Una pol¨ªtica industrial europea

Los ministros de Finanzas de la zona euro debaten este lunes un documento elaborado por la Comisi¨®n Europea sobre la respuesta de la regi¨®n a los precios de la energ¨ªa en el que se abordan los problemas de competitividad de las empresas derivados de la transici¨®n energ¨¦tica. La cuesti¨®n enlaza con el marco pol¨ªtico en el que la UE trabaja desde junio con el objetivo de reforzar la autonom¨ªa estrat¨¦gica y la seguridad econ¨®mica...

Los ministros de Finanzas de la zona euro debaten este lunes un documento elaborado por la Comisi¨®n Europea sobre la respuesta de la regi¨®n a los precios de la energ¨ªa en el que se abordan los problemas de competitividad de las empresas derivados de la transici¨®n energ¨¦tica. La cuesti¨®n enlaza con el marco pol¨ªtico en el que la UE trabaja desde junio con el objetivo de reforzar la autonom¨ªa estrat¨¦gica y la seguridad econ¨®mica de la Uni¨®n y con una de las prioridades fijadas por la presidencia rotatoria ¡ªen manos de B¨¦lgica este semestre¡ª sobre la necesidad de apuntalar la competitividad y la pol¨ªtica industrial europeas.

En los ¨²ltimos a?os, la industria global ha afrontado graves problemas: desde las perturbaciones en las cadenas de suministro como consecuencia de la covid-19 hasta la creciente fragmentaci¨®n de la econom¨ªa global y el encarecimiento de los precios de la energ¨ªa derivado de la guerra en Ucrania, que evidenci¨® a su vez la fuerte dependencia del suministro exterior. De ah¨ª el inter¨¦s de las grandes econom¨ªas por recuperar parte del tejido perdido durante d¨¦cadas de deslocalizaci¨®n para alcanzar as¨ª una seguridad econ¨®mica con la que garantizar el abastecimiento de productos esenciales, lograr la autonom¨ªa en sectores estrat¨¦gicos o reducir la dependencia de un solo proveedor, como fue el caso de la energ¨ªa rusa.

La UE lleva cierto retraso. Ya en agosto de 2022, Estados Unidos aprob¨® la Ley de Reducci¨®n de la Inflaci¨®n (IRA, en sus siglas en ingl¨¦s), una norma acompa?ada de cientos de miles de millones de d¨®lares de inversi¨®n p¨²blica para proteger a las empresas y sectores considerados estrat¨¦gicos y facilitar los cambios tecnol¨®gicos derivados de la necesidad de hacer frente a los desaf¨ªos clim¨¢ticos y de independencia energ¨¦tica. Tambi¨¦n ha reforzado su industria tecnol¨®gica con la Ley de Chips y Ciencia y, antes, con la legislaci¨®n de Inversi¨®n en Infraestructuras y Empleos. En definitiva, un enorme plan de inversi¨®n estatal para reforzar a las empresas y la industria estadounidenses a medio y largo plazo.

Frente a ese modelo, la pol¨ªtica industrial europea se ha canalizado b¨¢sicamente a trav¨¦s del Plan Industrial del Pacto Verde, que no cuenta con el respaldo de instrumentos espec¨ªficos propios y que deja en manos de los respectivos Estados el grueso del apoyo p¨²blico a sus industrias nacionales. Eso otorga una enorme ventaja a los pa¨ªses con mayor capacidad fiscal frente a los que tienen menos espacio para el gasto y la inversi¨®n p¨²blica, algo que de hecho sucede ya con las ayudas de Alemania a sus empresas. Adem¨¢s, si la pol¨ªtica industrial europea descansa en las capacidades internas de cada pa¨ªs, la grieta en el mercado ¨²nico es una amenaza real contra la que vienen alertando numerosos expertos. La propia Comisi¨®n Europea cifr¨® en 620.000 millones de euros las inversiones necesarias cada a?o para la transici¨®n verde, a lo que hay sumar el esfuerzo de la digital, de otros 125.000 millones anuales.

No cabe m¨¢s dilaci¨®n. Como ha demostrado la puesta en marcha del Mecanismo de Recuperaci¨®n y Resiliencia, la UE tiene capacidad pol¨ªtica y la potencia econ¨®mica necesarias para hacer frente a este enorme reto, pero debe para ello agilizar tanto el proceso de toma de decisiones como la integraci¨®n en un solo programa de las diversas pol¨ªticas que afectan a un sector que representa el 20% de la econom¨ªa europea y aporta m¨¢s de 35 millones de empleos.