La demolici¨®n de Europa
El proyecto iliberal de la Hungr¨ªa de Viktor Orb¨¢n se alimenta con los fondos de la Uni¨®n que est¨¢ contribuyendo a destruir
En su ¨²ltimo libro, Timothy Garton Ash se refiere por lo menos a cuatro maneras de entender lo que es Europa. Habla de la Europa geogr¨¢fica, de aquella que abarca m¨¢s o menos los territorios que en su d¨ªa domin¨® Carlomagno, se refiere a la Europa de la cultura y los valores y, por ¨²ltimo, a la de la organizaci¨®n institucional de los Estados europeos. Se le olvid¨® que, dentro de esta ¨²ltima, hay tambi¨¦n lugar para una quinta Europa: la Europa del esperpento. Es la que habitamos ahora y que mostr¨® sin la menor verg¨¹enza su verdadero rostro en las reuniones que celebraron los Veintisiete hace una semana. Los titulares hablaron de un momento hist¨®rico, y aplaudieron que la Uni¨®n hubiera dado luz verde a las negociaciones para que Ucrania y Moldavia pudieran integrarse dentro de un tiempo, y siempre que cumplieran una serie de rigurosos requisitos, al selecto club de Bruselas. Poco despu¨¦s de que se produjera ese gesto de generosidad que augura un futuro radiante para esa Ucrania que se desangra en los campos de batalla en su guerra con la Rusia de Putin, la Uni¨®n Europea fue incapaz de aprobar un paquete de 50.000 millones de euros que pod¨ªan a servirle de ayuda en la m¨¢s estricta actualidad, la de las bombas y la destrucci¨®n y el dolor y la postraci¨®n de sus gentes.
Era necesaria la unanimidad de los Estados miembros para que dentro de unos a?os Ucrania pudiera formar de la Uni¨®n. El caso es que la Hungr¨ªa de Viktor Orb¨¢n se mostraba remolona a dar el visto bueno. Pero fue entonces cuando se produjo una de esas soluciones imaginativas y, justo en el momento de votar, Orb¨¢n se ausent¨®, sali¨® a dar una vuelta. Olaf Scholz, el canciller alem¨¢n, le sugiri¨® la idea, y result¨® convincente. Igual Orb¨¢n pens¨® que el futuro queda lejos, que son muchas las cosas que pueden cambiar.
Y de esos cambios, de los que han sucedido desde los a?os setenta hasta ahora, habla Garton Ash en el libro antes aludido, Europa. Una historia personal (Taurus). Es el relato de alguien que vive con entusiasmo el reto al que se enfrentan los pa¨ªses del Este de Europa de romper con el autoritarismo de la Uni¨®n Sovi¨¦tica para acercarse a Bruselas, y que observa c¨®mo cuando ya forman parte de la Uni¨®n algo termina por torcerse. ¡°La adhesi¨®n a la Comunidad Europea se hab¨ªa considerado una forma de asegurar la transici¨®n nacional a la democracia¡±, escribe en el cap¨ªtulo que se titula Demolici¨®n. Y observa poco despu¨¦s: ¡°Pese a las nobles palabras de los art¨ªculos iniciales del Tratado de la Uni¨®n Europea, result¨® que esta carec¨ªa de mecanismos eficaces para defender la democracia en el interior de un Estado miembro¡±.
Y eso es lo que ha sucedido con Hungr¨ªa desde que Orb¨¢n lleg¨® al poder en 2010. Neutraliz¨® todos los mecanismos de control y equilibrios de la democracia liberal y termin¨® por construir un pa¨ªs con ¡°una visi¨®n alternativa de Europa: antiliberal, conservadora en lo social, natalista, declaradamente cristiana y etnonacionalista¡±. A esa quinta Europa es a la que se sigue alimentando de fondos para que siga erosionando la Uni¨®n desde dentro. Es la que ha mostrado sus zarpas, la que ya batalla en Bruselas para defender un pu?ado de ideas ultra, la que quiere crecer en las pr¨®ximas elecciones. Es un verdadero peligro.
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