Un himno del desarrollismo pop: ¡®Chica yey¨¦ de Concha Velasco
La actitud de mujer ambiciosa, que no se resigna a comportarse como un ¨¢ngel del hogar franquista, tiene su traslaci¨®n en la memorable interpretaci¨®n de que la actriz hizo de la canci¨®n
El a?o que se estren¨® A Hard Day¡¯s Night de Richard Lester interpretada por los Beatles, una de las principales apuestas de la cinematograf¨ªa espa?ola fue Franco, ese hombre de Jos¨¦ Luis S¨¢enz de Heredia. 1964. Aquella producci¨®n se inscrib¨ªa en la campa?a de propaganda blanqueadora que fueron los 25 A?os de Paz y que Manuel Fraga orient¨® desde el Ministerio de Informaci¨®n y Turismo. Al cabo de pocos meses, cuando era cuesti¨®n de semanas que los Beatles cantasen en Las Ventas y la Monumental, S¨¢enz de Heredia estren¨® un nuevo film que en parte dialogaba con el estereotipo m¨¢s reduccionista y vulgar que exist¨ªa sobre el grupo de Liverpool. 1965. Se titulaba Historias de la televisi¨®n y era un producto ambicioso y protot¨ªpico de una renovada industria del espect¨¢culo local que ya sab¨ªa elaborar cultura de masas adaptada a las coordenadas de la sociedad del desarrollismo. Hab¨ªa algo que singularizaba aquella pel¨ªcula irregular y el cr¨ªtico de La Vanguardia lo vio clar¨ªsimo: ¡°la m¨²sica y las canciones de la pel¨ªcula las ha compuesto Augusto Alguer¨®. Son muy chispeantes y est¨¢n muy dentro de la l¨ªnea musical de hoy. La titulada Una chica yey¨¦ est¨¢ llamada a hacerse famos¨ªsima¡±.
Historias de la televisi¨®n repet¨ªa la f¨®rmula que S¨¢enz de Heredia hab¨ªa usado en Historias de la radio, su mejor pel¨ªcula. El medio de comunicaci¨®n del t¨ªtulo funcionaba en ambos casos como uno de los hilos argumentales de unas historias que pretend¨ªan retratar con iron¨ªa y piedad a la gente com¨²n a la vez que se subrayaba la centralidad social de la radio y la tele. En el p¨®rtico de la pel¨ªcula protagonizada por Conchita Velasco, la televisi¨®n ya era presentada como un miembro m¨¢s de la familia y en parte todo el film apoyaba el proyecto de Televisi¨®n Espa?ola, que hac¨ªa pocos meses hab¨ªa estrenado los estudios de Prado del Rey: hac¨ªan cameos los presentadores, hab¨ªa concursos muy parecidos o en la acci¨®n incluso se replicaba el Festival de Eurovisi¨®n. Andoni Iturbe busc¨® documentaci¨®n sobre la pel¨ªcula en el Archivo General de la Administraci¨®n y ley¨® la carta de la productora dirigida al Ministerio donde se les ped¨ªa una excepci¨®n: ya que los costes hab¨ªan sido tan elevados y, adem¨¢s, se mostraba el funcionamiento de la televisi¨®n del r¨¦gimen, la ¨²nica que exist¨ªa, se solicitaba poder aumentar el precio de las entradas. No lo consiguieron, pero la pel¨ªcula rodada en menos de tres meses fue un ¨¦xito de taquilla: 1.171.272 espectadores. Tambi¨¦n lo fue el extended play en el que Concha Velasco cantaba Chica yey¨¦.
Katy ¡ªel personaje de Velasco¡ª es una chica que trabaja vendiendo prensa en un balneario. Pero su sue?o es convertirse en estrella pop con su grupo de nombre ingl¨¦s y gracias a las canciones que le ayuda a componer un cliente. En el minuto 46 hace su primera aparici¨®n. Es modern¨ªsima, est¨¢ guap¨ªsima. Primero se ven los pies de una mujer que baila y viste pantalones, canta ¡°Oh, John¡±. Est¨¢n ensayando y le recrimina al guitarrista que no toca bien un rasgueado. Esa actitud ser¨¢ constante. Con el grupo, al negociar su contrato cuando exprime su oportunidad de triunfar en Madrid o con su novio Alfredo Landa. Y esa actitud de mujer ambiciosa, que no se resigna a comportarse como un ¨¢ngel del hogar franquista, tiene su traslaci¨®n en la memorable interpretaci¨®n de Chica yey¨¦ en el patio del balneario. Al anunciar el t¨ªtulo de la canci¨®n, una chica del p¨²blico empieza a gritar como si tuviera delante a Lennon y McCartney y, de inmediato, su madre le da un cachete. ¡°Pero mam¨¢, si esto es as¨ª, ?hay que gritar!¡±. Mentalidades que se estaban cruzando. Y la liberadora era la de la canci¨®n. No importaba tanto la letra ambigua y pegajosa como la actitud jovial y empoderada de Velasco. Porque todo habr¨ªa sido distinto si la hubiese cantado Luis Aguil¨¦, como estaba previsto en el guion inicial. Sin ella, la canci¨®n no se habr¨ªa convertido en el cl¨¢sico del pop espa?ol.
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