Todas las almas del PP
El l¨ªder popular, maestro de los equilibrios, no quer¨ªa sumar ni restar votos, sino dar contento al conjunto de sensibilidades de su partido
En la mochila de experiencias de vida que Feij¨®o acumulaba de la pol¨ªtica, le faltaba la de acudir a investiduras en las que ¨¦l no era el investido. El sanchismo le ha procurado, en dos meses, un m¨¢ster en la materia. Corbata azul y traje azul, el l¨ªder de la oposici¨®n hab¨ªa escuchado a S¨¢nchez con esa mirada que parece no mirar a ning¨²n lado. Un rato antes del discurso del gallego, Gamarra hab¨ªa prometido esperanza. Entre la solemnidad hist¨®rica churchilliana o el tronar de un discurso de trinchera, Feij¨®o opt¨®¡ por ser Feij¨®o. El prime time de esta investidura hab¨ªa sido unas horas antes; por eso el gallego, maestro de los equilibrios, no quer¨ªa sumar ni restar votos, sino dar contento a todas las almas de su partido: har¨¢n oposici¨®n en la calle, dilatar¨¢n los procesos, dar¨¢n la lucha internacional y su aliento a la judicatura, no se conformar¨¢n¡ pero se conformar¨¢n.
Quienes esperaban firmeza se encontraron con el l¨ªder m¨¢s duro, recordando contradicciones en las viejas declaraciones del presidente ¡ªsolo le falt¨® decir ¡°fin de la cita¡±¡ª y a una bancada popular completamente sincronizada con el hilo del discurso. El gallego no dej¨® de leer con un gozo morboso los nombres de los socialistas de la vieja escuela que han mostrado su rechazo a la ley de amnist¨ªa. S¨¢nchez le escuchaba con gesto de estatuaria cl¨¢sica, mientras a Calvi?o, a su lado, solo le falt¨® bostezar.
Tambi¨¦n habl¨® de empleo, sanidad y econom¨ªa, aunque al l¨ªder de la oposici¨®n no se le ve muy c¨®modo en el manejo de las cifras. Feij¨®o tir¨® de una iron¨ªa que quer¨ªa ser inglesa, pero que fue m¨¢s bien esa retranca de gallego que ha sido patrimonio de la derecha. Desde esa actitud ofreci¨® un gesto de rara empat¨ªa hacia Podemos: quedar¨ªan, al igual que los populares, fuera del calor de un Consejo de Ministros. Guardaba los mejores chistes para responder al propio discurso del socialista.
No falt¨® la referencia al PNV: si en su fallida investidura Feij¨®o dedic¨® las palabras m¨¢s duras ¡ªm¨¢s duras por inesperadas¡ª a los nacionalistas vascos; en esta ocasi¨®n pareci¨® tenderles la mano, justo antes de profetizar que se quedar¨¢ con sus votos.
Por momentos, tambi¨¦n son¨® al discurso siguiente, al de despu¨¦s de todas las arengas; en la incertidumbre del presente meandro hist¨®rico, el l¨ªder de la oposici¨®n ha buscado afianzarse en ese espacio pol¨ªtico donde elevar la voz no significa romper la baraja: he ah¨ª otra de las almas del PP. Ha marcado una actitud. Y es en esas aguas turbias donde la experiencia del gallego adquiere densidad. Feij¨®o ha dicho, primero a su propia bancada, que sabr¨¢ esperar, que ¨¦l tambi¨¦n sabe hacer oposici¨®n.
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