S¨ªsifo en la franja de Gaza
Hay que volver a empezar, evitar la escalada b¨¦lica, trabajar para una nueva tregua, conseguir que sea definitiva
Retumba otra vez el ca?¨®n. Solo siete d¨ªas ha callado. No sabemos qu¨¦ har¨¢ a partir de ahora, si ser¨¢ una breve embestida, seguida de otra tregua, ojal¨¢ definitiva, o alargar¨¢ su acci¨®n devastadora durante meses, a?os incluso. La guada?a ha funcionado a placer desde el primer minuto, como un mero a?adido a su siniestro balance de m¨¢s de 16.000 vidas segadas a ambos lados de la frontera de Gaza.
Empez¨® como una b¨¢rbara incursi¨®n en la que Ham¨¢s gan¨® su primera batalla. Fue una victoria pol¨ªtica, que situ¨® el conflicto palestino de nuevo en el coraz¨®n de la tensi¨®n mundial. Tambi¨¦n militar, pues exhibi¨® la vulnerabilidad de las fronteras israel¨ªes. E ideol¨®gica contra el sionismo, la m¨¢s trascendente, por la exhibici¨®n de salvajismo y de odio que advirti¨® de la precariedad de Israel como refugio necesario para los jud¨ªos de todo el mundo ante la persistente amenaza del antisemitismo.
Lleg¨® la respuesta con la declaraci¨®n de guerra, el asedio y los bombardeos. Esta fase ya se cobr¨® una alt¨ªsima factura en vidas palestinas, pero fue solo el principio de la cat¨¢strofe que se avecinaba en cuanto entraran tropas y tanques. La jerarqu¨ªa del gobierno israel¨ª era clara: primero, terminar con Ham¨¢s; luego, liberar los rehenes; y, en ¨²ltimo t¨¦rmino, aliviar el asedio. Pocos pod¨ªan estar de acuerdo con este orden. Ni siquiera Estados Unidos. Menos todav¨ªa los familiares de los secuestrados. No hubo forma de parar la invasi¨®n, un mes entero a sangre y fuego, hasta la destrucci¨®n de los hospitales y la desbandada de la poblaci¨®n despavorida.
Por la presi¨®n de los familiares de los rehenes, de Biden sobre todo, y de la entera comunidad internacional, lleg¨® la tregua y el intercambio de secuestrados por presos, ni?os y mujeres en todos los casos. Si se manten¨ªa, como tem¨ªa la extrema derecha israel¨ª, pod¨ªa convertirse en permanente y conducir a la liberaci¨®n de los rehenes y de centenares de presos palestinos. Otra victoria moral para Ham¨¢s y un aliciente para las conversaciones de paz, cuando a Netanyahu le urge declarar la victoria y eludir el clamor en favor del Estado palestino.
Ahora los rehenes regresan a la segunda casilla, detr¨¢s de la dudosa eliminaci¨®n de Ham¨¢s. Washington desaconseja repetir una ofensiva como la que ya hemos visto. Prefiere operaciones quir¨²rgicas dirigidas a sacar a los terroristas de los t¨²neles. No quiere tantas v¨ªctimas civiles ni desplazamientos de poblaci¨®n. Pero no es seguro que Netanyahu haga m¨¢s caso a la Casa Blanca que a sus socios extremistas. De momento solo hablan los ca?ones, aprieta la tenaza del asedio, los palestinos se desplazan en busca de refugio e Israel se retira de las conversaciones en Qatar con Egipto y Estados Unidos.
Mala se?al. Habr¨¢ que volver a empezar. Cargar la piedra en la espalda como S¨ªsifo y llevarla de nuevo a lo alto del monte. Para evitar la escalada b¨¦lica, obtener otra tregua, mantener viva la esperanza.
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