D¨ªaz con Puigdemont
La hiperactividad de Sumar en la negociaci¨®n con el ¡®expresident¡¯ debe cuidar el fondo y las formas institucionales
El impacto de la foto de Yolanda D¨ªaz en el Parlamento Europeo junto a Carles Puigdemont va m¨¢s all¨¢ de las formas de la cortes¨ªa parlamentaria e invade cuestiones de fondo relacionadas no solo con su liderazgo en Sumar sino con el hecho de ser vicepresidenta segunda del Gobierno en funciones. Carles Puigdemont es en la actualidad un expresident de la Generalitat huido de la justicia espa?ola procesado, entre otras cosas, por el tipo de malversaci¨®n m¨¢s grave. D¨ªaz viaj¨® expresamente a la capital europea para compartir un encuentro con ¨¦l, de tres horas, junto al exdiputado de En Com¨² Podem Jaume Asens, e inform¨® a La Moncloa con apenas unas horas de antelaci¨®n el domingo por la noche sobre su reuni¨®n con el l¨ªder de Junts per Catalunya. El PSOE asegura ser ajeno al encuentro y que se encontr¨® hechos consumados. Es la primera vez que un ministro del Gobierno conversa en p¨²blico con Puigdemont desde que este huy¨® a B¨¦lgica tras los traum¨¢ticos acontecimientos de octubre de 2017 y la declaraci¨®n unilateral de independencia inmediatamente suspendida.
Desde Sumar se ha afirmado que el motivo del encuentro es ¡°intercambiar opiniones sobre el momento pol¨ªtico actual¡±, pero se produce en plenas negociaciones para una nueva investidura de Pedro S¨¢nchez y con conversaciones entre el Gobierno y los partidos independentistas sobre una posible amnist¨ªa para los delitos relacionados con el proc¨¦s. Es imposible no tener en cuenta esas circunstancias en torno a un encuentro que ha sido captado por todos los focos y con atenci¨®n medi¨¢tica internacional. En un Estado de derecho el poder ejecutivo no puede ni siquiera aparentar que puede obviar al resto de los poderes del Estado, especialmente al judicial. La democracia consiste en hablar, escuchar y buscar consensos. En un sistema parlamentario los partidos no solo pueden dialogar con el resto de las fuerzas pol¨ªticas, sino que est¨¢n obligados a hacerlo, y ese reconocimiento a la figura de Puigdemont est¨¢ impl¨ªcito en el encuentro. Pero el respeto a la institucionalidad democr¨¢tica exige un uso extremadamente cuidadoso de los procedimientos y las formas.
La iniciativa de Yolanda D¨ªaz de visitar a Puigdemont certifica el protagonismo que Sumar desde el primer momento ha querido ejercer en esa negociaci¨®n. La fotograf¨ªa de una integrante del Gobierno en funciones con Puigdemont no solo sirve para atraer la atenci¨®n medi¨¢tica; es, como dice Sumar, siempre preferible un encuentro p¨²blico que uno a escondidas, pero no contribuye por s¨ª misma a la transparencia ni otorga m¨¢s legitimidad al di¨¢logo. Con el fin de proteger las negociaciones es prudente y necesario que las conversaciones para la investidura sean discretas. Lo que la ciudadan¨ªa necesita al final de ese proceso es que se le hable con claridad y transparencia cuando haya terminado y que el resultado encaje en el marco constitucional. Los mimbres de las conversaciones deben tejerse con el mayor escr¨²pulo democr¨¢tico para evitar falta de coordinaci¨®n entre los socios o una utilizaci¨®n a conveniencia de los independentistas. Ese cuidado de las formas para cuidar el fondo ha de ser compatible con la claridad informativa de un proceso que suscita recelos en buena parte de la poblaci¨®n y que la derecha alienta hasta el alarmismo catastrofista con evidente oportunismo pol¨ªtico. Tanto el PP como el PSOE se disponen a hablar con Junts para la investidura y ninguno de los dos puede pretender que se ignore que hablar con este partido es hablar con Puigdemont, sea quien sea el interlocutor directo. Las conversaciones con Junts como partido con pleno reconocimiento democr¨¢tico que es y siete diputados indispensables para garantizar la reedici¨®n del Gobierno de coalici¨®n tienen que hacerse desde la lealtad entre los socios y hacia las instituciones del Estado y a los poderes que lo encarnan. Y ello apela a todos los participantes en las negociaciones. Tambi¨¦n a los independentistas. Hoy el expresident Puigdemont comparece en Bruselas para hablar de sus condiciones para el apoyo a una investidura en Espa?a. Es la ocasi¨®n para saber si todos hablan de lo mismo cuando aspiran a la ¡°normalidad democr¨¢tica¡±.
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