Viva Mario Vargas Llosa

Mario Vargas Llosa ha anunciado que deja el periodismo. Termina as¨ª una carrera que empez¨® hace m¨¢s de 70 a?os, cuando comenz¨® a publicar en el peri¨®dico peruano La cr¨®nica. Hace unas semanas dijo que Le dedico mi silencio, su libro m¨¢s reciente, era tambi¨¦n su despedida de la novela.

Vargas Llosa llevaba m¨¢s de 30 a?os publicando una tribuna quincenal en este peri¨®dico. Ha escrito de pol¨ªtica internacional y dom¨¦stica, de libros y autores que admiraba, de experiencias personales, de pol¨¦micas literarias y controversias pol¨ªticas. Su trabajo period¨ªstico est¨¢ recogido en la serie Contra viento y marea y en antolog¨ªas como Sables y utop¨ªas y El fuego de la imaginaci¨®n. Adem¨¢s de su valor period¨ªstico y literario, sus art¨ªculos constituyen un testimonio ¨²nico del siglo XX y un apasionante recorrido intelectual. Es una trayectoria larga y llena de curiosidad, de cr¨ªtica y autocr¨ªtica, donde las novedades y su evoluci¨®n desde el socialismo al liberalismo ¨Da veces m¨¢s ortodoxo, a veces m¨¢s matizado¨D se mezclan con el regreso a un debate entre la idea del compromiso de Sartre, la integridad humanista de Camus y la perspicacia apabullante de Aron. Uno puede estar en desacuerdo con opiniones y declaraciones concretas de Vargas Llosa, pero expres¨® con elocuencia una idea esencial: el mismo est¨¢ndar democr¨¢tico debe regir para pol¨ªticos de izquierda y de derecha, para Europa y Am¨¦rica Latina. Explicaba que lo tel¨²rico, lo fant¨¢stico, lo ut¨®pico valen para el arte, pero en pol¨ªtica acaban siendo disfraces para la opresi¨®n. Ha defendido la libertad: oponi¨¦ndose a todas las dictaduras, criticando el comunismo, el nacionalismo, el populismo. Ha compartido descubrimientos y pasiones intelectuales. Maestro de la narraci¨®n, explica como pocos los trucos del oficio (por ejemplo, en su relectura de El oso de Faulkner). Ha sido generoso con autores de su edad y con escritores m¨¢s j¨®venes como Cercas, Trapiello o Leila Guerriero. Ha tratado de pensar por s¨ª mismo, de conservar la tensi¨®n, de aprender. Sus cambios de opini¨®n no obedec¨ªan al oportunismo, sino a que detectaba una distancia entre las proclamas y la realidad. Algunos querr¨ªan encasillarlo en la derecha, pero defend¨ªa el matrimonio gay, abogaba por la despenalizaci¨®n de las drogas o denunciaba la injerencia estadounidense en Guatemala. Vargas Llosa ha sido libre, nos ha ense?ado a leer, a escribir y a pensar, y ha mostrado que una parte del trabajo del intelectual es meterse en l¨ªos. La literatura es fuego y el periodismo tambi¨¦n lo es. As¨ª que muchas gracias por sus palabras.