X¨®chitl contra todos: los retos de la virtual ganadora
El PRI descarril¨® la consulta de este domingo para evitar que X¨®chitl saliera de las urnas m¨¢s empoderada a¨²n frente a las dirigencias
El frente opositor tiene virtual candidata a la presidencia de la Rep¨²blica. El proceso para llegar hasta aqu¨ª ha estado lleno de giros de ¨²ltimo minuto; pero de esos que, como en pel¨ªcula taquillera, nunca realmente pusieron en riesgo el premio a la convicci¨®n que X¨®chitl G¨¢lvez puso en esta campa?a.
En doce semanas la senadora hidalguense pas¨® de aspirante a la capital de la Rep¨²blica con buenos augurios a una invitada inicialmente no bienvenida por los partidos que conforman el Frente Amplio por M¨¦xico, y de ah¨ª a quedarse con la candidatura que las dirigencias quer¨ªan para alguien m¨¢s.
En ese periodo, G¨¢lvez mostr¨® un poco de todo; destacadamente, que es due?a del tes¨®n y, hasta hoy, de la valent¨ªa que se requiere para enfrentar a Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, su primer y gran obst¨¢culo rumbo a 2024. De eso requerir¨¢ a¨²n m¨¢s, de saque, ahora que inicia la contienda verdadera.
Pero que la campa?a de X¨®chitl G¨¢lvez haya sido un ¨¦xito cantado por algunos desde hace meses no se traduce en que tenga ya a su disposici¨®n el carruaje que se requerir¨¢ para realmente competir. De la forma en que se impuso se pueden extraer lecciones de lo que habr¨¢ de corregir o evitar.
Aconsejada por amigos, analistas, pol¨ªticos y empresarios, G¨¢lvez cambi¨® de carril en junio, cuando sin permiso se meti¨® al concurso de invitaci¨®n restringida que los partidos Acci¨®n Nacional, Revolucionario Institucional y de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica dise?aban para la candidatura presidencial.
La legisladora aprovech¨® para su presentaci¨®n en sociedad los ataques del presidente L¨®pez Obrador. El ocupante de Palacio Nacional fue en ese momento su principal visibilizador. Le impidi¨® un derecho de r¨¦plica, le llen¨® de adjetivos e incluso injurias. La subi¨® al ring, y ella decidi¨® ya no bajarse.
El Frente Amplio por M¨¦xico recibi¨® sin agrado la llegada de la exdelegada de Miguel Hidalgo. El PAN no la quiere, nunca la ha querido, y hoy la vitorea principalmente por conveniencia mezclada con resignaci¨®n: de salir bien la campa?a, ella acarrear¨¢ votos a los molinos azules. Si no, peor estaban.
M¨¢s pragm¨¢ticos que sus aliados panistas, PRI y PRD asumieron la actitud del free rider. Si ella triunfaba, compartir¨ªan ganancias porque nunca se le habr¨ªan opuesto. Si se malograba, no era suya la p¨¦rdida. Y mientras, se serv¨ªan de X¨®chitl, que desde el arranque prendi¨® la interna opositora.
Ese contexto y su propia personalidad llevaron a G¨¢lvez a trazar una campa?a todoterreno donde solo ella decidir¨ªa paso a paso la ruta, los imprevistos cambios a ¨¦sta y el estilo de conducci¨®n que imprimir¨ªa a la marcha. Asumi¨® el riesgo de un m¨¦todo que, si bien excluyente, antes le ha funcionado.
La gente que no la conoc¨ªa se top¨® de lleno con el franco desparpajo de una empresaria metida a pol¨ªtica que lo mismo mezcla temas de inteligencia artificial con sus vivencias personales al escapar de una violaci¨®n; singular funcionaria que lanza palabrotas y con naturalidad reconoce limitaciones.
Ingeniera de profesi¨®n, G¨¢lvez arm¨® un esquema para ganar que no por elemental fue trivial. Los partidos pidieron 150.000 firmas como derecho de piso para la preprecampa?a. Era la barrera de entrada para no tener X¨®chitls. Ahora ella presume haber reunido seis veces eso. ?Por qu¨¦ les gan¨®?
Esos apoyos surgieron de una ciudadan¨ªa que vio en ella la probabilidad de disputar con ¨¦xito la presidencia de la Rep¨²blica a Morena. Son producto, s¨ª, de las andanzas de la senadora, quien en los medios reivindica de pe a pa el aspiracionismo, pero sobre todo de la desesperaci¨®n de votantes opositores.
La hidalguense sabe que las muestras de efusividad que se encontr¨® desde Torre¨®n hasta M¨¦rida, de Jalisco a Nuevo Le¨®n, en Culiac¨¢n y en la CDMX surgen no por ella sino por lo que su persona cataliza: la frustraci¨®n de clases medias y altas que buscaban candidato y no lo hab¨ªan encontrado.
Ese factor circunstancial es poderoso ardid y no defecto de origen. Quienes la asuman como su candidata ser¨¢n refractarios a pr¨¢cticamente la totalidad de ataques que prepara el gobierno federal y el local, hablando del capitalino, en contra de la todav¨ªa senadora. Mas fue el presidente el que la blind¨®.
Porque algo de eso ya se vio en la precampa?a, y no sin costo lo sobrevivi¨®. Precisamente en eso consisti¨® la primera parte de la hoja de ruta de G¨¢lvez. La partidocracia, y algunas de las personas que se asumen como sociedad civil, pagaron por ver si X¨®chitl sobreviv¨ªa antes de apresurarse a aceptarla.
Su arrastre, evidenciado hace un mes cuando por mucho rebas¨® el m¨ªnimo requerido de firmas, y el que no se rajara ante las tarascadas de Palacio Nacional, que tramposamente difundi¨® su informaci¨®n fiscal y la tach¨® de corrupta, marcaron el arranque de la siguiente etapa de esta candidatura.
Hasta Andr¨¦s Manuel sab¨ªa que X¨®chitl ten¨ªa futuro. Frente a los cartuchos quemados de variada estirpe que quisieron subirse a la interna opositora, la hidalguense era due?a de m¨¢s futuro que pasado, de m¨¢s biograf¨ªa por escribir que p¨¢ginas desperdiciadas como Miguel Mancera o Santiago Creel.
Las dirigencias no la aceptaron de entrada porque no deseaban empoderar a quien pretenden a¨²n hoy someter. G¨¢lvez decidi¨® entonces jugar en igualdad de t¨¦rminos. Imponerse. As¨ª se gan¨® su lugar, sin el padrinazgo de uno solo de ellos, y hoy es la quinta y primordial voz en la mesa del Frente.
Al hacerse altamente probable su triunfo en la interna que originalmente se iba a dirimir ma?ana, los l¨ªderes del Frente optaron por una decisi¨®n que privilegiara los intereses de los ah¨ª mandones. No pod¨ªan darse el lujo de que ella les ganara tambi¨¦n la calle, de no tenerle facturas por cobrar.
El PRI descarril¨® la consulta de este domingo para evitar que X¨®chitl saliera de las urnas m¨¢s empoderada a¨²n frente a las dirigencias. Beatriz Paredes fue sacrificada para que la ofrenda tricolor, ungir desde antes a la panista, se le valore ampliamente a la hora de las candidaturas.
Lo mismo Marko Cort¨¦s. Si bien a ¨²ltima hora se convirti¨® en su entusiasta promotor, el dirigente del PAN cree que a la senadora de su bancada podr¨¢ cobrarle el haber bajado de los foros a alguien que en realidad nunca tuvo nada qu¨¦ hacer ah¨ª sino como pe¨®n de ambiciones propias y ajenas.
El PRD sigue de free rider, por si hace falta consignarlo.
Y aunque algunos actores de la sociedad civil que participan en el Frente merecen reconocimiento por sus intenciones y su trabajo en la log¨ªstica de la interna, qued¨® demostrado que ah¨ª solo mandan los partidos. A menos de que X¨®chitl empodere a los ciudadanos, lo cual est¨¢ por verse.
Adem¨¢s, en esta segunda etapa de la carrera de X¨®chitl G¨¢lvez por la candidatura todav¨ªa hay tareas pendientes para los del Frente, que han de resanar el grotesco espect¨¢culo de esta semana, cuando ellos mismos fueron incapaces de interrumpir, con elegancia y efectividad medi¨¢tica, la interna.
En episodios propios de charlotada, partidos que se dicen profesionales de la pol¨ªtica le cortaron las alas a Beatriz Paredes con declaraciones banqueteras y medias verdades o mentiras completas. Hasta ahora nadie ha declarado algo cre¨ªble sobre la causa real de la cancelaci¨®n de la consulta.
Demandar una explicaci¨®n no es preciosismo. As¨ª como la candidatura de X¨®chitl no surgi¨® solo de su pelea personal tras el ninguneo de Palacio a la resoluci¨®n judicial que le daba derecho a exponer su versi¨®n, el Frente se constituy¨® y se debe a la ciudadan¨ªa, a eso llamado la marea rosa, a la demanda social de que los partidos de siempre hagan ¨Cpor una vez-- las cosas de manera distinta.
El atropello del priista Alejandro Moreno a su correligionaria Paredes permite elucubrar todo tipo de motivaciones. La confusi¨®n que dur¨® d¨ªas, en donde nadie sab¨ªa si la consulta del domingo segu¨ªa o no a pesar de que se adelantaron los resultados de las encuestas, no augura cosa buena.
Y eso es cr¨ªtico dado que lo que sigue es la verdadera prueba de fuego del Frente como plataforma que sume, y no reste, a las posibilidades presidenciales de X¨®chitl G¨¢lvez.
Al final de la semana, PRI, PAN y PRD lograron medio corregir su desaseo. Luego de pactar que Paredes y G¨¢lvez se mostraran juntas, los partidos tuvieron el acierto de ejecutar una contundente muestra de unidad, y de gandallismo, cabe decirlo, en San L¨¢zaro, donde los legisladores de las respectivas bancadas proclamaron con gritos de ¡°presidenta¡± a su ¨Cfinalmente-- elegida, que en ese momento hac¨ªa uso de la tribuna.
Finalmente: por lo experimentado en estas doce semanas de encuentros y desencuentros entre G¨¢lvez y los partidos que llegado el momento la inscribir¨¢n en la boleta --si AMLO no la inhabilita judicialmente con alguna chapuza¡ª X¨®chitl ha de recordar que el m¨¦rito fue todo suyo, y de quienes en ella ven, en efecto, una esperanza, como dice la senadora.
Si no logra que sus socios pol¨ªticos le den el espacio, y los recursos, para que busque a la brevedad hacerse del empaque program¨¢tico que no posee, --carencia no sorpresiva pero que le rest¨® puntos en los foros--; si los partidos y la llamada sociedad civil le imponen, o se rodea, de vividores de glorias pasadas y activistas de tuiter que no logran un voto ni en su calle; si se junta primordialmente con agoreros del desastre, pensionados del viejo r¨¦gimen y exfuncionarios que ya tuvieron su chance y lo desperdiciaron, entonces toda la preprecampa?a de X¨®chitl habr¨¢ sido para sacar apenas un poco m¨¢s votos de los que las siglas tradicionales de cualquier forma iban a sacar.
A muchos de la partidocracia, y de la comentocracia no gustar¨ªa: pero la lecci¨®n de la campa?a de G¨¢lvez es que la gente la compr¨® porque no es como sus dem¨¢s compa?eros de la bancada, del partido, del Frente...
Qu¨¦ bueno que ella no nombr¨® ni a Gurr¨ªa ni a Cabeza de Vaca. Porque no ofrecen nada fresco, porque no conocen el verdadero M¨¦xico, no merecen ni el cargo ni el encargo, como dicen ya saben donde.
Pero si la ciudadan¨ªa no nota que desde ahora solo ella define: rumbo, equipo, plataforma, y candidaturas que refuercen su discurso y personalidad, si eso no resulta evidente, entonces el nada menor peso de los partidos que la respaldan har¨¢ imposible pensar en otra haza?a. Sucumbir¨¢ por tanto lastre.
Sobre todo porque necesita ir por todos los votantes, incluidos los que se tapar¨ªan la nariz para sufragar por alguna de esas tres, o las tres siglas.
X¨®chitl G¨¢lvez es y gan¨® a pesar ellos, y gan¨® a su modo. O intenta lo mismo o no ser¨¢. Esa es la lecci¨®n de la preprecampa?a.
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