Salud mental infantil sin medios
Aumentan los trastornos que afectan a ni?os y adolescentes, y los servicios p¨²blicos no pueden hacer frente a las crecientes necesidades
El aumento de los trastornos mentales en la infancia y la adolescencia est¨¢ rompiendo las costuras de los servicios de salud mental. La falta de recursos especializados en psiquiatr¨ªa infantil y juvenil se traduce en un aumento de las listas de espera en la red p¨²blica y una creciente presi¨®n sobre las cl¨ªnicas privadas, que desde la pandemia afrontan aumentos de la demanda de un 30% al 40%. El abanico de trastornos es amplio, pero el mayor aumento corresponde a casos de depresi¨®n, trastornos alimentarios, crisis de ansiedad, conductas autolesivas e intentos de suicidio. En 2021, se suicidaron 22 menores de entre 10 y 14 a?os y el tel¨¦fono de ayuda para j¨®venes con pensamientos suicidas de la fundaci¨®n Anar atendi¨® 4.554 peticiones el a?o pasado, frente a las 958 de 2019.
La mayor¨ªa de los casos diagnosticados corresponden a patolog¨ªas que no pueden resolverse con una atenci¨®n puntual, sino que requieren de un tratamiento continuado que a veces puede prolongarse a?os. La acumulaci¨®n de nuevos casos est¨¢ generando un gran atasco en los servicios por el grave desfase entre las necesidades que atender y los recursos disponibles, lo que provoca carencias y demoras en la atenci¨®n que impiden que los ni?os y adolescentes afectados puedan beneficiarse de las terapias existentes.
Una parte de la demanda no atendida ha podido canalizarse estos ¨²ltimos a?os a trav¨¦s del seguro escolar, una prestaci¨®n del Instituto Nacional de la Seguridad Social poco conocida. En 2022, destin¨® casi 20 millones de euros a tratamientos psiqui¨¢tricos en cl¨ªnicas privadas. Esta prestaci¨®n se financia con las aportaciones que hacen las familias en la matr¨ªcula escolar (1,12 euros), pero ante el aumento de la demanda, en 2022 el instituto tuvo que completar la dotaci¨®n con 11 millones adicionales. El a?o pasado, se beneficiaron 4.530 familias, de las cuales fueron 3.250 las que recibieron atenci¨®n por trastornos suficientemente graves como para precisar ingreso o atenci¨®n en un hospital de d¨ªa.
Aunque los seguros privados han aliviado la situaci¨®n, resulta imperativo subsanar las carencias de la red p¨²blica. Recibir una buena atenci¨®n de salud mental es un derecho de la infancia que de no ser atendido tiene graves consecuencias. La falta de una atenci¨®n adecuada puede llevar a que patolog¨ªas que tendr¨ªan soluci¨®n de recibirla se cronifiquen y se agraven hasta provocar efectos irreparables. La estructura asistencial de la red de salud mental en Espa?a es adecuada, pero los recursos son manifiestamente insuficientes, comenzando por la falta de psic¨®logos cl¨ªnicos especializados en infancia y adolescencia. Con unos 540 profesionales y una ratio de 6,5 psic¨®logos cl¨ªnicos por cada 100.000 ni?os y adolescentes, los servicios p¨²blicos no pueden hacer frente a las crecientes necesidades. Ser¨ªa preciso multiplicar por cuatro esa dotaci¨®n para alcanzar las ratios recomendadas.
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