Alemania reparte la mitad de las ayudas de Estado aprobadas con la nueva regulaci¨®n europea

Bruselas relaj¨® en marzo los requisitos para que los Estados repartieran ayudas de Estado. Y de la mano de ese cambio, el dinero p¨²blico en apoyo del sector privado sale con mucha m¨¢s alegr¨ªa que antes. En apenas cinco meses, los pa¨ªses de la UE han lanzado subvenciones, cr¨¦ditos o avales regulados con las nuevas normas por casi 741.000 millones, seg¨²n los datos de la Comisi¨®n Europea. Y el pa¨ªs que lo ha hecho con mayor potencia es Alemania. El 48,5% del total ser¨ªan l¨ªneas de apoyo lanzadas por el Gobierno federal o los l?nder regionales. Le sigue Francia, con un 22,6% del total. Ambas capitales, Berl¨ªn y Par¨ªs, fueron las que m¨¢s presionaron al Ejecutivo comunitario el oto?o e invierno pasados para que se les permitiera repartir ese dinero con menos controles.

Para defender una mayor relajaci¨®n en las reglas para repartir ayudas de Estado ¡ªya laxas desde la pandemia¡ª, el principal argumento que se esgrim¨ªa por sus defensores ¡ªtambi¨¦n los Gobiernos espa?ol o italiano¡ª era que Estados Unidos va a distribuir subsidios multimillonarios con la norma que aprob¨® el verano pasado que, en teor¨ªa, ten¨ªa como objetivo luchar contra la inflaci¨®n (IRA, por sus siglas en ingl¨¦s). Lo mismo hace China, y de forma mucho menos transparente.

Hay otras razones que se solapaban con esta primera: la transici¨®n hacia una econom¨ªa descarbonizada requiere de ingentes cantidades de inversi¨®n (745.000 millones al a?o, calcula la Comisi¨®n), y eso va a lastrar la competitividad de las empresas europeas frente a las estadounidenses, chinas o japonesas, que s¨ª contar¨ªan con el impulso p¨²blico; las propias compa?¨ªas de la UE desplazar¨ªan sus inversiones a donde hubiera ayudas. Y, por supuesto, sobre estos razonamientos hab¨ªa que sumar la respuesta a la crisis energ¨¦tica provocada por la invasi¨®n rusa de Ucrania.

En respuesta a todo esto ¡ªcon el impulso de los l¨ªderes de la UE en el Consejo Europeo¡ª, la Comisi¨®n aprob¨® en marzo una nueva regulaci¨®n que ha dado pie a que en algo menos de cinco meses, entre el 9 de marzo y los primeros d¨ªas de agosto, se hayan presupuestado ayudas por 741.000 millones de euros con el visto bueno de Bruselas. Una cantidad que supera de largo la que se lanz¨® en 2022 para rescatar a un sector p¨²blico agobiado por la crisis desatada por la agresi¨®n a Ucrania y la subida de precios: 672.000 millones.

Como precisan desde el Ejecutivo europeo, estas cantidades no son todav¨ªa dinero gastado. Habr¨¢ que esperar para conocer ese dato. Y la diferencia puede ser considerable: de esos casi 700.000 millones aprobados hasta el 31 de diciembre de 2022, los concedidos entonces ascend¨ªan a 93.599 millones.

Pero lo que se sabe hasta ahora s¨ª que muestra qu¨¦ esfuerzo est¨¢n dispuestos a hacer los Veintisiete en conjunto, para afrontar la coyuntura actual, y el de cada uno de ellos, algo que depende del margen fiscal y del tama?o de su econom¨ªa. La respuesta a la primera inc¨®gnita ¡ªla que implica a todo el grupo¡ª deja claro que el desembolso final puede superar todo lo gastado en este tipo de medidas en los ¨²ltimos a?os: en 2020, cuando explot¨® la pandemia y el Estado sali¨® al rescate de la econom¨ªa, la cuenta total (ayudas por la covid-19 y las ordinarias) ascendi¨® a 320.000 millones.

La contestaci¨®n individual ayuda tambi¨¦n a explicar las posiciones que se mantuvieron en el debate sobre la reforma de la regulaci¨®n. Alemania y Francia, los m¨¢s firmes defensores de la relajaci¨®n, acaparan m¨¢s del 70% de lo aprobado, un porcentaje mucho mayor de lo que pesa su producto interior bruto en el conjunto de la UE. Berl¨ªn y los l?nder regionales tienen, adem¨¢s, una larga tradici¨®n en el reparto de ayudas a sus empresas, como muestran las series estad¨ªsticas de la UE. En cambio, otros como Dinamarca o Finlandia solo han supuesto el 3,3% y el 2,5% del total, respectivamente.

Para estos dos pa¨ªses, como para Suecia o Pa¨ªses Bajos, hab¨ªa una cuesti¨®n de principios en sus recelos hacia las ayudas p¨²blicas al sector privado. Y, adem¨¢s, tambi¨¦n una cuesti¨®n de tama?o. La econom¨ªa de los pa¨ªses n¨®rdicos, por muy saneada que est¨¦, y por mucho margen fiscal que tenga, as¨ª como la de los otros Estados m¨¢s peque?os (las tres rep¨²blicas b¨¢lticas, Luxemburgo o Eslovaquia, por poner unos ejemplos), nunca podr¨ªa aspirar a repartir ayudas como Berl¨ªn o Par¨ªs. Y eso supon¨ªa un grave riesgo de ruptura del mercado ¨²nico, como advirtieron reiteradamente durante todo el proceso.

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