlos a quien se admiti¨® en las tres academias mediante sucesivos decretos que le exim¨ªan de concurrir a la oposici¨®n aunque, como recuerda Paul Preston, por insistencia del general Mart¨ªnez Campos, el futuro Rey acab¨® someti¨¦ndose a los ex¨¢menes (Juan Carlos. El rey de un pueblo, Barcelona, 2022).
A pesar de las diferencias con la situaci¨®n actual, el paso del futuro rey Juan Carlos por las tres academias inaugur¨® un modelo singular que se sigue reproduciendo. Aunque no ten¨ªa otro estatuto que el de ser nieto del ¨²ltimo rey de Espa?a e hijo del pretendiente al Trono, no curs¨® las mismas ense?anzas de formaci¨®n que el resto de los alumnos sino que se concentraron en un solo curso las ense?anzas b¨¢sicas de cada academia. As¨ª lo repiti¨® su hijo y lo repetir¨¢ su nieta, siendo esa la caracter¨ªstica formativa militar m¨¢s llamativa de las tres generaciones de la dinast¨ªa Borb¨®n.
Muy distinto del de su padre fue el modelo de ense?anza militar del actual rey Felipe. La ense?anza militar ya depend¨ªa de un solo ministerio, el de Defensa, y, cuando el entonces pr¨ªncipe de Asturias lleg¨® a la Academia de Zaragoza, las Fuerzas Armadas hab¨ªa superado la crisis del golpe de Estado de 1981 y, gracias a la reforma de 1984 de la Ley de Criterios B¨¢sicos de la Defensa Nacional, el riesgo de la autonom¨ªa militar (expresada org¨¢nicamente en la Junta de Jefes de Estado Mayor) estaba superado. El Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez, con los ministros Narc¨ªs Serra y Juli¨¢n Garc¨ªa Vargas, sobre todo, impuls¨® la modernizaci¨®n y democratizaci¨®n de las Fuerzas Armadas, descrita por el propio Serra en La transici¨®n militar. Reflexiones en torno a la reforma democr¨¢tica de las Fuerzas Armadas, (Barcelona, 2008).
Y ese impulso incidi¨® en la ense?anza militar con la creaci¨®n, en el Ministerio de Defensa, de la Subdirecci¨®n General de Ense?anza en 1984 y luego de la Direcci¨®n General del mismo nombre en 1987, unificando criterios y objetivos comunes que se articularon con la Ley de 1989 del R¨¦gimen del Personal Militar Profesional, aprobada pocos d¨ªas despu¨¦s de que el rey Felipe accediera a los empleos de teniente y de alf¨¦rez de nav¨ªo. Por los principios y valores, por la integraci¨®n en la Alianza Atl¨¢ntica y en la Comunidad Europea y la idea asentada de que el Gobierno dirige las Fuerzas Armadas, la formaci¨®n militar del actual Rey ya fue muy distinta de la de su padre, aunque no tuvo compa?eras en las academias, pues la primera incorporaci¨®n de mujeres se regul¨® en febrero de 1988, limitada a lo que ahora son los Cuerpos Comunes y a los ingenieros polit¨¦cnicos. Tambi¨¦n persisti¨® la peculiaridad de concentrar en un a?o toda la ense?anza de formaci¨®n correspondiente a cada ej¨¦rcito.
La ense?anza que recibir¨¢ la princesa de Asturias, gracias a la Ley de la Carrera Militar de 2007, ofrece perfiles muy distintos de la que recibieron su abuelo y su padre. Por de pronto, su propia presencia en las academias est¨¢ legalizada, pues el art¨ªculo 2.2 de esa ley prev¨¦ que el pr¨ªncipe de Asturias pueda desarrollar la carrera militar con un r¨¦gimen propio y diferenciado, como desarrolla el Real Decreto 172/2023, de 14 de marzo, que regula la formaci¨®n y la carrera militar de la Princesa. En segundo lugar, la Princesa va a tener muchas compa?eras pues desde la Ley de la Carrera Militar de 1999 las mujeres no tienen ninguna restricci¨®n en los cuerpos y escalas y en los empleos.
Pero lo m¨¢s importante de la ense?anza que va a encontrar la Princesa en las academias militares, aunque no le afecta de manera singular, es el grado universitario que todos los aspirantes a oficiales cursan en los centros universitarios de la defensa, creados en cada academia mediante convenio con una universidad pr¨®xima. La impartici¨®n del grado universitario tiene adem¨¢s el efecto de modificar el modo de ingreso. Se ha pasado de la oposici¨®n a la aplicaci¨®n de la regla de la nota de corte, como en cualquier universidad. El cambio es notable aunque no se aplique a la Princesa por las peculiaridades de su formaci¨®n.
La llegada de la heredera a Zaragoza quiz¨¢ sea buena ocasi¨®n para hacer un balance del nuevo modelo de ense?anza y sacar conclusiones que permitan profundizar en su dimensi¨®n universitaria, ofreciendo quiz¨¢ m¨¢s grados siguiendo el modelo de las grandes universidades militares estadounidenses y alemanas.
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