La nueva extrema derecha y su atracci¨®n por la Biblia y las religiones
Los nuevos l¨ªderes ultra emblem¨¢ticos, Trump, Bolsonaro y Milei, se sienten atra¨ªdos por los movimientos cristianos que se inspiran en el Viejo Testamento
El avance de los partidos de extrema derecha que van multiplic¨¢ndose en el mundo empiezan a ser analizados por los expertos. Como bien ha escrito en este diario mi colega Marc Bassets, ¡°no es una ola, es una corriente de fondo¡±. Quiz¨¢s por ello, porque no se trata de una moda sino de algo m¨¢s hondo y preocupante, no puede minimizarse. Se trata de un movimiento que se va cristalizando con diferentes facetas que acaban confluyendo en algunos denominadores comunes. Una de esas facetas que quiz¨¢s caracterice de un modo especial a estos nuevos movimientos ultraderechistas sea su confluencia en un inter¨¦s especial por la Biblia y m¨¢s concretamente por el Antiguo Testamento, el del ¡°ojo por ojo y diente por diente¡±, el de la violencia, el apocal¨ªptico. Nunca el del perd¨®n, el de la defensa de los humillados de la tierra.
Quiz¨¢s no sea una simple coincidencia que tres de los nuevos l¨ªderes ultra emblem¨¢ticos, Trump, Bolsonaro y Milei, se sientan atra¨ªdos por los movimientos cristianos que se inspiran en el Viejo Testamento de la Biblia. Empezando por Bolsonaro, es curioso y sintom¨¢tico que, tras haber sido cat¨®lico toda la vida, de repente decidiera bautizarse de nuevo pero como evang¨¦lico y en las aguas del Jord¨¢n, tierra b¨ªblica. Y todo hace pensar que gan¨® las elecciones apoyado por la propaganda seg¨²n la cual el frustrado atentado contra su vida fue una se?al de Dios de que era su elegido. Y enseguida enarbol¨® su eslogan, ¡°Dios por encima de todo, Brasil por encima de todos¡±. Y levant¨® en alto la B¨ªblia. Su verdadero evangelio, sin embargo, fue el de la violencia, su pasi¨®n por las armas, su lenguaje crispado y hasta soez, su desprecio por la mujer y su exaltaci¨®n del machismo. Y como era de esperar, se enamor¨® enseguida del actual primer ministro de Israel, el ultraconservador Netanyahu.
Trump, el padre espiritual de Bolsonaro, tambi¨¦n qued¨® fascinado por los evang¨¦licos, por los m¨¢s ligados al Antiguo Testamento, el del Dios vengador, y hasta fue comparado con Ciro el Grande, el rey persa que, seg¨²n la Biblia, permiti¨® que los jud¨ªos regresaran a Israel desde su exilio en Babilonia. Trump lleg¨® a decir: ¡°Ning¨²n presidente ha luchado tanto por los cristianos como yo¡±. Trump aparece ante los movimientos conservadores evang¨¦licos como el hombre malo que hace cosas buenas y sus errores son vistos como aciertos.
No a caso, en general, estos nuevos l¨ªderes ultras que est¨¢n resucitando lo peor de los movimientos pol¨ªticos revolucionarios del pasado, se han sentido atra¨ªdos por los aspectos m¨¢s guerreros del Antiguo Testamento, al mismo tiempo que tachan de ¡°demonio¡±, como lo hizo, Milei, al papa Francisco, que lucha por devolver al cristianismo, nacido del juda¨ªsmo, su car¨¢cter liberador, cercano a los descartados por el poder.nales, que fueron en sus ra¨ªces, religiones progresistas, defensoras de los derechos humanos, de los desamparados y de los perseguidos.
No es una casualidad que, en general, estos nuevos l¨ªderes ultras que est¨¢n resucitando lo peor de los movimientos pol¨ªticos revolucionarios del pasado se hayan sentido atra¨ªdos por los aspectos m¨¢s guerreros del Antiguo Testamento, al mismo tiempo que tachan de ¡°demonio¡±, como lo hizo, Milei, al papa Francisco, que lucha por devolver al cristianismo, nacido del juda¨ªsmo, su car¨¢cter liberador, cercano a los descartados por el poder.
Todos estos movimientos ultra intentan resucitar la gran epopeya de la Biblia, que no es otra cosa que la historia de la humanidad, con sus luces y sus sombras, primando no obstante su lado oscuro, de violencia, de atraso cultural y de guerras y conquistas.
En alg¨²n momento el movimiento jud¨ªo y el nuevo cristianismo, que buscan un regreso a sus or¨ªgenes rompedores abriendo nuevos caminos de liberaci¨®n, deber¨¢n hacer frente a este nuevo movimiento pol¨ªtico, inspirado en la vieja ultraderecha guerrera y que, al final, est¨¢ empobreciendo y adulterando dos de las grandes religiones monote¨ªstas m¨¢s importantes de la historia.
Esta pasi¨®n de los ultraderechistas por un juda¨ªsmo y un evangelismo que son caricaturas de su verdadera realidad libertadora tiene caracter¨ªsticas que tambi¨¦n les une a todos ellos de un modo u otro. Lo hacen recurriendo a la ambig¨¹edad del lenguaje hablando de libertad, de ruptura, de iconoclastas, de patriotas, mientras hacen alarde a la vez de la violencia, de la irreverencia, de la desfachatez, de una masculinidad exacerbada, del miedo y desprecio por los nuevos movimientos feministas y, claro, todos ellos se ven campeones del patriotismo.
Las grandes religiones monote¨ªstas deber¨ªan hoy preocuparse m¨¢s frente a estos movimientos de ultraderecha, que son fundamentalistas religiosos que est¨¢n vaciando a la Biblia de su fuerza renovadora convirti¨¦ndola en una marioneta a la que usan y y de la que abusan para sus locuras ultrancistas.
Puede parecer secundaria esa coincidencia de los nuevos movimientos pol¨ªticos ultraconservadores y su connubio con la Biblia, pero no lo es. La historia nos ense?a que cuando las religiones monote¨ªstas acaban prostituy¨¦ndose e instrumentalizando a Dios como el vengador y no el liberador, al final se dan de narices con las guerras. Con todas, con las religiosas y las pol¨ªticas. Recuerden, si no, por parte del cristianismo, las guerras de religi¨®n, las cruzadas, la Inquisici¨®n, apellidada eufem¨ªsticamente ¡°santa¡±, la persecuci¨®n de los defensores de un Evangelio de la liberaci¨®n y por parte del Islamismo, su actual oscurantismo, violencia y atraso hist¨®rico.
Y para no olvidarnos tambi¨¦n en Espa?a donde el caudillo Franco, bajo cuyo Gobierno se derram¨® tanta sangre, al parecer, de joven era ateo, mientras cuando lleg¨® al poder, se convirti¨® en el cat¨®lico m¨¢s fervoroso al que los papas acabaron cubriendo de privilegios y bendiciones, permiti¨¦ndole salir en las procesiones bajo baldaquino, como algo sagrado. Hasta mi madre, una maestra que escog¨ªa, por fidelidad a su fe cristiana, las escuelas que durante el franquismo se quedaban sin maestros por ser consideradas peligrosas o demasiado aisladas, me quer¨ªa convencer que el general¨ªsimo era un hombre de Dios.
Si un d¨ªa existieron las guerras de religi¨®n, hoy las guerras y pol¨ªticas m¨¢s ultras vuelven a abrazarse tristemente con los movimientos evang¨¦licos y hasta jud¨ªos que acaban prostituyendo la fuerza renovadora de sus or¨ªgenes.
El Dios vengador de los nuevos movimientos pol¨ªticos ultras vuelve a resucitar tristemente bajo la m¨¢scara hip¨®crita de una fe que en vez de la liberaci¨®n de las iniquidades, nos devuelve a los tiempos de la tinieblas en las que se prefer¨ªa a los dioses guerreros al que bendec¨ªa a los sembradores de paz, a los limpios de coraz¨®n, a los que sufr¨ªan persecuci¨®n por defender la justicia.
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