La esperanza polaca
Al nuevo Gobierno de Donald Tusk le toca arreglar los desperfectos en el Estado de derecho y en la relaci¨®n con la UE ocasionados por el partido iliberal Libertad y Justicia
Polonia tiene de nuevo un Gobierno liberal y pluralista, comprometido con la construcci¨®n europea y solidario con la vecina y sufriente Ucrania en guerra con Putin. Tras ocho a?os gobernada por el partido de la Libertad y la Justicia (PiS), iliberal, ultraderechista, nacionalista y euroesc¨¦ptica, ha obtenido la mayor¨ªa parlamentaria para dirigir el pa¨ªs el l¨ªder de la Plataforma C¨ªvica, Donald Tusk, al frente de una coalici¨®n que engloba a 13 partidos entre la derecha moderada, el centro y la izquierda. El nuevo Gobierno se enfrenta al dif¨ªcil reto de reparar los desperfectos en el Estado de derecho y en las relaciones de Varsovia con Bruselas producidos por la etapa de un gobierno ultra que actu¨® siempre hermanado con la Hungr¨ªa populista y reaccionaria de Viktor Orb¨¢n.
Ha fracasado el ¨²ltimo intento del hasta ayer primer ministro, Mateusz Morawiecki, de formar gobierno sin contar con mayor¨ªa parlamentaria tras aceptar el encargo del presidente del pa¨ªs, el tambi¨¦n ultraderechista Andrej Duda. Ese encargo ha sido la primera maniobra dilatoria de un presidente con derecho de veto sobre la legislaci¨®n y que no dudar¨¢ en obstaculizar la recuperaci¨®n del pluralismo pol¨ªtico y de la independencia de los jueces que se ha propuesto la heter¨®clita coalici¨®n de Tusk, paso previo a la recepci¨®n de los fondos bloqueados por Bruselas.
Es un veterano y experimentado pol¨ªtico el que ha conseguido desalojar al PiS del Gobierno. Donald Tusk fue primer ministro desde 2007 hasta 2014, presidente del Consejo Europeo de 2014 y 2019 y presidente del Partido Popular Europeo, al que pertenece su formaci¨®n, Plataforma C¨ªvica, de 2019 a 2021. Su ¨¦xito en una f¨®rmula de coalici¨®n y con un programa plural y europe¨ªsta, justo en el momento en que la presi¨®n de las extremas derechas en ascenso est¨¢ desplazando hacia el extremismo a los partidos conservadores en todo el mundo, es un mensaje esperanzador, con repercusiones con vistas a las elecciones al Europarlamento del pr¨®ximo junio, especialmente viniendo de un pa¨ªs de los de mayor tama?o y significado estrat¨¦gico de la Uni¨®n Europea.
La tarea que le espera es ingente, y probablemente no podr¨¢ entrar a fondo en ella hasta los comicios presidenciales, dentro de dos a?os, cuando su coalici¨®n intente desalojar a Duda de la jefatura del Estado. Para recuperar los ocho a?os perdidos, Tusk tiene que despolitizar la justicia, recuperar la independencia de los medios de comunicaci¨®n p¨²blicos, promover los derechos reproductivos de las mujeres y combatir la homofobia promovida por el PiS. Pero deber¨¢ hacerlo con tacto e inteligencia, especialmente hacia el electorado rural, base del PiS. Ha sido ejemplar el discurso con el que pidi¨® la confianza parlamentaria, en abierta ruptura con los recelos antieuropeos de sus predecesores, en el que identific¨® la fortaleza y la soberan¨ªa de Polonia con la fortaleza y la soberan¨ªa de la Europa unida.
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