Me da coraje este pa¨ªs
Los lectores escriben sobre la falta de perspectivas para los j¨®venes en Espa?a, la clonaci¨®n de un mono en China, las enfermedades de las que no habla con normalidad y la exhibici¨®n de banderas en los balcones
Me da coraje este pa¨ªs. Me da coraje c¨®mo trata a los j¨®venes, porque aqu¨ª una, con sus estudios y su m¨¢ster, vive con sus padres a la espera de tener un trabajo, pero parece que no hay un hueco para m¨ª. Es para hac¨¦rnoslo mirar: las viviendas est¨¢n por las nubes, los trabajos son precarios, los sueldos, irrisorios... una se desespera. He accedido a entrevistas en bares y almacenes con un curr¨ªculum retocado en el que no pongo que tengo una carrera y un m¨¢ster. Ya no s¨¦ qu¨¦ hacer. Estuve trabajando en un bar en el que las condiciones legales no se cumpl¨ªan: ganaba cinco euros la hora, y seis euros la hora extra. En otro pagaban la hora a cuatro euros, te hac¨ªan una transferencia con el SMI, pero le ten¨ªas que devolver en efectivo lo que no te correspond¨ªa, seg¨²n ellos. ?Qu¨¦ gentuza! Todos los j¨®venes queremos un trabajo en condiciones, ?no pedimos tanto!, y tener nuestra vida. A los pol¨ªticos les pido que trabajen para que nadie tenga que estar en esta situaci¨®n, que trabajen para que estemos bien.
Cristina Ortega Pacheco. M¨¢laga
Un hito cient¨ªfico
La reciente clonaci¨®n de un mono en China marca un hito cient¨ªfico, pero tambi¨¦n plantea cuestiones ¨¦ticas significativas. Si bien el logro representa avances en la tecnolog¨ªa de clonaci¨®n, no podemos ignorar las preocupaciones sobre el potencial abuso y la falta de regulaci¨®n. ?Hasta qu¨¦ punto debemos manipular la vida? La ¨¦tica de la clonaci¨®n animal, y eventualmente humana, debe ser cuidadosamente considerada para evitar consecuencias imprevistas. Este avance nos hace reflexionar sobre los l¨ªmites ¨¦ticos de la ciencia y buscar un equilibrio entre la innovaci¨®n y la responsabilidad moral.
Pablo Calvo Bravo. Alcorc¨®n (Madrid)
Enfermedades tab¨²
Hay dolencias de las que no hablamos y que se reprimen hasta que la presi¨®n deviene insoportable. Las sufrimos en silencio porque son ?peligrosas para los dem¨¢s? Si somos v¨ªctimas de una de ellas, ?c¨®mo nos sentimos? Por lo pronto, solos, y la soledad no deseada es una l¨ªnea roja que no queremos traspasar. ¡°Algo malo tiene¡±, responden nuestros familiares a los vecinos y otros curiosos de turno que preguntan para satisfacer su morbo, no porque nos quieran. El c¨¢ncer y la esquizofrenia son dos de estas patolog¨ªas, sobre las que recae el estigma m¨¢s duro, el rechazo m¨¢s absoluto y el miedo. ?Miedo a qu¨¦? ?Acaso se contagian? ?Qu¨¦ zafiedad domina a¨²n nuestra sociedad! Lo que hay es desconocimiento, y el mal que se hace contra ellas es fruto de esa ignorancia.
Manuel Castellanos Plaza. El Palmar (Murcia)
Banderas
Exhiben nuestra bandera en sus balcones como si ellos fueran los m¨¢s patriotas, los m¨¢s espa?oles, los que comen m¨¢s fruta. Pero esa ense?a, ese signo de identidad, en muchos de esos balcones nuestra bandera no es m¨¢s que un pingajo mojado y roto sin m¨¢s inter¨¦s para esos patriotas que el que tienen por una Espa?a integradora, una naci¨®n de todos.
Jos¨¦ A. Mart¨ªnez Lamoca. Madrid
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.