Los extremos del hilo
El escritor Emiliano Monge analiza las coincidencias o conexiones que uno se encuentra cuando est¨¢ leyendo, por ejemplo, entre la literatura y el cine
Estoy seguro de que ya hemos hablado ac¨¢, en entregas anteriores de nuestra newsletter, de las coincidencias o de los vasos comunicantes que, de pronto, uno puede encontrarse cuando est¨¢ leyendo. Me refiero, quiero decir, a esos como hilos cuyas puntas o extremos parecer¨ªan unir, de formas m¨¢s o menos evidentes o m¨¢s o menos inesperadas, a ciertos libros o a ciertos autores entre s¨ª.
Estas coincidencias, adem¨¢s de acontecer entre escritores y entre libros, obviamente, tambi¨¦n pueden acontecer entre la literatura y, por ejemplo, el cine. Lo digo porque hace unos cuantos d¨ªas, al tiempo que le¨ªa la novela Mambo, de la escritora chilena Alejandra Moffat, vi la pel¨ªcula El conde, de Pablo Larra¨ªn, esa f¨¢bula negra y genial, de humor despiadado y corrosivo, en la que Augusto Pinochet es un vampiro que se desnuda a s¨ª mismo a trav¨¦s de su propia voz y cuya familia tambi¨¦n se desnuda a s¨ª misma a trav¨¦s del coro de sus voces, es decir, a trav¨¦s de lo que piensan y, sobre todo, de lo que parecen sentir, que emerge de sus bocas como impulsos incontenibles, mientras las licuadoras preparan batidos de corazones y las monjas se enamoran del dinero y los fusiles.
El otro vuelo del vampiro
Pero dec¨ªa que El conde, de Larra¨ªn ¡ªla punta de uno de sus m¨²ltiples hilos, que, sin embargo, es su hilo principal, pues carga la pel¨ªcula entera¡ª, alcanza o coincide o roza la novela de Moffat ¡ªpor cierto, si hablamos de novelas chilenas en las que hay capas y hombres enamorados de los murci¨¦lagos, no deber¨ªamos olvidar nunca la tambi¨¦n genial, igualmente hilarante y no menos arriesgada y experimental Batman en Chile, es decir, la primera novela de Enrique Lihn, reconocido sobre todo por ser un poeta incre¨ªble, en la que el famoso superh¨¦roe, instigado por la CIA, viaja a Chile para derrocar un gobierno de izquierdas que bien podr¨ªa haber sido el de Salvador Allende¡ª, cuando la protagonista y narradora de Mambo asevera: ¡°Pinocho era superior a los murci¨¦lagos y los vampiros. Sab¨ªa volar, atravesar t¨²neles, escalar monta?as y te pod¨ªa devorar de un solo mordisco¡±.
En la novela de Moffat, sin embargo, en la que la protagonista narradora es una ni?a que vive en clandestinidad con su hermana y sus padres, aunque la verdadera protagonista del libro, la que hace de Mambo un libro dif¨ªcil de soltar, es la voz de esa ni?a, que nos mete dentro de la historia tanto como nos mete dentro de s¨ª misma, haci¨¦ndonos vivir, sentir y descubrir lo que esa ni?a, Anaconda ¡ªas¨ª se refiere a s¨ª misma, para escapar del conflicto que le genera tener un nombre familiar y uno que debe usar ante los desconocidos¡ª va viviendo, sintiendo y descubriendo, el vampiro es tal apenas un breve instante, porque despu¨¦s es un ¨¢guila o un puma o un peligro incierto, pero casi siempre con rasgos tomados de un animal de caza, es decir, de un cazador despiadado: ¡°La salamandra estaba prendida y pude reconocer que adem¨¢s de le?a se estaban quemando algunas libretas y libros. Cuando habl¨¦ me hicieron callar al mismo tiempo y Julia corri¨® a abrazarme. Me dijo al o¨ªdo que el ¨¢guila andaba cerca. Llor¨¦ porque me asust¨¦ mucho. Mi pap¨¢ me pidi¨® que respirara profundo y me explic¨® que no me hab¨ªan despertado porque sab¨ªan que no andaba bien¡±.
Otra voz, al otro extremo del tiempo
Las coincidencias, a veces ¡ªcreo que esto tambi¨¦n ya lo hemos dicho¡ª, llegan de dos en dos: tras leer Mambo, novela en la que, insisto, la voz de la narradora parecer¨ªa hablarle al lector al o¨ªdo, haciendo honor a lo que la narraci¨®n fue desde el d¨ªa mismo en que empez¨® a ser, es decir, el sentarse a escuchar lo que alguien m¨¢s tiene para contarnos, ya sea en torno al fuego, en torno a una mesa en la que la cena ha sido servida o en torno a un patio de juegos, le¨ª Si las cosas fueses como son, de la escritora uruguaya Gabriela Escobar Dobrzalovski, en la que la gran protagonista es, otra vez, la voz de una narradora que sabe c¨®mo apropiarse del lector, utilizando la lengua: ¡°Huyo de mi madre como de una infecci¨®n. Cuando est¨¢ cerca se me aprieta el cuerpo y camino con los dedos retra¨ªdos, como si el piso estuviera congelado o pegajoso. Querr¨ªa desabrocharle la camisa, desprenderle la piel, abrir los tendones hasta encontrar, acurrucado entre sus ¨®rganos, un acorde suave, una miga de belleza y felicidad¡±.
La coincidencia est¨¢, en este caso, en el hecho de que ambas novelas, Mambo y Si las cosas fuesen como son, se sostengan y sean, en realidad, para el lector, como un sentarse a escuchar la potencia, la viveza y la sutilidad de unas voces que someten el tiempo y que diluyen todo lo que no sea el relato que cuentan. La distinci¨®n, claro, es tambi¨¦n evidente: mientras Mambo nos la cuenta una voz que est¨¢ descubriendo su mundo, Si las cosas fuesen como son, en la que la protagonista se ve obligada a volver a vivir a la casa familiar, tras una separaci¨®n, nos la cuenta una voz que ya viene de vuelta, una voz desencantada de casi todo, herida y dolida, enloquecida a ratos, hermosa y brillante a otros ratos. Se trata, pues, de las puntas o de los extremos de ese otro hilo que es la vida. Ese otro hilo que es, en realidad, la experiencia que nos deja la vida.
Una voz que comienza a meterse el mundo en la boca ¡ªla de Mambo¡ª y otra que comienza a sac¨¢rselo ¡ªla de Si las cosas fuesen como son¡ª: ¡°Los sordos tiene la boca en las manos. Dibujan las palabras en el aire; cada palabra tiene un gesto propio. Mis t¨ªos ten¨ªan permitido usar el lenguaje de se?as dentro de su casa. Afuera, sus padres se los ten¨ªan prohibido. En la calle, quedaban incomunicados. Verg¨¹enza. Ya los alemanes nos hab¨ªan marcado y diezmado. Se supone que la guerra termin¨®, pero, en esta familia, la invisibilidad sigui¨® siendo una estrategia obsoleta de salvaci¨®n¡±, escribe Escobar Dobrzalovski.
Coordenadas
Mambo fue publicada por la editorial Montacerdos, mientras que Si las cosas fuesen como son se encuentra en ediciones de Criatura Editora, Overol y H&O Editores. La ¨²ltima edici¨®n de Batman en Chile es la de Bordura.
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