Israel-Palestina: normalizando el horror, ?despu¨¦s qu¨¦?
Cuando termine de destruirse todo, y se lleve a cabo la pendiente ¡°operaci¨®n terrestre¡± israel¨ª en Gaza, se podr¨ªa suponer que habr¨¢ un poco ¡°m¨¢s de lo mismo¡±
Estremecedora la escena de un padre llorando luego del bombardeo israel¨ª en Gaza que destruy¨® una iglesia y mat¨® a sus tres menores hijos. U otra, en el sur de Gaza, en la que decenas de civiles yac¨ªan muertos o heridos luego del bombardeo a un mercado, un padre, destruido por un inmenso dolor, cargaba en sus brazos a su hija reci¨¦n muerta. Y la familia de Wael Dahdouh, corresponsal jefe de Aljazeera en Gaza.
Solo este martes 24 de octubre fueron m¨¢s de 750 los muertos civiles (la mitad ni?os) por los bom...
Estremecedora la escena de un padre llorando luego del bombardeo israel¨ª en Gaza que destruy¨® una iglesia y mat¨® a sus tres menores hijos. U otra, en el sur de Gaza, en la que decenas de civiles yac¨ªan muertos o heridos luego del bombardeo a un mercado, un padre, destruido por un inmenso dolor, cargaba en sus brazos a su hija reci¨¦n muerta. Y la familia de Wael Dahdouh, corresponsal jefe de Aljazeera en Gaza.
Solo este martes 24 de octubre fueron m¨¢s de 750 los muertos civiles (la mitad ni?os) por los bombardeos israel¨ªes, uno de los mayores desastres humanitarios que se vive en el mundo en las ¨²ltimas d¨¦cadas. La mayor parte de ellos en la cercada Gaza; una cantidad menor en Cisjordania.
El hecho es que la poblaci¨®n civil sigue siendo el principal objetivo militar: pag¨¢ndolo con sus vidas, o con el desplazamiento forzado masivo -ya de m¨¢s de 600.000 personas-, hambre y falta de medicinas. Arrasando con las m¨¢s elementales normas de derecho humanitario y leyes sobre la guerra establecidas en las Convenciones de Ginebra de 1949 y sus Protocolos Adicionales. Normas convertidas, ahora, en papel mojado.
Dos semanas ya del brutal ataque de Ham¨¢s el 7 de octubre, mientras siguen reteniendo como rehenes a cerca de 200 civiles israel¨ªes. En lo que sigui¨®, miles de v¨ªctimas civiles palestinas. Ciertamente, Israel tiene derecho a defenderse. Pero no a romper -sistem¨¢ticamente- con el derecho internacional como lo est¨¢ haciendo.
El mundo no reacciona a¨²n de manera proporcional a la espiral b¨¦lica y de desastre humanitario en curso. Y a la perspectiva inmediata de su conversi¨®n en un conflicto regional involucrando a Ir¨¢n y Hezbol¨¢. E Israel, para actuar sin control, pide en Nueva York la renuncia de Guterres por haber recordado algo una verdad hist¨®rica: esta guerra ¡°no surge de la nada¡±, y ¡°que nace de un conflicto de larga duraci¨®n, con 56 a?os de ocupaci¨®n y sin un final pol¨ªtico a la vista¡±.
Dos constataciones que debieran pasar primer plano.
Primero: 56 a?os de ocupaci¨®n israel¨ª sobre territorios palestinos. Abordar ese asunto es la ¨²nica soluci¨®n de fondo a esta guerra y a decenas de a?os de tensi¨®n en la zona: dos Estados, uno para jud¨ªos y el otro para palestinos. Como se acord¨® en 1947 cuando Naciones Unidas cre¨® Israel.
En los m¨¢rgenes una regi¨®n latinoamericana, hoy fragmentada y marginal, que est¨¢ obligada por la historia a tener un mayor protagonismo en esta cr¨ªtica coyuntura. Hay que recordar que en esa decisi¨®n el voto latinoamericano fue decisivo, significaba m¨¢s del 30% de los Estados miembros.
Nada se resolver¨¢ si no se aborda el despojo persistente y continuado de territorios palestinos y al virtual ¡°apartheid¡± en las d¨¦cadas que siguieron. Que fueron convirtiendo la zona en una bomba de tiempo. Por hechos como la ocupaci¨®n de los Altos del Gol¨¢n despu¨¦s de la guerra de 1967 hasta los ilegales ¡°asentamientos¡± jud¨ªos promovidos por el gobierno israel¨ª en territorios palestinos ocupados. Todo en contra del derecho internacional.
Segundo: Gaza, que merece menci¨®n aparte. Tanto por ser el objetivo de las principales operaciones militares israel¨ªes y por el antihumanitario cerco a la poblaci¨®n palestina desde hace d¨¦cadas. Que viola, tambi¨¦n, el derecho internacional. ¡°El m¨¢s grande campo de concentraci¨®n¡± como calific¨® Gaza, hace unos a?os, el profesor de la Universidad Hebrea en Jerusal¨¦n, Baruch Kimmerling.
M¨¢s de 2,5 millones de personas cercadas en esa prisi¨®n a cielo abierto, ahora bajo persistente bombardeo. De acuerdo a calificados observadores militares cerca de 6.000 bombas han sido arrojadas en estos d¨ªas sobre Gaza. Cantidad de bombas superior a las arrojadas por EE UU sobre Afganist¨¢n en la larga guerra que azot¨® a ese pa¨ªs. Y forzada al desplazamiento masivo de m¨¢s de un mill¨®n de personas, en hecho que no ve¨ªa el mundo desde hace d¨¦cadas.
Considerada ¡°animales¡± por el alucinante ministro de defensa Yoav Gallant, poblaci¨®n dejada sin agua, alimentos, medicinas y energ¨ªa. Israel deja entrar a cuenta gotas, literalmente. Mientras, el secretario general sigue recordando que hay cientos de camiones avituallados, en cola, que Israel no deja pasar mientras la poblaci¨®n sigue sin agua, alimentos ni medicinas.
?Qu¨¦ viene despu¨¦s? Cuando termine de destruirse todo, y se lleve a cabo la pendiente ¡°operaci¨®n terrestre¡± israel¨ª en Gaza, se podr¨ªa suponer que un poco ¡°m¨¢s de lo mismo¡±. Y, con ello, solo la agudizaci¨®n de la tensi¨®n y las contradicciones de fondo: m¨¢s civiles muertos, millones de nuevos desplazados, m¨¢s espacios urbanos demolidos y posibles ¨¢reas adicionales de ocupaci¨®n en contra del derecho internacional.
Cr¨ªmenes de guerra que en su momento tendr¨ªa que conocer la Corte Penal Internacional, que tiene competencia para hacerlo. Es hora que el mundo -y el Consejo de Seguridad de la ONU dentro de ¨¦l- aborde los asuntos de fondo. Como respuesta inmediata y norte estrat¨¦gico de planes de mediano y largo plazo.
Si todo se traba en el Consejo, avanzar, paralelamente, en las m¨¢rgenes, que algunos miembros del Consejo, pa¨ªses de la UE (fragmentada en esto) y los gobiernos ¨¢rabes generen condiciones, primero, para un inmediato cese de fuego. Segundo, para una apertura real a la asistencia humanitaria hoy trabada. Y, tercero, un escenario de negociaciones que apunte a poner despu¨¦s en marcha algo que hoy aparece ilusorio: los dos Estados, Israel y Palestina.