Legislatura incierta

El 23-J confirm¨® la fragmentaci¨®n pol¨ªtica pero, sobre todo, la necesidad de abordar complejas negociaciones para llegar a una mayor¨ªa de investidura tanto para la derecha como para la izquierda. La primera cita relevante del curso est¨¢ abocada al fracaso. Es el momento de Alberto N¨²?ez Feij¨®o, quien defendi¨® ante el Rey su candidatura pese a no contar con suficientes apoyos, y a lo largo de esta semana empezar¨¢ a negociar con algunos partidos que le han negado una y otra vez sus votos. Ese rechazo se explica por los pactos PP-Vox y por el hecho de que esas formaciones consideran que el PP las maltrat¨® durante la campa?a: demoniz¨® a esos partidos con la continua apelaci¨®n a ¡°derogar el sanchismo¡±, que consist¨ªa b¨¢sicamente en eliminar las leyes promovidas o apoyadas por esos socios de S¨¢nchez, a los que ahora Feij¨®o se dispone a cortejar.

La presidenta del Congreso ha dado un mes al PP para forjar esos pactos, pero ese parece un regalo envenenado, con Feij¨®o repitiendo a diario que est¨¢ ¡°a solo cuatro esca?os¡± de la mayor¨ªa. El l¨ªder del PP admite que no ha gestionado bien los acuerdos con Vox. Y ahora tiene que explicar por qu¨¦ el PP puede negociar con Junts y Puigdemont, mientras que si el que negocia es el PSOE, ello supone una suerte de chantaje inadmisible. Feij¨®o avanz¨® este domingo las l¨ªneas maestras de su proyecto, pero si la negociaci¨®n no fructifica, ese discurso parece un conjunto de deberes que el PP se autoimpone para vigilar a S¨¢nchez en la oposici¨®n. Adem¨¢s, su aliado principal en cualquier ecuaci¨®n sigue siendo Vox. Y Vox ha amenazado con ilegalizar a algunos de los partidos con los que pretende negociar el PP. Con Vox como socio, y un PP que ha convertido el nacionalismo perif¨¦rico en una diana, su candidatura se desdibuja: las pr¨®ximas semanas se le pueden hacer largas a Feij¨®o, obligado a demostrar para qu¨¦ quer¨ªa ir a la investidura y a resolver sus contradicciones internas y externas.

Y as¨ª es probable que se esfume el mes de septiembre, mientras S¨¢nchez aprovecha el foco en Feij¨®o para negociar con menos presi¨®n. Si Feij¨®o fracasa, se abrir¨¢ la v¨ªa para que S¨¢nchez intente revalidar el Gobierno de coalici¨®n progresista, apoyado en el voto de los nacionalistas. S¨¢nchez necesita poner sobre la mesa dinero (el sistema de financiaci¨®n para todas las comunidades, y tal vez una condonaci¨®n parcial de deuda auton¨®mica) y s¨ªmbolos (las lenguas cooficiales), pero tambi¨¦n una buena dosis de audacia si quiere alcanzar los 176 apoyos. Tras asumir reformas controvertidas la pasada legislatura (indultos, derogaci¨®n de la sedici¨®n y reforma de la malversaci¨®n), Junts y ERC reclaman un refer¨¦ndum: esa es una l¨ªnea roja del PSOE. Y una amnist¨ªa que se enfrenta a enormes obst¨¢culos, seg¨²n buena parte de los expertos, aunque tanto Sumar ¡ªcon un primer informe t¨¦cnico favorable¡ª como impl¨ªcitamente el PSOE ven posible deshacer ese nudo. Parad¨®jicamente, Feij¨®o no deja de clamar contra las eventuales cesiones de S¨¢nchez, pero ha cuidado el tono en ese asunto: su oferta, dice, estar¨¢ dentro de los l¨ªmites que marca la Constituci¨®n; exactamente lo mismo que dice el PSOE.

Como ya se vio la misma noche del 23-J, la investidura est¨¢ en manos de los dos partidos independentistas catalanes que provocaron desde la Generalitat la crisis institucional m¨¢s grave de la democracia en lo que va de siglo. De su responsabilidad depende en parte la estabilidad pol¨ªtica del pa¨ªs: corresponde a los independentistas aceptar o no la tozuda realidad. La amenaza de una repetici¨®n electoral sigue viva con el perjuicio que supone un largo periodo de Gobierno en funciones con sus capacidades muy limitadas.