Policrisis
Si todo el orden geopol¨ªtico se est¨¢ reorganizando en torno a la querella entre democracias y autocracias, cualquier debilitamiento de aquellas suma a favor de estas
Siempre es dif¨ªcil dar cuenta del momento presente. M¨¢s a¨²n cuando nos embarga la incertidumbre y problemas de diferente naturaleza parecen sincronizarse para estallarnos de repente en la cara. Para describir este tipo de situaciones, sol¨ªamos recurrir a la manida expresi¨®n de ¡°tormenta perfecta¡±; ahora ha empezado a cotizar al alza la aplicaci¨®n del t¨¦rmino policrisis. Aunque ya exist¨ªa, lo comenz¨® a utilizar Adam Tooze para referirse a ese fatal encadenamiento de fen¨®menos derivados de la acumulaci¨®n de situaciones cr¨ªticas: los m¨²ltiples efectos de la covid, la guerra de Ucrania, inflaci¨®n, crisis energ¨¦tica, clim¨¢tica, demogr¨¢fica, migratoria... Todo al mismo tiempo y casi de golpe. Se le olvid¨® a?adir el momento iliberal que viven las democracias, que, entre otras cosas, est¨¢ afectando de forma directa a nuestra capacidad para responder con eficacia a estos nuevos desaf¨ªos simult¨¢neos. Qu¨¦dense con esta idea: una policrisis existe cuando el impacto conjunto de diferentes crisis supera a la suma de sus partes, cuando de ellas deriva algo cualitativamente distinto, cuando afecta a la capacidad global para reorganizar el mundo.
En esas est¨¢bamos cuando estall¨® con total virulencia el conflicto palestino-israel¨ª. Por el momento, y mientras dure, me temo que acaparar¨¢ toda la atenci¨®n mundial. Si ya ven¨ªamos arrastrando un estado de ¨¢nimo apocal¨ªptico, este nuevo recordatorio de la fragilidad de los supuestos progresos humanos no puede sino sumirnos en la desesperaci¨®n. Entre otras razones, porque todos intuimos que no tendr¨¢ una soluci¨®n ¡°limpia¡±. Los b¨¢rbaros atentados de Hamas fueron dise?ados de tal manera que la reacci¨®n israel¨ª no podr¨¢ realizarse sin producir important¨ªsimos da?os colaterales. Hamas sab¨ªa, y esto es lo espeluznante, que su victoria a largo plazo depende del sacrificio de un importante sector de la poblaci¨®n a la que supuestamente dice defender y a la que ha tomado como reh¨¦n. Con esto, ya lo estamos viendo, nos ha embarrado en la disputa moral, ha tocado la fibra m¨¢s sensible de nuestra identidad democr¨¢tica, la defensa de los derechos humanos. Su objetivo directo es aislar a Israel movilizando en su contra al mundo ¨¢rabe y frustrando los Acuerdos de Abraham. De forma impl¨ªcita, se traslada tambi¨¦n al propio mundo democr¨¢tico occidental al tratar de poner en cuesti¨®n su presunta superioridad moral y propagar la simiente de sus divisiones internas.
Y esto nos retrotrae a la policrisis. Si todo el orden geopol¨ªtico se est¨¢ reorganizando en torno a la querella entre democracias y autocracias, cualquier debilitamiento de aquellas suma a favor de estas. De ah¨ª la preocupaci¨®n de los l¨ªderes occidentales por priorizar la cuesti¨®n humanitaria sin renunciar a reconocer a la vez el derecho de Israel a la autodefensa. No solo para mantener su ya debilitada cohesi¨®n interna, sino para evitar tambi¨¦n la merma internacional de su legitimidad. Lo que se juega en Gaza es algo m¨¢s que un conflicto regional; puede tener repercusiones a¨²n inaprensibles. Mientras tanto, y esto ya pertenece al anecdotario basura de nuestros d¨ªas, Orb¨¢n se hace fotografiar junto a Putin en Mosc¨². En efecto, todav¨ªa estamos a tiempo de que todo vaya a peor. Vayan pensando en un nuevo palabro para describirlo.
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