Madrid me mata

Un compa?ero del peri¨®dico se pregunt¨® perplejo hace unos a?os: ¡°?Pero c¨®mo la Dama de Elche se va a ir a Elche?¡±. Fue su primera reacci¨®n a la en¨¦sima petici¨®n de la ciudad alicantina de albergar y exhibir el busto ib¨¦rico hallado hace 126 a?os no muy lejos de su casco hist¨®rico. Su respuesta no alud¨ªa a la conveniencia de mantener unida la colecci¨®n del Museo Arqueol¨®gico Nacional, de la que es su pieza m¨¢s ic¨®nica, o a los problemas de conservaci¨®n esgrimidos por el Ministerio de Cultura para no moverla. Su desconcierto proven¨ªa de que no se le pasaba por la cabeza que la dama pudiera salir de Madrid. ?D¨®nde iba a estar mejor?

Entonces se hablaba de centralismo, siempre presente, aunque a veces opere de manera subterr¨¢nea, pero apenas de regionalismo o nacionalismo madrile?o. Ahora s¨ª, sobre todo en X, y gracias a la presidenta madrile?a, Isabel D¨ªaz Ayuso. Hace unos d¨ªas, afirm¨® que Madrid aporta al ¡°fondo com¨²n casi el 70% de todo con lo que se sufragan los servicios p¨²blicos de Espa?a entera¡±. ¡°No hay derecho a que los regionalismos perif¨¦ricos ni nacionalismo nos digan que Madrid es excluyente. Mentira. Madrid es Espa?a. Es nuestra obligaci¨®n, es nuestro derecho, porque tenemos esa obligaci¨®n con Espa?a entera¡±, a?adi¨®.

Gracias, Isabel, por darnos el pan, vienen a decir algunos usuarios ¡°perif¨¦ricos¡±, molestos por lo que consideran una actitud condescendiente y una afirmaci¨®n falsa. La aportaci¨®n de la Comunidad de Madrid a la financiaci¨®n auton¨®mica es del 24%, seg¨²n la Fundaci¨®n de Estudios de Econom¨ªa Aplicada, entidad referencial en la materia, sus cifras se encuadran solo en uno de los varios apartados del modelo y obvia que el Pa¨ªs Vasco y Navarra tienen su propio sistema. Pero lo que m¨¢s ha indignado es algo que no menciona como un factor a tener en cuenta en el notable despegue econ¨®mico de Madrid: el efecto capitalidad, las ventajas por ser la capital de Espa?a, el n¨²cleo de poder pol¨ªtico, empresarial y financiero del pa¨ªs, con m¨¢s de 150.000 funcionarios y el centro de una estructura radial que se remonta a Felipe II y su decisi¨®n en 1561 de instalar la corte en la villa castellana.

Los comentarios cr¨ªticos son numerosos: ¡°Es el proc¨¦s madrile?o. Buscan la independencia fiscal¡±; ¡°Madrid es un agujero negro que fagocita la riqueza de la ¡°periferia¡±. No disponen de ning¨²n recurso propio explotable digno de menci¨®n, excepto el estatus de ¡°capitalidad del reino¡±; ¡°Otras comunidades soportamos nucleares, parques e¨®licos, t¨¦rmicas, etc., en Madrid comunidad, ni una de estas instalaciones¡±, o ¡°Madrid absorbe casi el 80% de la creaci¨®n de empleo p¨²blico y se beneficia de la capitalidad desde hace siglos. Esta forma de presentarnos es una f¨¢brica de desafectos a Madrid y a Espa?a¡±. Los afectos ya no son los que eran con aquella ciudad abierta, divertida, mundana, creativa de la revista Madrid me mata, aunque conserve algunas de sus caracter¨ªsticas.

Un usuario tira de iron¨ªa para replicar: ¡°Una gran ciudad consumiendo m¨¢s energ¨ªa de lo que produce, lo nunca visto jajajaja¡±. Otros recuerdan que grandes capitales del mundo funcionan igual que Madrid, que en los ochenta y noventa tambi¨¦n era capital y su crecimiento no era comparable, y argumentan que la rebaja de impuestos para atraer empresas es una opci¨®n l¨ªcita para otras autonom¨ªas. ?Dumping fiscal? ¡±H¨¢ganlo aqu¨ª¡±, contest¨® D¨ªaz Ayuso en Barcelona este martes.

Este debate tuvo un anticipo entre economistas la pasada semana. Andr¨¦s Garc¨ªa Reche lanz¨® en su cuenta: ¡°Aqu¨ª, la ¨²nica regi¨®n que se ha ¡°industrializado¡± a costa de otras comunidades, gracias a los Presupuestos, y a un efecto capitalidad desmesurado, ha sido Madrid, creando una multitud de cl¨²steres especializados, muy efectivos en t¨¦rminos de desarrollo econ¨®mico. Una sociedad extractiva de libro¡±. Jos¨¦ Carlos D¨ªez le contest¨®, provocando un alud de respuestas no muy cari?osas, en su mayor¨ªa: ¡°Nunca he entendido que economistas valencianos hablen mal de Madrid cuando su puerto vive de Madrid y sus playas en verano tambi¨¦n. Sin Madrid, Valencia tendr¨ªa mucho menos empleo y salarios m¨¢s bajos¡±. Un alud de reacciones