No es la econom¨ªa, est¨²pido
La reivindicaci¨®n de la dictadura militar argentina que se esgrime desde el partido de Javier Milei es sin duda m¨¢s grave que los ¨ªndices de inflaci¨®n o de pobreza, por altos que sean. Con el agravante de que habilita a otras personas a ensalzar ideas igual de aberrantes
Dicen que la famosa frase: ¡°?Es la econom¨ªa, est¨²pido!¡± llev¨® a Bill Clinton a la presidencia de Estados Unidos. Se le atribuye a James Carville, asesor del dem¨®crata en la exitosa campa?a de 1992. Clinton cambi¨® as¨ª su sill¨®n de gobernador de Arkansas por el del Despacho Oval de la Casa Blanca. George Bush, padre, hab¨ªa centrado su campa?a en la pol¨ªtica exterior ¡ªel fin de la Guerra Fr¨ªa o la Guerra del Golfo P¨¦rsico¡ª y parec¨ªa menos preocupado por los problemas que enfrentaban d¨ªa a d¨ªa los estadounidenses. La frase es usada desde entonces por analistas pol¨ªticos para referirse a procesos similares en otras partes del mundo.
Pero claro, los argentinos somos gente muy particular. Y aquello que es regla en otras latitudes, en mi pa¨ªs no funciona. De otro modo no podr¨ªa explicarse que se postule como candidato a presidente Sergio Massa, actual ministro de Econom¨ªa de un pa¨ªs que acumula a septiembre de 2023 una inflaci¨®n del 103,2% ¡ª140% interanual¡ª, con un ¨ªndice de pobreza del 40,1 % en el primer semestre de este a?o, que afecta al 56,2% de los ni?os argentinos. Carville se caer¨ªa de espaldas si se enterara de que ese ministro fue el candidato a presidente m¨¢s elegido en la primera vuelta, con el 36,42% de los votos.
Tambi¨¦n a la luz de la frase que llev¨® a Clinton a la presidencia resultar¨ªa un an¨¢lisis apresurado decir que quienes votaron a Javier Milei, candidato que sac¨® el 30,13% de los votos, lo hicieron principalmente por repudio a la cr¨ªtica situaci¨®n econ¨®mica. Algunos, seguramente s¨ª. Pero, reitero, somos argentinos y nos mueven otras pasiones. Hace unos d¨ªas fue viral el video de una mujer, a punto de subir a un transporte p¨²blico, a la que se le preguntaba si estaba de acuerdo con que se quitaran los subsidios al transporte interurbano, y respondi¨® rotundamente que no, que no podr¨ªa trabajar si los eliminaban. Pero ante la segunda pregunta ¡ªa qui¨¦n votar¨ªa en las pr¨®ximas elecciones¡ª, su respuesta fue: Milei, justamente el candidato que propone el fin de este tipo de subsidio. Tampoco parecen muy sinceros quienes esgrimen como raz¨®n de su voto la pericia econ¨®mica del candidato, muy festejada en paneles de televisi¨®n de programas de distinto tipo donde se lo ha visto cantar imitando a Leonardo Favio, bailar disfrazado de superh¨¦roe, contar que habla con su perro muerto frente a la foto de sus cinco perros clonados, por solo dar algunos ejemplos. No parecen muy sinceros porque esa misma pericia fue puesta en duda por economistas prestigiosos de todo el mundo. Esta ¨²ltima semana se public¨® en The Guardian, y en otros medios internacionales, una carta firmada por acad¨¦micos de todo el mundo, que alerta sobre el peligro del plan econ¨®mico de Milei. Dice la carta: ¡°Dadas las frecuentes crisis financieras de Argentina y los recurrentes brotes de inflaci¨®n alt¨ªsima, es comprensible que exista un deseo arraigado de estabilidad econ¨®mica. Sin embargo, aunque las soluciones aparentemente sencillas puedan resultar atractivas, es probable que causen m¨¢s estragos a corto plazo, al tiempo que reducen el espacio de maniobra de las pol¨ªticas a largo plazo¡±. Entre las firmas est¨¢n las de Jayati Ghosh, Branko Milanovic, Thomas Piketty o Jos¨¦ Antonio Ocampo. Dudo que este mensaje de alerta, al que se suman tantas otras advertencias vertidas en los ¨²ltimos tiempos, modifique el voto ni de la se?ora que sub¨ªa al transporte p¨²blico ni de quienes votan a Milei por un antikirchnerismo rabioso, que propone votar ¡°lo que sea¡± con tal de que no vuelva a gobernar esa fuerza pol¨ªtica.
Me atrevo a decir que por fortuna los argentinos somos particulares y no nos aplica la frase de la campa?a de Clinton. Tal vez porque para muchos ¡ªyo conf¨ªo que para la mayor¨ªa de nosotros¡ª hay cuestiones de peso que est¨¢n por encima de los graves problemas econ¨®micos que sin dudas tenemos que solucionar con urgencia, y que exigiremos vehementemente revierta quien gane en las pr¨®ximas elecciones. ?Cu¨¢les son esas cosas que nos importan m¨¢s que la econom¨ªa? Sin duda, una de las de mayor peso es conservar el uso pleno de la democracia y no volver al infierno que vivimos durante la ¨²ltima dictadura militar. Supimos juzgar a esos militares y condenarlos en un juicio que es modelo y orgullo. Supimos seguir adelante con otros juicios a los autores de esos cr¨ªmenes. La reivindicaci¨®n de la dictadura militar que desde el partido de Javier Milei lleva adelante su candidata a vicepresidenta, Victoria Villarruel, es sin duda m¨¢s grave que ning¨²n ¨ªndice econ¨®mico. Con el agravante de que esa reivindicaci¨®n ¡ªhecha no solo de modo general sino de manera precisa, dando nombres de militares condenados por desaparici¨®n de personas, robos de beb¨¦s, torturas y muerte, con el af¨¢n de hacernos creer que no son los criminales que parecen¡ª habilit¨® a que otras personas se atrevieran a esgrimir conceptos aberrantes equivalentes. Por ejemplo, el militar retirado que subi¨® a TikTok el video de un Falcon verde, el auto que usaban los dictadores para secuestrar y desaparecer personas, se?alando que en el ba¨²l del suyo hay lugar para meter a siete personas. Lo dijo hoy, noviembre de 2023, a 40 a?os de la recuperaci¨®n de la democracia. O el usuario de Instagram que le envi¨® un mensaje a la actriz Dolores Fonzi, despu¨¦s de que ella subiera un video llamando a no votar a Milei, en el que le advierte que enterrar¨ªa a sus hijos en el jard¨ªn de su casa. O las fotos de picanas el¨¦ctricas que nos env¨ªan a diario a muchas de nosotras por las redes. O las fotos de Videla reclamando su regreso. A lo que podr¨ªamos sumar otras cuestiones: la venta de ¨®rganos, la libre portaci¨®n de armas, las met¨¢foras esgrimidas por integrantes de LLA (La Libertad Avanza) relacionadas con contenido de abuso sexual infantil, pornograf¨ªa, comparando a la comunidad LGTBI+ con gente piojosa o con elefantes, el desprecio por la educaci¨®n y la salud p¨²blica, la privatizaci¨®n de oc¨¦anos y r¨ªos, la negaci¨®n del cambio clim¨¢tico, etc., etc., etc. Cada vez que uno de ellos habla, se suman m¨¢s disparates a la lista. Todos estos disparates fueron dichos en alg¨²n momento de la campa?a y desdichos ¡ªtotal o parcialmente¡ª en cuanto quienes manejan la campa?a verifican que producen un resultado adverso en sus potenciales votantes, bajo el argumento de que nunca dijeron semejante cosa, que no entendimos bien, que dijeron eso pero no, que nos falta comprensi¨®n de texto, un m¨¦todo esquizofr¨¦nico para hacernos creer que no escuchamos lo que escuchamos o no vimos lo que vimos. El disparate, evidentemente, nos preocupa mucho m¨¢s que la econom¨ªa.
En la serie El reino, que escribimos con Marcelo Pi?eyro, un personaje pregunta: ¡°?A qu¨¦ le puede tener m¨¢s miedo la gente que a cagarse de hambre?¡±. Y otro personaje responde: ¡°A un monstruo, hay que crear un monstruo que d¨¦ tanto miedo que cagarse de hambre no sea prioridad¡±. Y como la realidad supera a la ficci¨®n, y aun trat¨¢ndose de una situaci¨®n pol¨ªtica inversa a la descrita en la mencionada serie, en mi pa¨ªs crearon ese Frankenstein. Lo crearon unos y lo sostienen otros, en una paradoja pol¨ªtica digna del Underwood de House of Cards. Antes, en el origen, lo dejaron crecer fuerzas pol¨ªticas a los que les interesaba sacarle votos a la coalici¨®n de centroderecha con la que compet¨ªan hist¨®ricamente. Ahora, lo apoyan fuerzas de derecha opositoras ¡ªparte de ese centro desmembrado despu¨¦s de la elecci¨®n de octubre¡ª que en campa?a sosten¨ªan que Massa hab¨ªa propiciado el crecimiento de LLA. Antes y ahora, lo hicieron crecer algunos medios que especularon con los puntos de rating que genera un personaje disruptivo. Pero Milei result¨® m¨¢s que disruptivo, el ¡°Frankenstein de la pol¨ªtica¡± dej¨® de ser un experimento, cobr¨® vida y puede llegar a gobernar la Argentina. En el medio nosotros, resistiendo aterrados, porque no es solo la econom¨ªa, est¨²pido. As¨ª aparecieron en estos d¨ªas cartas pidiendo que no se vote a Milei o, m¨¢s concretamente, que se vote a Massa, firmadas por un arco variopinto de argentinos preocupados: mujeres en democracia, oeneg¨¦s, ciudadanos de la colectividad jud¨ªa, intelectuales, egresados de distintas universidades, swfties argentinas, seguidores de Star Trek, economistas, fandom argentinos de BTS, un grupo de dirigentes de la UCR (el partido de Ra¨²l Alfons¨ªn). Conocidos periodistas y personalidades de la cultura y la ciencia aparecen a diario pidiendo lo mismo. Yo misma lo pido en solicitadas, en las redes y cada vez que me convocan a una nota como esta: por favor, no voten a Milei.
Porque no es solo la econom¨ªa.
Aunque, pens¨¢ndolo bien, cabe la posibilidad de que la reivindicaci¨®n de la dictadura que hace la candidata a vicepresidenta encarne la represi¨®n necesaria para poder imponer, en definitiva, un plan econ¨®mico. ?Acaso no hizo eso la dictadura? Entonces, al fin y al cabo, y por las peores razones, quiz¨¢s Carville termine teniendo raz¨®n.
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