Espa?a como literatura fant¨¢stica
Mientras se pretenden despenalizar las injurias a la Corona, se activa una alarma antifascista por un mu?eco
La principal funci¨®n del debate p¨²blico es desfigurar la realidad. El PSOE ha dado la Alcald¨ªa de Pamplona a Bildu, pero el problema central es que la exalcaldesa dijese que ella habr¨ªa preferido fregar escaleras a aceptar el apoyo de esa formaci¨®n. Esta frase ¨Dque insin¨²a escandalosamente que fregar escaleras es una ocupaci¨®n m¨¢s dura e ingrata que ser alcaldesa¨D se present¨® como una muestra lamentable de clasismo; seg¨²n los m¨¢s entusiastas, justificaba el acuerdo con Bildu. ?El pacto obedec¨ªa a razones municipales, como proclamaban los correveidiles, o a una alianza estrat¨¦gica, esa que seg¨²n los mismos informantes no se hab¨ªa producido y a la vez se hab¨ªa producido sin que Bildu pidiera nada a cambio? ?Qu¨¦ m¨¢s da! ?Hay que parar el clasismo!, proclamaban los comentaristas, mientras revelaban enfebrecidos que madre no hay m¨¢s que una y todas fregaban escaleras. Por un angustioso momento, pareci¨® que fueran a cambiar el nombre de la estaci¨®n de Atocha-Almudena Grandes y llamarla Atocha-Manuel Jal¨®n Corominas, en homenaje al inventor de la fregona.
El ¡°apaleamiento¡± de un mu?eco de Pedro S¨¢nchez inspira una denuncia del PSOE por un inexistente ¡°delito de odio¡±. Un portavoz del partido en el Senado asegura: ¡°Es de lo m¨¢s grave que hemos vivido en nuestra historia reciente¡±. Esto ocurre en un pa¨ªs donde ETA ha cometido m¨¢s de 800 asesinatos, donde hemos sufrido el terrorismo islamista y donde le pusieron un coche bomba a un l¨ªder de la oposici¨®n, donde un joven dio un pu?etazo a un presidente del Gobierno, donde pol¨ªticos como Pablo Iglesias han celebrado escraches como ¡°jarabe democr¨¢tico¡±, donde fuerzas constitucionalistas han sufrido el hostigamiento cotidiano del nacionalismo, donde el ministro del Interior justific¨® el acoso a representantes de Ciudadanos el D¨ªa del Orgullo Gay, donde muchas veces se han destruido im¨¢genes del rey y de pol¨ªticos, y donde hace unas semanas dispararon a un pol¨ªtico en la cara, por no hablar del asalto a la Constituci¨®n y su impunidad a cambio de unos votos. Se pretenden despenalizar las injurias a la Corona y se activa una alarma antifascista por un mu?eco.
La alerta sirve de justificaci¨®n preventiva de la acci¨®n del Gobierno; la amenaza debe ser cada vez m¨¢s grande. Se?alar la distancia entre las palabras y las cosas es una ingenuidad empecinada. Es mejor aceptar que hemos dejado atr¨¢s el esperpento, a Berlanga y a Cuerda, y hemos entrado en el terreno de la literatura fant¨¢stica.
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