Junts y PP ante el espejo de la amnist¨ªa

Levant¨® la vista de los papeles, se sali¨® del guion y Pedro S¨¢nchez mir¨® hacia la bancada conservadora. ¡°Todo el mundo pendiente de este bloque, pero no paran de hablar¡±. El discurso del candidato a la presidencia del Gobierno hab¨ªa llegado a la cuesti¨®n que ha servido y servir¨¢ para polarizar nacionalmente a parte de la sociedad espa?ola: la amnist¨ªa. Los diputados que votar¨¢n en su contra intensificaban el runr¨²n, pero desde su casa el espectador pudo descubrir un par de silencios significativos.

Esteban Gonz¨¢lez Pons, candidato al meme del d¨ªa por su cara histri¨®nica de pocos minutos antes, se descubr¨ªa serio y atento en el plano que eligi¨® el realizador. El eurodiputado popular, que en octubre de 2017 fue clave en el Parlamento Europeo y que este verano abri¨® un canal de comunicaci¨®n con Junts, escuchaba concentrado. No era un rostro tan distinto al severo de M¨ªriam Nogueras, la portavoz de Puigdemont en el Congreso, sin poder manifestar la te¨®rica satisfacci¨®n de su partido mientras el candidato socialista defend¨ªa la controvertida medida que Junts querr¨ªa capitalizar. Pero no puede, en ¨²ltimo t¨¦rmino, porque, m¨¢s all¨¢ de la propaganda de consumo interno, la amnist¨ªa solo es viable en el marco de la Constituci¨®n. Dos silencios incapaces de escenificar indignaci¨®n. Nogueras y Gonz¨¢lez Pons. Porque el perd¨®n se?ala a los partidos protagonistas de la crisis nacional y, seis a?os despu¨¦s, los sit¨²a frente al espejo de un fracaso que ni unos ni los otros han demostrado estar dispuestos a asumir.

Desde el arranque de su intervenci¨®n, Pedro S¨¢nchez estableci¨® el marco discursivo donde inscrib¨ªa su programa de gobierno: la Constituci¨®n. Nada distinto a lo dicho por todos los candidatos a la presidencia en el pasado democr¨¢tico, por supuesto, pero probablemente ninguno repiti¨® tantas veces la palabra en un discurso de investidura. ¡°Solo hay democracia dentro de la Constituci¨®n¡±, dijo desde el arranque. Esta elecci¨®n ret¨®rica es clave para la legitimaci¨®n de la medida de excepci¨®n que pronto empezar¨¢ a discutirse en las Cortes. No ser¨¢ tan f¨¢cil convencer a la ciudadan¨ªa de que la amnist¨ªa responde al reconciliador esp¨ªritu constitucional y que su aprobaci¨®n cierra el c¨ªrculo de la denominada ¡°agenda del reencuentro¡±. Pero es probable que la deliberaci¨®n parlamentaria, m¨¢s all¨¢ del ruido y la tensi¨®n, acabe evidenciando que el perd¨®n articulado desde el Legislativo ¡ªperd¨®n, otra palabra repetida¡ª es una demostraci¨®n de fortaleza del Estado que as¨ª sutura la herida nacionalista y, al mismo tiempo, rehabilita al independentismo derrotado al encuadrarlo en el marco de la legalidad espa?ola.

¡°?C¨®mo garantizamos esa unidad?¡±, se pregunt¨® ret¨®ricamente el candidato. Ciertamente, ante el desaf¨ªo independentista, se han ensayado dos caminos. Uno provoc¨® una crisis que a¨²n condiciona las emociones pol¨ªticas del pa¨ªs. Otro, que se est¨¢ transitando, ha neutralizado la pulsi¨®n soberanista y es condici¨®n necesaria para implementar las pol¨ªticas que son la mejor alternativa al lado oscuro. Entre esas pol¨ªticas, por cierto, S¨¢nchez habl¨® de la reforma del modelo de financiaci¨®n. Ya tocar¨ªa. Mirarse en ese espejo ser¨¢ la otra clave de la legislatura.