Telef¨®nica vuelve a los noventa

A punto de cumplir 100 a?os (en abril de 2024), Telef¨®nica ha vuelto a los noventa. La noticia de que el Estado espa?ol comprar¨¢ un 10% de la firma por unos 2.000 millones de euros para convertirse en su primer accionista se ha convertido de inmediato en una tendencia de X con miles de tuits, algunos de los cuales se han remontado tambi¨¦n a diciembre, pero de 1996. Fue entonces cuando MAR (Miguel ?ngel Rodr¨ªguez), el hoy consejero ¨¢ulico de Isabel D¨ªaz Ayuso, anunci¨® como portavoz del Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, del PP, la venta del 20,9% de las acciones que quedaban en manos el Estado. Los vasos comunicantes del poder nunca mueren. La presidencia de la empresa recay¨® en un modesto broker, Juan Villalonga, apenas significado pero amigo y compa?ero de pupitre de Aznar en el colegio privado en el que ambos estudiaron.

Un pupitre y sus derivadas que dar¨ªan mucho juego en las cr¨®nicas pol¨ªticas, empresariales y tambi¨¦n de cotilleos de una ¨¦poca en la que el PP gobernaba gracias al apoyo de la Converg¨¨ncia i Uni¨® de Jordi Pujol (nave nodriza de la actual Junts per Catalunya de Carles Puigdemont). En aquellos a?os, ¡°Telef¨®nica fue una fuente pr¨®diga en satisfacciones para Aznar y su entorno con su inagotable cash flow¡±, seg¨²n escribi¨® el periodista Jes¨²s Mota, fallecido hace tres a?os, que destrip¨® aquella privatizaci¨®n en su libro La gran expropiaci¨®n (Temas de Hoy, 1998), incluida la creaci¨®n de un imperio medi¨¢tico con ese flujo de caja amasado a partir de su inicial monopolio estatal. Se le llama colaboraci¨®n p¨²blica-privada.

La irrupci¨®n de la operadora estatal de Arabia Saud¨ª STC en el accionariado de Telef¨®nica, con su anuncio en septiembre de la compra del 4,9% del capital con opci¨®n a otro 5%, ha provocado la reacci¨®n del Gobierno a trav¨¦s de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que ha justificado por el car¨¢cter estrat¨¦gico de la multinacional espa?ola y los contratos que mantiene en el ¨¢rea de Defensa. Los mensajes en X se adscriben a la ideolog¨ªa del emisor, sin apreciarse apenas transversalidad. Los de izquierda apoyan una medida que incluso se queda corta, en opini¨®n de Oskar Matute, portavoz de Bildu en el Congreso: ¡°Podr¨ªan hacer algo parecido en Repsol, Endesa, Iberdrola y otras tantas¡±. Los de derecha la rechazan de manera tajante, como Juan Bravo, gur¨² econ¨®mico del PP: ¡°Que no ponga excusas este Gobierno con la compra del 10% de Telef¨®nica: es un paso m¨¢s en su pol¨ªtica de ocupaci¨®n e intervenci¨®n del sector p¨²blico y privado. El populismo se contagia¡±.

A las cr¨ªticas de este ¨²ltimo bloque por el ¡°intervencionismo chavista¡± de una medida ¡°socialcomunista¡±, por la justificaci¨®n aduciendo ¡°motivos de Estado¡± cuando ¡°se ha dado acceso a los secretos de Estado¡± a los enemigos el mismo, o al ¡°regalo de Reyes para Pedro S¨¢nchez del 10% de Telef¨®nica¡± se contraponen opiniones a favor que recuerdan que Aznar privatiz¨® completamente Telef¨®nica ¡°sin dejar una minor¨ªa de control, como hizo Alemania, Francia o Italia¡± y que se preguntan qu¨¦ tienen de chavistas estos pa¨ªses y si se preferir¨ªa que la multinacional estuviera controlada por los saud¨ªs.

Hay quien postula que el Gobierno podr¨ªa ejecutar la acci¨®n de oro, que otorga al Estado el derecho de veto a cualquier acci¨®n ordinaria sobre una empresa privatizada. Responde un tuitero (seg¨²n la viejuna denominaci¨®n) que de esa forma se entrar¨ªa directamente en conflicto con Arabia Saud¨ª, con la que median suculentos contratos como el de Navantia. Adem¨¢s, algunos se interesan por qu¨¦ pasar¨¢ ahora con las casi 4.000 bajas previstas en una empresa participada por el Estado y otros no pueden evitar la desconfianza: ¡°Tuvimos el 66% de Bankia, sigui¨® desahuciando y no se puso al servicio de la poblaci¨®n nunca. No nos sirvi¨® de nada. Me parece demasiado optimista decir que un 9,9% de Telef¨®nica nos va a asegurar la soberan¨ªa tecnol¨®gica¡±. La tendencia de Telef¨®nica sigue al alza, como el precio de su acci¨®n, lo cual encarecer¨¢ su compra.