El poder de una charla amable
A veces, los peluqueros ejercen de escuchantes de problemas: una suerte de psic¨®logos que atienden las preocupaciones y las ilusiones de sus clientes
Encontrar una buena peluquer¨ªa no es una tarea sencilla. La elegida debe cumplir ciertos requisitos entre los que, para quien firma, est¨¢ la buena atenci¨®n, el precio, la facilidad para encontrar cita y, por supuesto, la mano de sus profesionales. Tambi¨¦n resulta dif¨ªcil escogerlas porque a veces los peluqueros, adem¨¢s de su labor de corte, tinte, lavado o peinado, ejercen de una suerte de psic¨®logos que, sin dar las claves para que uno resuelva un conflicto, escuchan las preocupaciones y las ilusiones de sus clientes. Aunque suene a t¨®pico, al ponernos en sus manos, los vemos como alguien de confianza, los convertimos en terapeutas, y es importante tener a un profesional que nos ayude a enfrentar determinados problemas.
Sin embargo, no siempre son los clientes quienes cuentan sus historias a los peluqueros, sino al contrario. Sobre esto public¨® un v¨ªdeo Pep Molina en el que relataba que una vez pregunt¨® a un barbero que se defin¨ªa como peluquero de caballeros qu¨¦ era ser un hombre para ¨¦l. ¡°Fue fatal¡±, afirm¨®. A cada pregunta que lanzaba, el barbero le hac¨ªa un corte en la cabeza: ¡°Acababa de pagar para que me hicieran una carnicer¨ªa en la cocorota¡±, zanj¨® al salir de la peluquer¨ªa.
@pepmolinas Fui al barbero. Le pregunt¨¦: ¡°qu¨¦ es para ti ser un hombre¡±. Fue fatal. Fui a otro. Y le pregunt¨¦ lo mismo. v¨ªdeo impossible de fer sense na Miriam L¨¢zaro ?, na @juditc ? i el senyor Ramon ?
? sonido original - Pep Molina
D¨ªas m¨¢s tarde acudi¨® a otra barber¨ªa donde quiz¨¢ s¨ª pudiera responder a esas preguntas. All¨ª estaba Ram¨®n, de 85 a?os, que llevaba al cargo de ese negocio desde los cincuenta. Ram¨®n le cont¨® que un peluquero, un barbero, debe ¡°saber de una cosa y de otra¡± para mantener a sus clientes. Saber de asuntos generales porque los hombres, dec¨ªa, no suelen hablar de sus problemas, ¡°no te los explican¡±. La conversaci¨®n entre Pep y Ram¨®n dio con una de las claves de la masculinidad t¨®xica: el temor a mostrar la vulnerabilidad, a mostrar sentimientos. Lo contrario es ser un ¡°hombre blandengue¡±, que dir¨ªa El Fary, y esos hombres no van a las barber¨ªas, solo a las peluquer¨ªas. Ram¨®n acab¨® sincer¨¢ndose ante Pep y le confes¨® que ¨¦l no quer¨ªa ser barbero, siempre quiso dedicarse a la joyer¨ªa. Y a¨²n hoy tiene ese deseo. Pep fue entonces con una amiga a fabricar un anillo para Ram¨®n que, al final del v¨ªdeo, mostraba emocionado.
Ram¨®n, claro, no es el ¨²nico peluquero que se abre ante sus clientes. Hace unas semanas mi peluquera lo hizo conmigo. Marcia regenta un peque?o sal¨®n de belleza en el barrio de Embajadores de Madrid. Suelo hablar con ella de los problemas del d¨ªa a d¨ªa, los cambios en el barrio, de nuestros familiares, de los estudios de sus hijos... Esta vez me cont¨® una historia personal. Me dijo que en noviembre hab¨ªa ido a ver un concierto de H¨¦ctor Jaramillo, cantante ecuatoriano. Hab¨ªa sido una cita especial con su marido porque 30 a?os atr¨¢s, cuando a¨²n no eran pareja, ella hab¨ªa suplicado a un familiar que la acompa?ara a un concierto del artista porque sab¨ªa que ¨¦l ir¨ªa. ¡°Estaba completamente enamorada¡±, dec¨ªa con ojos brillosos y una sonrisa que no le cab¨ªa en la cara. Una vez all¨ª, ella fue a buscarlo y disfrutaron juntos del concierto. Ahora, 30 a?os despu¨¦s, quiso repetir una de sus primeras citas y volvieron a ver en directo a Jaramillo, que ya es parte de su relaci¨®n.
Lo habitual es que sea en las peluquer¨ªas donde se traspase esa relaci¨®n comercial y se sinceren profesionales y clientes. Pero esas charlas podemos tenerlas en los minutos que pasamos con otras personas que trabajan cara al p¨²blico. Y quiz¨¢ esas palabras sirvan, a ellos o a nosotros, para dar un giro a un mal d¨ªa o enfrentar un problema. Una conversaci¨®n amable en la que escuchar a los camareros, los tenderos y los dependientes puede ense?arnos muchas cosas y ayudarnos a ser mejores.
Ah¨ª tienen un prop¨®sito para el a?o nuevo. Feliz 2024.
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